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Tecnología y Sociedad

Un emprendedor cubano que podría liderar la revolución digital o morir en el olvido

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Hiram Centelles dirige una web de compraventa 'online' que, a pesar de ser ilegal, cuenta con ocho millones de visitas al mes

  • por Adam Popescu | traducido por Teresa Woods
  • 07 Octubre, 2015

A sus 31 años, Hiram Centelles, el cofundador de Revolico, un mercado digital del estilo de Craigslist y núcleo de anuncios clasificados para Cuba, ha pasado los últimos siete años a 4.617 millas (unos 7.387 kilómetros) de la Habana (Cuba) en Córdoba (España).

La publicidad, la operación de un negocio sin una licencia del Gobierno cubano, la venta de cualquier cosa fuera de las tiendas dirigidas por el estado – todas son actividades ilegales en Cuba. Y eso es exactamente lo que ha convertido su negocio en un éxito. Años de represión comunista y el bloqueo comercial de Estados Unidos han creado una sed de bienes que se consiguen fácilmente en otras partes, desde un módem hasta una motocicleta, pero en Cuba sólo se encuentran en el mercado negro. "Es un desastre cómo la gente compra y vende las cosas en Cuba", me contó Centelles. Eso es lo que le llevó a ponerle a su página web el nombre revolico, un término coloquial cubano para un lío o revuelo.

Centelles forma parte de un pequeño grupo de tecnólogos cubanos que han montado negocios relacionados con internet en un país extremadamente pobre y restrictivo, donde sólo el 5% de las personas se conectan plenamente a internet. Ahora estos emprendedores, como su país, pronto se pueden encontrar en una encrucijada. Si el acercamiento actual de las relaciones diplomáticas convence a Estados Unidos de levantar el bloque comercial, la economía de Cuba podría abrirse de manera significativa. ¿Se convertirán estos emprendedores precoces de internet en la primera generación de líderes tecnológicos de Cuba? ¿O se convertirán en notas de pie de página de la historia, incapaces de competir con la oleada de inversiones por parte de empresas de telecomunicaciones y tecnología del extranjero?

Foto: Hiram Centelles en una conferencia en España el año pasado.

Centelles aguarda estos acontecimientos desde España, donde puede mantenerse fuera del alcance de las autoridades cubanas y seguir operando su página web. Dice que se quedará en el extranjero hasta que los cubanos dispongan de una penetración web mucho mayor y más cuentas y tarjetas bancarias. "En unos cinco años", dice, "quizás pueda volver a Cuba. Espero que sí".

Centelles lanzó Revolico en diciembre de 2007 con su amigo de la infancia Carlos Peña. Distaba bastante de la típica configuración de start-up. Centelles, entonces de 23 años de edad, cursaba el último año de sus estudios en el Instituto Politécnico de la Habana, y Peña vivía en España con su familia desde 2006. Fueron inspirados por Ubaldo Huerta, un expatriado cubano que emigró a España y allí montó un servicio de publicidad clasificada del estilo de Craigslist llamado LoQUo que después vendió a eBay.

Centelles creció en La Habana durante la década de 1990, cuando la isla sintió el peso del colapso de la Unión Soviética, cesó el flujo de rublos rusos y explotó el mercado negro. Los cubanos modernos como él no se conformaban con zapatos y tabaco de contrabando. No sólo querían servicios de televisión por satélite y ordenadores, sino también disponer de maneras más fáciles de comprar todo tipo de cosas – bicicletas, coches y cosas muy cubanas, como un sitio en la cola para obtener visados en la Embajada de España. Algunos usuarios tempranos publicaron anuncios en Revolico para matrimonios concertados.

Después de tan sólo unos meses, Centelles supo que había dado con algo. Pero se enfrentaba a un importante problema: agrandar su público y conseguir ventas.

