.

Cadenas de bloques y aplicaciones

Los europeos duermen cada vez menos, y la culpa puede ser de la tecnología

1

Una investigación ha monitorizado los patrones de conexión a internet en 122 países, y sus resultados ofrecen una revolucionaria forma de estudiar el comportamiento humano

  • por Emerging Technology From The Arxiv | traducido por Teresa Woods
  • 08 Febrero, 2017

Unos 40 millones de personas en todo el mundo se conectaron a internet en 1995. Para el año 2000, esa cifra había aumentado hasta unos 400 millones, y en 2016 alcanzó los 3.500 millones. Eso significa que casi la mitad de la población global está conectada a una misma tecnología.

Es una estadística extraordinaria que abre la puerta una posibilidad interesante. Si todo el mundo está conectado a lo mismo, ¿sería posible emplear esa tecnología como una especie de monitor demográfico para medir el comportamiento humano a una escala casi inimaginable

El de la Universidad de Chicago (EEUU) Klaus Ackermann y varios compañeros suyos afirman haberlo conseguido mediante un análisis de los patrones de conexión de los dispositivos entre 2006 y 2013. Han tenido en cuenta datos a nivel global tomados cada 15 minutos, lo que ha generado un número asombroso de observaciones: un billón de lecturas.

¿Qué puede decirnos de la humanidad este enorme conjunto de datos? El equipo de Ackermann lo construyó a través de dos fuentes. La primera está compuesta por los datos de seguimiento periódico de direcciones IP para comprobar si estaban conectadas o no, realizado entre 2006 y 2012. La segunda es una fuente comercial de geolocalizaciones IP que revela dónde se encontraba físicamente cada dispositivo. La combinación de ambos grupos ofrece una gran base de datos sobre el uso de internet en 122 países cada 15 minutos entre 2006 y 2012.

Los investigadores empezaron por estudiar cómo crece y se satura la conectividad a internet en sociedades de todo el mundo. Resulta que el crecimiento de internet sigue el mismo patrón en todas partes.

El crecimiento empieza despacio, aumenta a ritmos vertiginosos y finalmente se estabiliza cuando casi todos los ciudadanos tienen acceso. Esto genera una curva con forma de S, como esperaban los investigadores. La saturación se produce cuando cada hogar de tres personas de un país dispone de una dirección IP.

Lo que sí resulta sorprendente es que se tardan 16 años de media en saturar la red de un país. Es un ritmo mucho más alto que el que han vivido otras tecnologías, como la energía de vapor, que se saturó a los 100 años, significativamente más rápido que otras tecnologías que han revolucionado las sociedades, como la energía de vapor, que llevó unos 100 años, y la electrificación, que tardó 60 años.

Curiosamente, sólo cuatro países se saturaron en 2012. Eran Alemania, Dinamarca, Estonia y Corea del Sur. Otros, como Turquía, van tan lentos que tardarán décadas en saturarse.

El equipo de Ackermann también examinó el vínculo entre la conectividad IP y la productividad económica. Dicen que el PIB per cápita está positivamente correlacionado con la conectividad IP per cápita. En otras palabras, los países con una mayor penetración de internet experimentan un crecimiento económico más rápido.

Y esta correlación tampoco es trivial. Los investigadores calculan que un aumento del 10% de la conectividad IP per cápita corresponde con un aumento del 0,8% del PIB per cápita.

Pero también señalan que el crecimiento depende de la industria. La investigación detalla: "En líneas generales, encontramos que los sectores de servicios susceptibles a la competencia digital a través de la subcontratación (el sector editorial, las noticias, la producción de películas, los apoyos administrativos, la educación) han sufrido a causa de la creciente concentración local de direcciones IP. Mientras que los sectores limitados a una ubicación local se han beneficiado de concentraciones más altas de internet (la venta al por mayor, la venta al por menor, el sector inmobiliario, los arreglos, la peluquería, la minería, el transporte y el sector hostelero)".

La nueva base de datos también ha permitido estudiar los patrones de sueño globales. Los investigadores supusieron que cuando un dispositivo se desconecta significa que su usuario se ha ido a dormir y viceversa. "Esta relación no tiene por qué ser tan precisa, pero una asociación adelantada o retrasada tiene capacidad de ofrecer la información", explica el equipo de Ackermann.

Procesaron los datos de las personas de más de 600 ciudades de todo el mundo, calibrados en función de los datos de la Encuesta de Uso del Tiempo Estadounidense. Los resultados ofrecen la primera estimación de la duración de las horas de sueño nocturno en 645 ciudades durante siete años, y son bastante interesantes. "En general, las ciudades grandes tienen patrones de sueño más largos que las ciudades satélite de alrededor", señala el equipo.

Pero aseguran que existen pruebas de que los patrones del sueño están cambiando, tal vez debido al uso de la tecnología. "Mientras que Norteamérica se ha mantenido estable durante la ventana temporal del estudio, la duración del sueño en Europa se ha reducido y ha aumentado en Asia oriental", señalan. Según este cálculo, los patrones del sueño globales están alineándose. Pero la razón sigue siendo un interesante misterio.

Es un trabajo con mucho potencial. Por supuesto, no es la primera vez que una investigación emplea grandes conjuntos de datos para revelar conocimientos sobre el comportamiento humano. La información recopilada suele proceder de tres categorías distintas. Una son los teléfonos móviles, que solo pueden ser analizados mediante acuerdos con las compañías telefónicas, que tienen la capacidad de decidir si los comparten o no.

Otros grandes conjuntos de datos provienen de servicios de internet como las búsquedas de Google, Twitter y Facebook. Sin embargo, estos conjuntos de datos tienen importantes limitaciones, especialmente el hecho de que no representan a la población general. Y por último están los datos procedentes de satélites, que muestran la luminosidad nocturna de la Tierra, por ejemplo. Desde luego son globales pero su resolución geográfica y temporal está limitada.

Pero el conjunto de datos del equipo de Ackermann ofrece un enfoque verdaderamente global. La investigación afirma: "Consideramos que los datos de rastreo nodo a nodo y de conexión/desconexión que hemos empleado complementan a otras fuentes de datos pasivos. Nuestra investigación revela el potencial de la actividad global en internet para transformar cómo se ejecutan las investigaciones en este ámbito".

Estaremos pendientes de qué otros conocimientos podrán revelar.

Ref: arxiv.org/abs/1701.05632: The Internet as Quantitative Social Science Platform: Insights from a Trillion Observations

Cadenas de bloques y aplicaciones

Qué significa estar constantemente contectados unos a otros y disponer de inmensas cantidades de información al instante.

  1. Ciberguerra, 'ransomware' y robo de criptodivisas: la claves en ciberseguridad para 2023

    "Cuando se trata de eliminar el 'ransomware' desde la fuente, creo que dimos un paso atrás", asegura un experto

  2. Descentralización contra regulación: el debate de las criptomonedas en 2023

    Este año habrá una lucha por el alma de las finanzas descentralizadas

  3. Ethereum abandona la criptominería y adopta la prueba de participación

    Nadie sabe exactamente qué le depara a la industria de las criptomonedas tras esta esperada actualización