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Tecnología y Sociedad

El complejo militar-empresarial israelí ya tiene big data

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Una tecnología para rastrear el movimiento de enemigos sirve de base para que Israel entre en el campo del software de predicción comercial.

  • por Matthew Kalman | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 15 Julio, 2013

Hace dos años, una media docena de programadores y emprendedores empezaron a trabajar juntos en un sótano de Tel Aviv para crear una de las 5.000 empresas de alta tecnología de Israel. Era una empresa creada con sigilo, aunque estos veinteañeros ya estaban acostumbrados a los secretos. La mayoría habían estado juntos en la misma unidad de inteligencia militar de las Fuerzas de Defensa de Israel.

En el ejército, trabajaron en algoritmos capaces de predecir el comportamiento de los enemigos de Israel mediante la captura de patrones de señales interceptadas. Su nueva empresa estaba basada en la misma idea, pero su objetivo era adivinar las preferencias de los consumidores. Se llamaba Any.Do. A finales de 2012 su aplicación de productividad para teléfonos inteligentes era una de las descargas más populares del mundo.

Cada año, el ejército de Israel hace que miles de adolescentes pasen por cursos técnicos, los coloca en equipos ya preparados y luego los gradúa en un país que atrae más inversiones de capital de riesgo por persona que cualquier otro en el mundo. El resultado, según el libro de 2009 Start-Up Nation, es un "milagro económico" que ha visto cómo las exportaciones de alta tecnología han pasado a 25.000 millones de dólares (19.000 millones de euros) anuales, alrededor de una cuarta parte de las exportaciones de Israel.

El complejo militar-empresarial de Israel ha proporcionado una particular ventaja en cuanto al análisis y a los grandes volúmenes de datos (big data). "Su experiencia principal era extraer la intención de los mensajes que se envían a través de diferentes canales de comunicación", señala el director general de Any.Do, Omer Perchik, en referencia a su equipo. "Lo que estamos construyendo es un tipo de motor de acción, donde extraemos la intención del usuario a partir de sus tareas y le permitimos ejecutar efectivamente dichas tareas desde su dispositivo móvil".

El servicio militar en Israel es generalmente obligatorio, con una duración de dos o más años. Muchos aspirantes a empresarios solicitan entrar en la academia de entrenamiento informático de las Fuerzas de Defensa de Israel, conocida como Mamram. Situada en una base a las afueras de Tel Aviv, actúa un poco como escuela para start-ups, enseñando programación y gestión de proyectos a cadetes vestidos con uniforme verde olivo. Los jóvenes hackers con habilidades probadas son reclutados por unidades de inteligencia especializadas como Matzov, la división cibernética del ejército, o unidades que participan en señales de inteligencia y espionaje.

"Lo que hacemos en el ejército es tomar a estos brillantes jóvenes de 18 años de edad y poner a su disposición un centro de datos del tamaño de Google y Facebook combinados. Luego les pedimos que hagan algo que sea de importancia crítica para una misión", afirma Michael Eisenberg, socio general de la firma de capital riesgo Benchmark Capital. "Ahora que están saliendo del ejército, en Israel tenemos la mayor y mejor concentración de ingenieros de grandes volúmenes de datos y analistas de cualquier parte del mundo".

Eso explica por qué IBM, Google, Microsoft, EMC, Intel, General Electric, eBay, Cisco y otros gigantes tienen centros principales de investigación en Israel, donde trabajan más de 230.000 personas en campos de alta tecnología. En los últimos dos años, las compañías israelíes especializadas en informática, seguridad cibernética y de almacenamiento de datos móviles han sido compradas por sumas cada vez mayores, lo que ha culminado con la adquisición en junio de la aplicación de mapeo Waze por Google por más de 1.000 millones de dólares (766 millones de euros).

Tal Marian, fundador de TechLoft, un espacio de trabajo compartido en la 'Milla Tecnológica' del bulevar Rothschild de Tel Aviv, afirma que los efectos sobre el ámbito de las start-ups han sido notables. "Algunas de las unidades militares funcionan como una organización civil", señala. Existe "la sensación de que si llegas con una buena idea que responda a una necesidad real de la misión de esa unidad, conseguirás los fondos, la mano de obra y el tiempo que necesites".

A veces, la conexión militar con las start-ups es obvia: la cámara miniaturizada y fuente de alimentación en una camara encapsulada desarrollada por Given Imaging está basada en el equipo situado en el morro de un dron (avión no tripulado) militar. Otras conexiones son más oscuras. Algunos aspectos de la experiencia israelí en redes de comunicaciones móviles, por ejemplo, se han desarrollado en el marco de una medida defensiva contra los ataques terroristas de los palestinos. Los detalles son todavía alto secreto.

Otro factor que la logrado impulsar la escena de start-ups de Israel es el bajo coste de la universidad, cerca de 3.000 dólares (2.297 euros) al año. Los estudiantes suelen acabar el servicio militar y la universidad sin deudas, lo que permite a muchos de ellos tomarse un año libre para perseguir sus sueños.

A veces se hacen realidad. El éxito de Waze ha revitalizado un mercado ya de por sí en ebullición. Al igual que Any.Do se basa en el análisis predictivo de grandes cantidades de datos, Waze aplica las mismas técnicas para obtener en tiempo real, y mediante en crowdsourcing con sus usuarios, información de tráfico precisa y mapas. Se cree ampliamente que el ejército israelí posee una década de liderazgo por encima de EE.UU. y Europa en cuanto a habilidades con grandes volúmenes de datos. El cofundador de Waze, Uri Levine, también comenzó su carrera como desarrollador de software militar. 

"Los grandes volúmenes de datos no era una marca hace 10 años, pero ya estaban presentes en las organizaciones de inteligencia", afirma Elik Ber, exoficial de inteligencia militar que hoy día trabaja para Meidata, una empresa de investigación de negocios. "Hoy día, cuando una empresa dedicada al consumidor quiere saber quién ha comprado su producto en cualquier parte del mundo, se enfrenta a ese mismo tipo de reto".

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