.

Cambio Climático

Los británicos prueban un proyecto de geoingeniería

1

¿Llevar una manguera a la estratosfera servirá para enfriar el planeta?

  • por Phil Mckenna | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 19 Septiembre, 2011

En octubre de este año, investigadores británicos intentarán, con el apoyo del gobierno del Reino Unido, bombear agua a una altura de un kilómetro usando poco más que un globo de helio y una manguera de goma. El experimento, que tendrá lugar en un aeródromo militar en la costa este de Inglaterra, pretende ser una prueba de una técnica de geoingeniería para contrarrestar los efectos del calentamiento provocado por los gases de efecto invernadero. Si el globo y la manguera son capaces de soportar el peso y la presión del agua, los investigadores podrían intentar posteriormente que tuberías similares, llevadas hasta 20 kilómetros de altura, bombeen toneladas de aerosoles reflectantes a la estratosfera.

El proyecto, denominado SPICE (siglas en inglés de "ingeniería climática mediante la inyección de partículas en la estratosfera"), es uno de los métodos de geoingeniería propuestos en estudio. En este caso la teoría es que las partículas inyectadas en la estratosfera reflejarán un pequeño porcentaje de la energía solar de vuelta al espacio y por lo tanto se enfriaría el planeta. El concepto busca imitar el efecto de enfriamiento que se produce cuando los volcanes emiten grandes cantidades de partículas de sulfuros a la estratosfera. Un estudio de 2009 de la agencia meteorológica del Reino Unido calculó que 10 millones de toneladas métricas de partículas de sulfuro inyectadas anualmente a la estratosfera tendrían el efecto de enfriar el planeta 2º C en unos pocos años.

También se han probado otros métodos de geoingeniería, incluyendo fertilizar el océano para estimular el crecimiento de las algas para eliminar el dióxido de carbono del aire. Pero un informe de 2009 de la Royal Society concluyó que el aerosol reflectante inyectado en la estratosfera sería la forma más barata y eficaz de enfriar rápidamente el planeta.

Además de la manguera enganchada al globo, se podrían usar aviones y cohetes para desplegar las partículas. Pero Hugh Hunt, profesor titular de ingeniería de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y miembro del proyecto SPICE afirma que el método que está probando su equipo, usando un globo y una manguera,  es sensiblemente más barato. “Intentar usar aviones o cohetes acaba costando cien o mil veces más que un globo y una manguera”. “A una altura de 20 kilómetros, un avión solo puede transportar una, o como mucho dos toneladas de carga. Eso implicaría hacer entre cinco y diez millones de vuelos por año y consumir aproximadamente el uno por ciento de la producción mundial de petróleo. Me pare improbable que eso fuera viable económicamente cuando unas decenas de tuberías pueden hacer el trabajo igual de bien” explica Hunt.

El programa piloto que se va a poner en marcha bombeará 100 kilos de agua por hora a una altura de un kilómetro. Los diseños a escala real incluyen hasta 64 tuberías repartidas por todo el mundo, cada una de ellas capaz de elevar cinco kilos de dióxido de sulfuro u otras partículas reflectantes por segundo -aproximadamente 160.000 toneladas métricas por año. Cada una de las tuberías pesaría 30 toneladas y se mantendría en el aire sujeta por un globo de 100 metros de diámetro, una medida ligeramente mayor que los globos más grandes que se hayan construido nunca. El mayor reto de todos, sin embargo, es desarrollar una tubería flexible capaz de soportar presiones muy altas. Para elevar las partículas a una altura de 20 kilómetros, la tubería tendría que soportar de 4.000 a 6.000 bares o atmósferas de presión.

“¿Cómo construyes una tubería flexible capaz de soportar 6.000 bares de presión, que se mueve con el viento de las corrientes en chorro de la atmósfera y con la garantía de que va a durar?” pregunta Justin McClellan, ingeniero de Aurora Flight Sciences, que construye vehículos aeroespaciales avanzados para usos científicos y militares. “Una tubería típica de petróleo o gas puede soportar 2.00 bares de presión y la tubería está hecha con una plancha de acero de un grosor de 0.6 cm. Resolver el problema del kilómetro probablemente no sea demasiado difícil, pero cuando sumas todos los requisitos para una tubería de 20 kilómetros, empieza a parecer bastante poco realista”.

Hunt reconoce que los múltiples retos colocan al proyecto “al límite de lo posible”, pero afirma que todos los problemas de ingeniería se podrán superar en los próximos cinco años. Y mantiene que se podría hacer una instalación a escala real por aproximadamente 5.000 millones de libras anuales.

David Keith, profesor de física aplicada en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Harvard y profesor de políticas públicas en la Escuela Kennedy de Harvard (EE.UU.), no se muestra impresionado. Sostiene que el coste de la solución no es el problema, puesto que los costes del cambio climático son tan elevados. “El impacto del cambio climático se calcula que es de un billón de dólares anuales, igual que los costes de reducir las emisiones”, según Keith. Pero cuenta que la investigación debería centrarse en desarrollar la opción más eficaz y menos arriesgada para inyectar partículas de sulfuro a la atmósfera. Dispersarlas mediante el uso de aviones permite una mayor y más homogénea distribución de las partículas, afirma, reduciendo por lo tanto las probabilidades de que se vuelvan a unir y caigan a la tierra.

“Creo que SPICE será el proyecto de geoingeniería más llamativo llevado a cabo hasta la fecha y quizá enfrente a la opinión pública. Pero en cuanto a su interés científico o de ingeniería, me parece escaso”, zanja Keith.

Cambio Climático

  1. Prolongar la vida útil de los reactores nucleares para limpiar la red eléctrica

    Un parque nuclear envejecido aún puede contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero

    Un turbogenerador en el Centro Energético de Indian Point de 2021
  2. El incierto futuro de la geoingeniería solar tras el fracaso del experimento de Harvard

    Algunos observadores sostienen que el fin de SCoPEx debería marcar el final de tales propuestas. Otros afirman que cualquier experimento futuro debería desarrollarse de forma muy distinta

    Un diagrama del globo SCoPEx tachado con una "X" roja flota sobre un fondo azul con partículas negras
  3. El seguimiento por satélite de los animales podría impulsar la acción climática

    Los investigadores sueñan con un internet de los animales. Cada vez están más cerca de monitorizar 100.000 criaturas y desvelar facetas ocultas de nuestro mundo