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Google intenta comerse un trozo del pastel de Uber con su 'app' de viaje compartido

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Aunque es menos flexible y aún no tiene suficientes conductores, es mucho más barata y podría hacerse fácilmente con las rutas diarias más populares, como las de ir y volver del trabajo

  • por Jamie Condliffe | traducido por Teresa Woods
  • 02 Febrero, 2017


Crédito: Nabeel Syed (Unsplash).

Alphabet intenta ampliar su nuevo servicio de viajes compartidos, un movimiento que le posicionará firmemente como rival de empresas como Uber y Lyft.

El servicio, basado en la app Waze, adquirida por Alphabet en 2013, difiere ligeramente de las ofertas de otras empresas. Su servicio empareja a conductores convencionales que utilizan su app de monitorización del tráfico mediante crowdsourcing con personas que necesitan que alguien les lleve a otra parte de la ciudad.

Para que no se convierta en un trabajo para nadie, los pasajeros sólo pagan al conductor unos 35 céntimos de euro por cada kilómetro recorrido. Esta es la tarifa aprobada por el Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos para que la gente reclame el kilometraje de viajes de trabajo realizados con su propio coche. Es mucho más barato que un Uber, que puede costar más de un dólar (unos 0.95 euros) por milla, o mucho más durante horarios de demanda máxima.

Alphabet empezó a probar el servicio el año pasado en San Francisco (EEUU), pero The Wall Street Journal informa de que el plan consiste en "ampliar [el servicio] drásticamente" para lanzarlo en "varias ciudades estadounidenses y latinoamericanas durante los próximos meses".

Uber estará vigilándolo de cerca. En 2013, el brazo de capital riesgo de Alphabet, GV, invirtió en ella casi 240 millones de euros. En ese momento, tenía mucho sentido: Uber era una disruptiva start-up que intentaba cambiar la manera en la que nos desplazamos, y Alphabet era un apoyo bien establecido que podía proporcionarle algo de dinero, apoyos de mapeo e integraciones de producto para ayudarle a crecer.

Pero Uber se ha convertido en un monstruo valorado en más de 57.000 millones de euros que invierte en su propia tecnología para vehículos autónomos y quiere conservar su ventaja en un mercado cada vez más abarrotado. Pero la nueva directora financiera de Alphabet, Ruth Porat, ha cortado el grifo de dinero para experimentos alocados, lo que ha obligado al proyecto de conducción autónoma de Alphabet, Waymo, a archivar sus planes de desarrollar un coche para centrarse en generar éxitos comerciales.

Ahora Uber está probando taxis robóticos y se rumorea que Waymo planea desplegar una flota rival este año. Si ambas empresas también dispusieran de plataformas de software que colocaran a sus vehículos en nuestro futuro de conducción autónoma, las dos tendrían mucho que pelear entre sí.

Pero aún falta mucho para eso. Actualmente, la app de viajes compartidos de Alphabet sigue siendo muy distinta al servicio principal de viajes de Uber. La del gigante de las búsquedas carece de flexibilidad y, de momento, tampoco tiene un volumen de conductores suficiente como para convertirse en un servicio a demanda. Pero sería muy probable que muchos usuarios sientan la tentación de reducir costes con la oferta de Alphabet, y en los trayectos diarios más comunes, el volumen de conductores tiene probabilidades de ser lo suficientemente alto como para robar una parte de los clientes de Uber.

(Para saber más: Wall Street Journal, Uber’s Robotic Taxis Are Headed to San Francisco, Alphabet Sets Up a New Company to Commercialize Autonomous Car Technology, Google Buys Waze, One of Few Truly Useful Apps)

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