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Computación

¿Qué tipo de robot quieres que sea tu ayudante en casa?

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Echo de Amazon toca música y da el parte meteorológico, Jibo apaga la luz y cierra la puerta con llave, pero ninguno es capaz de hacerte una tortilla

  • por Dan Mitchell | traducido por Teresa Woods
  • 29 Mayo, 2015

Foto: Jibo

Los robots domésticos, como el cuasi antropomórfico Jibo y el más funcional Echo de Amazon, empiezan a hacerse un hueco en nuestros hogares. El consenso parece ser que son bastante chulos, pero dejan mucho que desear. Estos robots ofrecen muchas de las mismas funcionalidades que los smartphone y las tablets - lo que viene a decir, son divertidos pero superfluos. También necesitan mejorar el reconocimiento de voz y proporcionar de forma más fiable la información demandada.

Pero centrarse en lo que los robots pueden hacer en la actualidad podría ser un error. La pregunta más interesante es: ¿de qué serán capaces dentro de cinco, 10 ó 50 años? Lo único seguro es que será mucho más de lo que hacen ahora.

"Tenemos que recordar que estamos en una fase muy temprana", dice el director fundador del Centro de Robótica y Sistemas Autónomos de la Universidad del Sur de California (EEUU), Maja Mataric. "Pero sólo es cuestión de tiempo hasta que sean capaces de toda clase de cosas", por ejemplo hacer la cena o recoger el salón.

De hecho, la fase en la que nos encontramos es tan temprana que ni existe un consenso todavía en cuanto a qué significa "robot doméstico" exactamente. Se suele referir en estos términos a Jibo y Echo, pero existen grandes diferencias entre ambos. Jibo, al que sólo han tenido acceso hasta ahora early adopters pero empezará a comercializarse a los consumidores el año que viene, es mucho más parecido a la imagen que les viene a la mayoría de personas cuando piensen en un robot - es animado y altamente interactivo. Echo es como un monolítico - un sencillo cilindro que sobre todo responde a instrucciones. Jibo es mono, Echo austero. Jibo es "video-habilitado", Echo no. Jibo cuesta 749 dólares (unos 684 euros), Echo cuesta 199 dólares (unos 182 euros).

Pero aunque Jibo puede moverse ninguno de los dos es móvil, en parte porque aún no hay motivo para que lo sean. No pueden limpiar ventanas ni hacer una tortilla. "Cuando puedan realizar labores físicas, la movilidad imperará mucho más", dice Mataric. Los expertos en robótica no se lanzan a predecir cuándo esto ocurrirá. "Con el tiempo podrán hasta guisar", dice la investigadora robótica de la Universidad de Maryland (EEUU) Cynthia Matuszek. Pero "dentro de varias décadas" es su aproximación más precisa. Mientras tanto, los robots domésticos pueden realizar tareas básicas, con distintos grados de éxito, en respuesta a órdenes de voz. Echo se hace llamar "Alexa", así que le puedes decir "Alexa, pon el último álbum de Mumford & Sons", y lo hará. O puedes pedirle la previsión del tiempo. Jibo, en cambio, puede mantener conversaciones sencillas, mientras se menea y se gira y muestra un vídeo. Puede enseñar idiomas a los niños o, sentado en la encimera de la cocina, enseñar recetas a los adultos.

Foto: Echo

Durante los próximos años, el aprendizaje artificial permitirá que estos robots conversen de forma significativa con los humanos. Se adaptarán de forma continua, y llegarán a conocer bien a sus dueños. Por eso el inventor de Jibo y directora del Grupo de Robots Personales del Laboratorio de Medios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, de sus siglas en inglés), Cynthia Breazeal, se refiere al robot como "un miembro de la familia". Durante una entrevista, el jefe de proyecto de Jibo, Matt Revis, se refería a Jibo como "él". "Cuando hablas con él", dice Revis, "sientes que estás interactuando con alguien".

Hay mucho debate entre robotistas acerca de si los robots deben, o no, incorporar características humananoides. Matuszek dice que hay "mucho potencial" en el concepto de los robots como seres "de compañía", sobre todo para usos especializados como el cuidado de la gente de tercera edad, gente socialmente marginados o niños autistas. Pero, dice, "en general la gente tiende a personificar a sus dispositivos, sean monos o no".

Si enseñar a los niños a tocar el piano fuese la meta, quizás sería mejor el enfoque humanoide. Pero si sólo quieres una máquina simple para tu casa inteligente, mejor el enfoque de Echo.

De hecho, ese parece ser el objetivo de Amazon para Echo. No necesitas que tu robot sea humanoide para decirle que apague las luces de otra parte de la casa (tarea de la que pronto será capaz Echo) o comprar detergente (que Amazon te venderá encantado).

Una máquina sencilla doméstica parece la aplicación más prometedora a corto plazo. Por todas sus referencias a Jibo como acompañante, Revis es entusiasta de la idea de "él" (Jibo) como el encargado de encender las luces y cerrar la puerta con llave. Tales tareas "encajan muy bien con su carta de constitución", dice Revis. El mayor reto de momento reside en los patrones técnicos, que son altamente complejos y lejos de resueltos ahora que se unen al mercado empresas como Google y Apple.

Pero en un futuro próximo será habitual escuchar dentro de las casas voces que piden "atenuar la luz en un 20%" y observar como se baja la luz. Algún día una casa controlada por un robot doméstico "entenderá la localización de una persona que está en casa y sabrá qué quieren sin que lo pidan", asegura el fundador de NextMarket Insights, Michael Wolf. Estima que el mercado de casas inteligentes autoinstalables aumentará de los 1.300 millones de dólares de hoy (1.200 millones de euros) a 7.800 millones de dólares (7.100 millones de euros) para el año 2019.

En algunos aspectos puede que esto parezca poco plausible a ojos de los usuarios de los robots domésticos actuales, que a veces no consigan que sus robots comprendan las más sencillas de peticiones. "Está aún en estado bruto", dice Matuszek, "Seguirán realizando tareas pequeñas, mejorando continuamente. No habrá un momento concreto cuando nos paremos a decir, ajá, ya hemos llegado".

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