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Las dos caras de Facebook

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Considera la conectividad como un derecho humano y aboga por ampliarla a todo el mundo mientras que sus iniciativas sólo parecen perseguir una mayor difusión de su propio servicio

  • por David Talbot | traducido por Francisco Reyes
  • 20 Diciembre, 2013

La primavera pasada, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, invirtió en un impresionante nombre de dominio: internet.org. Luego, en agosto, publicó un vídeo con fragmentos del discurso de la "Estrategia de la Paz" de John F. Kennedy y escribió en su blog que iba a "compartir una propuesta inicial sobre cómo podemos conectar a los próximos 5 mil millones de personas y un plan aproximado para trabajar juntos como industria para llegar a ese punto". De ese modo, Facebook y seis socios, entre ellos las empresas Nokia, Samsung, Qualcomm y Ericsson, se convirtieron en parte de un creciente movimiento de compañías de tecnología que afirman tener un compromiso con la conectividad, aparentemente inspiradas por el hecho de que sólo 2.700 millones personas entre los 7.000 del mundo tienen acceso a internet. En octubre, Google lanzó la Alianza para el Internet Asequible (entre cuyos miembros figuran Facebook y Ericsson). Está presionando para que el acceso a internet sea más barato a través de políticas y reformas normativas.

Detrás de este enfoque en la conectividad del mundo residen una serie de realidades más complejas. Las empresas involucradas tienden a enfatizar la entrega de una mayor cantidad de datos a aquellas personas que ya tienen acceso a la red, en lugar de extender la conectividad de las comunicaciones a las personas que no lo tienen en absoluto. Y a pesar de las nobles declaraciones de Zuckerberg, Facebook en particular, no está a altura de algunos de los objetivos de Internet.org: la empresa no está invirtiendo en ampliaciones de red en los países en desarrollo, y sus prácticas de negocio, en muchos casos, han obligado a los proveedores de servicios de internet en esos lugares a incurrir en costes adicionales.

Internet.org sigue siendo más un comunicado de prensa que un plan. Pero su primera declaración formal, un libro blanco de 74 páginas firmado conjuntamente por el fabricante de estaciones base Ericsson y el fabricante de chips Qualcomm, resulta revelador: establece el objetivo de entregar de datos de forma 100 veces más eficaz a los teléfonos móviles, los dispositivos que la mayoría de los recién llegados a internet utilizarán para vincularse a la red.

Darle al plan de eficiencia de datos de Facebook el título de "salvador del mundo en desarrollo" es algo "difícil de tragar".

El aumento de la eficiencia es un objetivo eterno. Y si hace posible que los proveedores de internet ofrezcan banda ancha de forma más barata, podría mejorar la situación de la gente. (Una investigación del Banco Mundial señala que el aumento de la penetración de la banda ancha en los países en desarrollo en un 10% aumenta su crecimiento económico anual en 1,4 puntos porcentuales.) Pero hacer que la gente tenga más datos más rápidamente es un objetivo muy diferente al de introducir la conectividad en primer lugar.

Verdades elementales

Facebook es una importante presencia en línea en todo el mundo. Tomemos África como ejemplo, donde a menudo ocupa el primer o segundo lugar en popularidad entre los sitios web. Sin embargo, Facebook no tiene centros de datos allí, lo que significa que los contenidos generados por los miembros de Facebook en Kenia, por ejemplo, tienen que atravesar cables de fibra óptica submarinos para llegar a centros de datos en otros continentes. Eso cuesta a los PSI locales por lo menos 100 dólares (73 euros) al mes por cada megabit de tráfico. Este cargo no se aplicará si Facebook almacenara el contenido del usuario de forma local.

Los proveedores de internet pasan esos costes adicionales a los consumidores, lo que seguramente no sea de mucha ayuda a las iniciativas por expandir internet en un continente donde sólo el 16% de la población tiene acceso, frente al 39% en todo el mundo. "Es un poco engañoso", afirma el director de Angani, Phares Kariuki, cuya empresa se dedica a la computación en nube en Nairobi. "Por un lado, Facebook afirma que quiere dar a África acceso a través de internet.org,
pero si nos fijamos en las decisiones de empresa que están tomando, en lo que se refiere a los africanos, aún no he visto nada que refleje ese valor". (Vale la pena señalar, sin embargo, que Akamai, el servicio de optimización web, está estableciendo infraestructura en cada vez más lugares de África. Hasta el punto que Facebook utiliza el servicio de Akamai, y reduce los costes adicionales en los que incurrirían los PSI en aquellas regiones).

