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Computación

La inmersión sensorial que no triunfó en 1960 renace gracias a la realidad virtual

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Wild usa un escenario físico para generar experiencias virtuales que resultan surrealistas y que podrían convertirse en una atracción

  • por Rachel Metz | traducido por Teresa Woods
  • 28 Agosto, 2015

Foto: La ‘start-up’ Wild combina la realidad virtual con objetos reales. Este plano compuesto muestra la vista desde dentro de un casco Gear VR mezclada con el mundo real.

En 1962, el director de fotografía Morton Heilig patentó su Sensorama Stimulator – una abultada máquina de realidad virtual que mostraba películas en 3D en una pantalla mientras introducía olores, sonidos y la sensación del viento.

Heilig nunca consiguió que su aparato de inmersión sensorial alcanzara la popularidad; sigue siendo una curiosa nota de pie en la historia de la realidad virtual. Pero una pequeña start-up radicada en un garaje de Oregón (EEUU), podría tener más suerte.

Desde marzo, Wild ha estado construyendo una experiencia que combina la realidad virtual con elementos de la vida real. Los visitantes llevan un casco de realidad virtual y unos auriculares de forma que están rodeados por imágenes virtuales en 3D acompañadas por efectos de sonido y música. Pero las escenas en 3D incluyen instrucciones para hacer cosas como girar el pomo de una puerta y abrirla, y cuando lo haces te das cuenta de que no es sólo una representación digital de una puerta sino una puerta real que debes abrir y un umbral que has de cruzar para navegar desde una sala virtual a otra.

"Nos gusta la idea de combinar el espacio físico con la realidad virtual porque ancla al usuario dentro de la experiencia más que simplemente quedarse flotando por el éter", explica el fundador de Wild, Gabe Paez.

Wild espera que las empresas quieran construir este tipo de experiencias de realidad mixta para ferias y eventos, y también imaginan un posible uso como una especie de atracción de parque temático.

De momento, el intento de Wild de unir las dos realidades es sólo un prototipo: un espacio habilitado en mitad de sus oficinas, construido con tableros de madera, dividido en dos salas con aquella puerta entre medias y un puñado de elementos más – una ventana, una palanca y un interruptor de luz. Todos estos trocitos de realidad corresponden con varias escenas virtuales que ha creado la empresa y que se ejecutan en un casco Gear VR de Samsung y un smartphone que se fija al casco.

Tuve la oportunidad de probarlo por mí misma la semana pasada. La demostración de 10 minutos fue surrealista; aunque sabía que lo que veía y oía no estaba pasando de verdad, los elementos del mundo real que aparecían en distintos momentos dieron al entorno digital una sensación sorprendentemente auténtica e interactiva.

Por ejemplo, en un momento dado se visualizó una puerta dentro de mi entorno virtual, y tendí la mano para coger un pomo real. Abrí la puerta y pasé a una sala distinta con aspecto de cabaña, equipada con una mesa de cocina sobre la cual palomitas de maíz que aparecían de la nada explotaban y caían en forma de arco iris hasta aterrizar en un bol colocado encima de la mesa – tendí la mano y realmente había palomitas allí, en un bol, para que las comiera.

En otro momento, utilicé un interruptor para apagar la luz, lo que pareció desencadenar una ruidosa tormenta al otro lado de la ventana de la cabaña; el viento y un rocío de agua me dieron en la cara hasta que me desplacé hasta la ventana y la cerré.

También hubo una escena en la cual tuve que mover una gran palanca de lado a lado; moverla a la izquierda o a la derecha ralentizó una caravana sin fin de coches deportivos rojos que pasaban por mi lado en lo que parecía una calle de Tokio (Japón).

Wild consigue todo esto mediante el uso de un grupo de sensores para captar datos acerca de dónde te encuentras físicamente y qué estás haciendo. Utiliza varios sensores Kinect para determinar tu ubicación, además de sensores colocados en los objetos reales, como la puerta, desde los cuales pueden extraer datos rotacionales mientras la abres o cierras.

Mark Bolas, un profesor adjunto de la Universidad del Sur de California (EEUU) y el director de investigaciones sobre la realidad mixta del Instituto para Tecnologías Creativas de la universidad, dice que tales intersecciones entre objetos del mundo real y la realidad virtual son "momentos anclantes" que aumentan las probabilidades de que la gente crea que la experiencia virtual sea real.

"Cada vez que tienes uno de esos [momentos] te alejas un poco más del mundo real", dice.

Aun sí, a Wild le queda mucho trabajo por delante para alinear el mundo virtual con objetos reales, entre otras cosas. En el mundo virtual, tenía la sensación de ser más pequeña de lo que soy en realidad, y cuando tendí la mano para abrir esa primera puerta, el pomo no estaba donde creía; a menudo también me encontraba dando pequeños pasitos y extendiendo las manos tímidamente para evitar chocar con algo (cosa que no ocurrió).

Paez dice que la empresa está empezando a explorar la cuestión de si la realidad virtual puede existir en un espacio físico. Dice que la empresa está investigando el uso de otras tecnologías de captación de movimiento para mejorar el rastreo.

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