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Cambio Climático

EEUU apuesta por una tecnología de energía nuclear sin garantías

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Una agencia energética busca autorización para un nuevo tipo de reactor que podría resultar más barato de construir y mantener, pero que tampoco ha demostrado ser una solución viable

  • por Richard Martin | traducido por Teresa Woods
  • 18 Mayo, 2016

Hace mucho que los pequeños reactores modulares son considerados por muchos expertos de la industria nuclear como la tecnología más prometedora para la energía nuclear en Estados Unidos. Y de hecho algunas la consideran la única viable. En un posible paso hacia delante para la energía nuclear de próxima generación, la Autoridad del Valle del Tennessee (EEUU) ha solicitado autorización para construir un reactor así. Aunque la tecnología específica de reactor aún no ha sido determinada, la agencia energética podría ponerlo en marcha a mediados de la década de 2020.

Como su propio nombre indica, los reactores modulares son más pequeños que las tradicionales plantas de energía nuclear. Tienen una capacidad de 300 megavatios o menos, frente a los 1.000 megavatios y más de una planta traducional. Pueden ser generados en una fábrica y montados in situ, lo que puede evitar los enormes desembolsos de capital y sobrecostes que han plagado muchas plantas nucleares. Son en teoría más seguros, lo que reduciría la necesidad de enormes sistemas de contenimiento y otras caras protecciones. Y pueden ser instalados por separado o en conjunto para cumplir con una variedad de requisitos de generación eléctrica. 

Al igual que la mayoría de las tecnologías de energía nuclear, la promesa de los pequeños reactores modulares (SMR, por sus siglas en inglés) es motivo de disputa, y ninguno ha sido desplegado hasta la fecha. Un informe de 2013 de la Unión de Científicos Preocupados concluyó que "a no ser que se puedan confirmar varias suposiciones optimistas, los SMR probablemente no representarán una solución viable para los problemas económicos y de seguridad a los que se enfrenta la energía nuclear".

No obstante, hace largo tiempo que el Gobierno de Estados Unidos apoya el desarrollo de pequeños reactores modulares: a partir de 2012, el Departamento de Energía de Estados Unidos lanzó un programa de costes compartidos de 452 millones de dólares (unos 398 millones de euros) para apoyar el diseño y la obtención de licencias para los pequeños reactores modulares de dos empresas, Babcock & Wilcox y NuScale. El programa de Babcock & Wilcox fue reducido en 2014 cuando el gas natural de bajo coste redujo la demanda de nuevas plantas nucleares. Pero la tecnología sigue contando con muchos apoyos de alto nivel. El año pasado, la Casa Blanca emitió una orden ejecutiva que obliga a todas las agencias federales a obtener el 25% de su electricidad de fuentes de "energía alternativa" para 2025, e hizo mención específicamente de los pequeños reactores modulares.

La Autoridad del Valle del Tennessee suministra energía a nueve millones de personas en siete estados del sudeste del país. Para llevar a cabo el proyecto, el organizmo a escogido un emplazamiento a orillas del río Clinch, que ya gozaba de cierta importancia dentro de la historia de la energía nuclear en el país. Esta zona iba a haber sido el emplazamiento del Reactor Reproductor del Río Clinch, en el que se gastó más de 1.000 millones de dólares (unos 880 millones de euros) durante las décadas de 1970 y 1980. El proyecto finalmente murió a manos del Congreso de Estados Unidos en 1983, y muchos atribuyen el declive de la industria nuclear estadounidense a su muerte.

El proyecto del pequeño reactor modular aparte, la Autoridad del Valle del Tennessee no abandona las tecnologías más antiguas. Este verano, está programado que la Unidad 2 de la planta nuclear Watts Bar de 1.100 megavatios entre en operación por fin. La construcción del reactor empezó en 1973, pero fue detenida en 1988 tras la catástrofe nuclear de Chernóbil (Ucrania).

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