Como parte de internet.org, Zuckerberg publicó un libro blanco titulado "¿Es la conectividad un derecho humano?" en el que escribió que la compañía ha "invertido más de 1.000 millones de dólares (730 millones de euros) en conectar a las personas en el mundo en desarrollo durante los últimos años". Pero los detalles brillaban por su ausencia: ¿en qué se lo ha gastado, para conectar a quién y a qué? A través de un portavoz, Zuckerberg rechazó una solicitud de entrevista. Pero si la analizamos más de cerca, esa declaración aparentemente significa "conectar a las personas a Facebook".

El portavoz de Facebook Derick Mains envió una aclaración por correo electrónico: la compañía, escribió, no ha invertido en una "construcción física de infraestructura" cualquiera para conectar a la gente. Se negó a decir dónde se han gastado los 1.000 millones, y sólo dio un ejemplo: la compra de Snaptu por 70 millones de dólares (51 millones de euros), cuya tecnología hace posible que aplicaciones como Facebook se ejecuten en los teléfonos básicos que normalmente se usan en los países en desarrollo.

Estas adquisiciones, por supuesto, tienen el propósito de mejorar las operaciones propias de Facebook: la empresa, al igual que otras, está muy interesada en hacer que su servicio sea accesible en tantos teléfonos como sea posible. Facebook también está haciendo un trabajo importante por desarrollar formas de entregar la información de manera más eficiente a los teléfonos inteligentes que ejecuten el sistema operativo Android, de presencia dominante, según afirma el vicepresidente de infraestructura de Facebook, Jay Parikh.

Facebook seguramente creará tecnologías que resulten útiles en todo tipo de teléfonos móviles. Pero Ethan Zuckerman, que ha ayudado a dirigir varios proyectos de red en países pobres, afirma que "reflejar eso en un comunicado de prensa que convierta a Facebook en el salvador del mundo en desarrollo es algo difícil de tragar".

Aprovechar las ondas

Otras empresas de internet han ido mucho más lejos, financiando proyectos de infraestructura que también promueven sus propios intereses para lograr que más personas utilicen sus servicios.

Una se encuentra en la capital de Kampala, Uganda, una metrópolis donde puedes conseguir conectividad relativamente lenta de cualquiera de sus aproximadamente 10 operadores de telefonía móvil y proveedores de servicios de internet. En noviembre, Google anunció que había instalado 170 kilómetros de líneas de fibra óptica en Kampala, un gran paso adelante que podría permitir a las compañías telefónicas y proveedores de internet locales ofrecer mayores velocidades a precios más bajos. (Menos del 1% de los africanos subsaharianos tienen de banda ancha fija, definida por la Unión Internacional de Telecomunicaciones de la ONU como una velocidad de datos de dos megabits por segundo, y un 11% tiene banda ancha móvil, que se define como 3G o un servicio similar).

Si Facebook quiere realmente conectar a más personas, debe apoyar a las redes inalámbricas de última generación.

Existen otros proyectos destinados a proporcionar acceso a internet allí donde no existía previamente en absoluto. Uno se está desarrollando en la región cercana a Nanyuki, Kenia, un pueblo a los pies del Monte Kenia. En las zonas pobres y escasamente pobladas como esta, extender fibra no tiene sentido económicamente ya que las compañías telefónicas inalámbricos a menudo no logran recuperar sus inversiones, incluso en estaciones base móviles convencionales alimentadas por generadores diesel. Pero en Nanyuki, un sistema de internet inalámbrico de bajo coste y experimental está alterando radicalmente la economía.

Funciona así: en primer lugar, un transmisor de microondas de gran alcance ofrece una conexión de banda ancha a partir de un extremo de fibra a varias estaciones base inalámbricas fijas a decenas de kilómetros. Estas estaciones base retransmiten los datos a través de las frecuencias de televisión sin usar, conocidas como "espacios en blanco", a 40 routers wifi que funcionan con energía solar y a estaciones de recarga telefónica en escuelas, clínicas, empresas y centros comunitarios. El aparato de Nanyuki ya da servicio a 20.000 personas, y dicha capacidad se verá triplicada. Más importante aún, lo hace por menos de 5 dólares (3,65 euros) por usuario al mes, un 5% del ingreso anual promedio de la región, situado en
1.200 dólares (877 dólares).

