Un gran número de trabajadores están pasando de trabajar para organizaciones a trabajar como autónomos en redes de trabajo. Plataformas como UpWork, Fiverr y Freelancer permiten a los autónomos encontrar el mercado objetivo para sus servicios. Otras están más especializadas: Dribble y 99Designs permiten a los desarrolladores encontrar trabajos nuevos, Clarity y Experfy cultivan especialistas de alto nivel, y Zaarly y TaskRabbit emparejan los trabajadores y los trabajos de bajo nivel. Meetup dota a los autónomos de un método para relacionarse con sus iguales y aprender de sus experiencias, mientras que Twitter, Medium, Quora y LinkedIn habilitan a estos trabajadores independientes para crear su marca y aumentar su influencia sobre el mercado.

Al crecer, estas plataformas ejercerán un control mayor sobre las perspectivas de carrera y el porvenir de los trabajadores que participan en ellas. Cuanto más fácilmente se convierta un trabajo en un bien de consumo, más se inclinará la balanza del poder hacia la plataforma, alejándolo así de los trabajadores. Un conductor de Uber podría ser más reemplazable o intercambiable con sus contrapartes que un anfitrión de Airbnb o un vendedor de Etsy. Etsy y Airbnb han invertido en la comunidad de productores de su plataforma, en reconocimiento del valor que aportan a los consumidores. De forma similar, Dribble exhibe a sus diseñadores, proporcionándoles una manera de construir su propia marca y encontrar trabajo de alto nivel, mientras que 99Designs requiere que los diseñadores compitan entre sí por los proyectos. Los individuos que empiecen a realizar trabajos en red necesitarán elegir estratégicamente las plataformas donde puedan construir su reputación y base de clientes de forma más eficiente.

Cuanto más fácilmente se convierta un trabajo en un bien de consumo, más se inclinará la balanza del poder hacia la plataforma, alejándolo así de los trabajadores.

Los beneficios que acompañan un puesto de trabajo fijo sólo se ofrecen de forma puntual, por lo que los trabajadores en red tienen que asegurarse contra los riesgos asociados con la participación en mercados alternativos. Por ejemplo, los anfitriones de Airbnb corren el riesgo de que algún cliente les destroce su vivienda. Los trabajadores autónomos necesitan disponer de mecanismos de aprendizaje y continuo desarrollo. Para proporcionarlos, las plataformas podrían invertir en las prácticas de gestión de comunidades y ofrecer informaciones a los usuarios de acuerdo a sus interacciones en la plataforma.

De forma más notable, el entorno actual de trabajo en red no ofrece la estabilidad ni los beneficios médicos de un puesto de trabajo tradicional: no es gobernado por el mismo tipo de contrato social. Los reguladores deben crear políticas para los retos a los que se enfrentan los trabajadores dentro de este nuevo entorno laboral. Organizaciones externas, no asociadas con plataformas específicas, también podrían desarrollar nuevos negocios que ofrezcan estos servicios a los trabajadores en red, para sustituir lo que antaño ofrecían los empleadores tradicionales.

Las carreras del pasado dependían de nuestra capacidad de aprovecharnos de las relaciones profesionales offline. Las carreras profesionales del futuro dependerán de nuestra capacidad de aprovecharnos de plataformas de red online. La reputación de los trabajadores en estas plataformas, y su capacidad de construir un negocio a través de múltiples plataformas sin llegar a depender demasiado de ninguna en concreto, determinarán el éxito en la era del trabajo en red.

El autor, el fundador de Platform Thinking Labs, quiere agradecer a Geoffrey Parker y Marshall Van Alstyne las ideas que contribuyeron a este artículo.

Este artículo pertenece al Informe Especial: El futuro del empleo