Casi nadie en Cuba tiene una cuenta bancaria, y las tarjetas de crédito están prohibidas. Hoy, el acceso a internet del país de 11 millones de habitantes está disponible principalmente mediante inestables servicios de wifi en 155 hot spots repartidos por el país por cinco dólares la hora (unos 4,5 euros), o a través de los accesos por marcación telefónica dolorosamente lentos de los centros de ordenadores estatales. Si esto parece austero, recordemos que nos encontramos ahora en la era Perestroika de Cuba. Los hot spots de wifi son nuevos, de este verano. Cuando Revolico se fundó hace casi ocho años, Cuba era aún más esclerótico. Entonces, Centelles utilizaba un router pirateado de VPN (red privada virtual, por sus siglas en inglés) para cifrar la dirección IP de Revolico "varias veces cada hora", dice. Pero al final se enteraron las autoridades. La página se vería bloqueada, para después volver a estar en línea con otra dirección IP nueva.

Foto: Un pantallazo de Revolico muestra apartamentos y casas de alquiler.  

Era un trabajo agotador. Para finales de 2008, mientras seguía luchando contra el Gobierno, Centelles fue reclutado por el Ministerio de Relaciones Exteriores para un puesto con la versión cubana de la CIA, dice. La oferta le dejó consternado, y no entendía por qué se le había reclutado. Preocupado por que fuera una treta para meterle entre rejas, dejó Cuba y puso rumbo a España. Obtuvo un permiso de trabajo alegando que la familia de Peña le contrataba como asistente.

Con nuevos servidores españoles, y reunido con su cofundador, Centelles rápidamente puso Revolico en marcha de nuevo. Pero con tan pocos cubanos en línea, sabía que necesitaba un nuevo enfoque. A través de amigos cubanos, contactó con El Paquete Semanal, un servicio que realiza entregas offline de informaciones digitales cada semana. Los cubanos pagan alrededor de dos dólares (unos 1,78 euros) por semana para que El Paquete Semanal les entregue dispositivos de almacenaje de USB que contienen películas, música, noticias, apps y otros ficheros, incluidos los anuncios de Revolico. Elio López, el fundador de El Paquete Semanal, gestiona el servicio mediante el acceso ilegal a datos de internet desde satélites y el envío de 200 mensajeros para distribuir los dispositivos de almacenaje USB (y recoger los de la semana anterior).

Ahora Centelles dice que Revolico tiene ocho millones de visitas al mes, 25.000 nuevos anuncios al día, y un flujo estable de clientes de pago – la mitad de ellos desde Florida (EEUU). Su equipo ha aumentado; cuenta con 6 empleados – cuatro en España, dos en Cuba – y realizan cobros a cientos de clientes que pagan 15 dólares (unos 13,4 euros) a la semana, o 50 dólares (unos 44,6 euros) al mes, en efectivo, por la publicación de sus anuncios. En lugar de enviar un correo electrónico para contestar a un anuncio, como se haría generalmente con Craigslist, los usuarios de Revolico en Cuba normalmente establecen el contacto por teléfono para después reunirse en persona para ejecutar la compraventa, también en efectivo. "Cuando cualquier cubano quiere comprar o vender, lo primero que le viene a la mente es buscarlo o anunciarlo en Revolico", dice Yondainer Gutiérrez, el cofundador de AlaMesa, un servicio de restaurantes cubanos similar a Yelp y OpenTable.

Centelles visitó su país en 2011, sin saber qué esperar. Su mente se vio inundada por todos los escenario posibles - ¿esposas y una celda, quizás? Para su sorpresa, no fue contactado por ningún oficial; no pasó nada. Y eso le envalentonó aún más. En 2012, se presentó como la cara pública de Revolico. Trabajando con Huerta, el emigrante que le inspiró originalmente, también ha cofundado un servicio de recargas telefónicas para cubanos llamado Fonoma y una página web de crowdfunding llamada Yagruma. Este año, tiró los dados otra vez y visitó Cuba. Y de nuevo, el Gobierno no reaccionó.

Por eso se plantea volver algún día a Cuba de forma permanente. Echa de menos a su familia, amigos y cultura. "Pienso en ello cada día", dice.

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