La compañía responsable de esta iniciativa es Microsoft, aunque Google acaba de terminar una prueba similar para proporcionar ancho de banda en escuelas de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Varias empresas están probando muchas otras iniciativas de espacios en blanco por todo el mundo. El impacto podría ser grande: lo que necesitan muchos lugares es un acceso sencillo a las ondas de radio, que con frecuencia están restringidas por los gobiernos nacionales. "Si echamos un vistazo al mundo, ya sea EEUU o Filipinas, las cuestiones en torno a la inclusión digital y el acceso universal son principalmente problemas de política", afirma el director del grupo de políticas de tecnología de Microsoft, Paul Garnett.

Llegar a lo más remoto

Pero en las áreas más lejanas, los espacios en blanco dependen de la calidad de las estaciones base y las fuentes de alimentación. El director general de una compañía llamada Vanu, Vanu Bose, que desarrolla estaciones base celulares baratas, cuenta la historia de un emprendedor en Zambia que recoge teléfonos móviles entre la gente del pueblo cada mañana. Luego conduce tres horas a un lugar donde puede conseguir señal desde una torre celular y activa todos los teléfonos para que puedan recibir todos los mensajes de texto y mensajes de voz que han acumulado desde la excursión del día anterior.

Esta solución es un recordatorio de que todavía existen más de 200 millones de personas en África que no tienen ni siquiera el servicio más básico de teléfono móvil. Para Zambia, Bose ha desarrollado la que afirma es la estación base con un uso energético más bajo en el mercado: una unidad resistente que puede conectarse a internet de varias formas, entre ellas con enlaces de microondas, enlaces satelitales y espacios en blanco, y dar acceso a 1.000 habitantes por nodo. Todo lo que necesita son 50 vatios de potencia de paneles solares, con unos pocos vatios más para un muelle de carga de teléfono comunitario. Esto proporciona servicios de voz y datos básicos, y tal vez un hotspot wifi de bajo ancho de banda.

Desde luego no es banda ancha. Pero este servicio puede transformar las cosas, ya que permite a las familias mantenerse en contacto, pedir ayuda médica de emergencia y entregar materiales educativos. "Internet.org tiene que ver con las redes de mayor capacidad y más ancho de banda", señala Bose. "Pero no hay que pensar en el ancho de banda como lo principal, sino que la conectividad es lo primero. Son cosas muy diferentes. Una transacción de comunicaciones por día es infinitamente mejor que ninguna".

Más allá de configuraciones hipereficientes como las de Bose, Google ha creado un prototipo de un nuevo concepto: una flota de globos de energía solar en la estratosfera, con los que crear redes y proporcionar conectividad a internet en zonas rurales remotas a velocidades comparables al 3G. La iniciativa ha sido criticada como un truco de marketing que ni siquiera funciona. Pero en contraste con el esfuerzo de Facebook por aumentar la eficiencia de datos, "por lo menos es curiosa y nueva, al menos es interesante, por lo menos es ambiciosa", afirma el actual director del Centro Cívico de Medios en el Media Lab del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, EEUU), Ethan Zuckerman.

Facebook afirma estar bien centrada, y que ayudar a que más personas con teléfonos puedan permitirse pagar los planes de datos es una tarea crucial. Por ese motivo las líneas generales de internet.org implican encontrar la manera de entregar los datos de manera más eficiente, en parte a través de nuevos modelos de negocio. "Una buena forma de verlo es que se trata de un primer paso, y un problema muy difícil de resolver", señala el ex-ejecutivo de Qualcomm, Aaron Bernstein, que actualmente es director de alianzas móviles en Facebook. Y todas las empresas y organizaciones que promueven y trabajan por la conectividad a internet están de acuerdo en que no existe una solución ideal. "Hay muchas soluciones", tal y como señala Parikh desde Facebook.

Pero Facebook tiene que implantar esas soluciones de forma correcta. Si la empresa realmente quiere hacer que el acceso sea más asequible, podría asegurarse de que sus datos se encuentren en los países en los que la gente utiliza el servicio. Si realmente quiere conectar a más personas, podría financiar y apoyar las redes inalámbricas de última generación. Tal y como dijo John F. Kennedy en relación al Cuerpo de Paz, 24 años antes del nacimiento de Zuckerberg: "Los estadounidenses están dispuestos a contribuir. Sin embargo, el esfuerzo debe ser mucho mayor del que hemos hecho hasta ahora".

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