.

Cambio Climático

Las cifras tras el resurgir de la energía nuclear en Japón

1

El desastre de Fukushima condujo al cierre de las centrales nucleares en Japón, pero tres años de aumento de los costes y las emisiones de CO2, están obligando al país a dar marcha atrás

  • por Mike Orcutt | traducido por Lía Moya
  • 13 Marzo, 2014

Foto: Una foto aérea tomada el 11 de marzo de 2014 muestra lo que queda de la central nuclear de Fukushima Daiichi en el tercer aniversario del terremoto y tsunami que produjeron una grave crisis en la planta

En los tres años trascurridos desde el desastre en la central nuclear de Fukushima Daiichi, Japón ha intentado sustituir la energía nuclear por los combustibles fósiles. Pero resulta prohibitivo y ahora el gobierno está convencido de que debe volver a encender los reactores.

Antes del devastador terremoto, el tsunami y las fusiones, Japón era una potencia mundial en energía nuclear. En 2010, sus 54 reactores generaron el 31% de la electricidad del país y el 10% de la energía nuclear en todo el mundo.

Después del desastre, el gobierno ordenó que se cerraran todos los reactores para hacer pruebas de estrés y ver si eran capaces de sobrevivir a situaciones extremas, y desde entonces sólo se han vuelto a encender dos. En 2012, el primer ministro afirmó que Japón daría carpetazo a la energía nuclear para 2030.

El agujero que ha dejado el cierre de la industria nuclear se ha llenado con carbón, gas natural y petróleo.

Gráfico: Porcentaje de la generación energética adjudicable a cada una de las formas de combustible.

Sin embargo, Japón apenas tiene fuentes de combustibles fósiles propias y debe comprar su combustible a otros países. En 2012, el año completo más reciente para el que existen datos de la Agencia de Información sobre Energía, Japón fue el segundo mayor importador de combustibles fósiles del mundo, por detrás de China. Entre 2010 y 2012, las importaciones anuales de petróleo crecieron un 4%, y las importaciones de gas natural licuado aumentaron un 24%.

Debido a esto, el coste de generación de electricidad en 2012 fue de 22.000 millones de euros más que en 2010, un aumento del 41%, según un informe del Instituto de Economía Energética de Japón.

Quemar más combustibles fósiles supone mayores emisiones de CO2. El aumento observado en Japón desde el desastre de Fukushima ha sido el mayor en 20 años. En 2012, las emisiones de Japón habían aumentado un 6% respecto al año anterior.

Gráfico: Las emisiones anuales de CO2 de Japón (en miles de millones de toneladas métricas)

El borrador de un plan energético publicado el mes pasado volvía a colocar a la energía nuclear en el centro de los planes energéticos del país, y arrancar los reactores cerrados se ha convertido en una prioridad. Las compañías eléctricas han presentado solicitudes para arrancar 17 reactores.

Pero dado que desde Fukushima se ha impuesto una legislación de seguridad más estricta, la industria nuclear de Japón lo tendrá cuesta arriba. Volver a arrancar cada reactor podría costar unos 720 millones de euros en tasas y será necesario un proceso de revisión de seis meses por parte de la Autoridad Reguladora de la Energía Nuclear. En el supuesto más optimista, Japón podría arrancar 10 reactores cada año.

Cambio Climático

  1. Prolongar la vida útil de los reactores nucleares para limpiar la red eléctrica

    Un parque nuclear envejecido aún puede contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero

    Un turbogenerador en el Centro Energético de Indian Point de 2021
  2. El incierto futuro de la geoingeniería solar tras el fracaso del experimento de Harvard

    Algunos observadores sostienen que el fin de SCoPEx debería marcar el final de tales propuestas. Otros afirman que cualquier experimento futuro debería desarrollarse de forma muy distinta

    Un diagrama del globo SCoPEx tachado con una "X" roja flota sobre un fondo azul con partículas negras
  3. El seguimiento por satélite de los animales podría impulsar la acción climática

    Los investigadores sueñan con un internet de los animales. Cada vez están más cerca de monitorizar 100.000 criaturas y desvelar facetas ocultas de nuestro mundo