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Computación

Una prueba virtual para el trastorno de estrés post-traumático

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Los investigadores esperan que el uso de sensores múltiples dé como resultado una forma más objetiva de diagnóstico de este trastorno de ansiedad.

  • por Emily Singer | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 16 Junio, 2011

Mediante la combinación de realidad virtual con datos de sensores fisiológicos, los investigadores del Laboratorio Draper están tratando de desarrollar una nueva forma de diagnosticar el trastorno de estrés postraumático (TEPT) relacionado con personas que han sufrido una experiencia traumática en repetidas ocasiones.

La investigación es de especial interés para los militares, ya que muchos combatientes que regresan de Irak y Afganistán sufren TEPT. Muchos también han sido víctimas de explosiones u otros traumatismos, a menudo dando como resultado una lesión cerebral traumática leve. Los dos trastornos tienen síntomas similares, pero requieren tratamientos diferentes, así que un diagnóstico preciso es fundamental.

El diagnóstico del TEPT se basa actualmente en entrevistas con un médico y en la presencia de ciertos síntomas, tales como recuerdos en forma de flashback del trauma y la dificultad para dormir y para concentrarse. Sin embargo, si el trastorno pudiese ser diagnosticado con mayor precisión y objetividad, podría ayudar a los médicos a distinguir el TEPT de otros trastornos, y también ayudar en la evaluación de la eficacia de tratamientos específicos.

En un estudio piloto de siete personas con TEPT, siete personas sanas, y 11 personas con traumatismos, pero no con TEPT, Andrea Webb, psicofisióloga en Draper, junto a sus colaboradores, midieron la tasa cardiaca, el pulso del dedo, la respiración y la conductancia de la piel (una medida del estrés y la emoción), en primer lugar cuando la persona estaba en calma y después cuando a él o a ella se le mostraban escenas potencialmente aterradoras a través de gafas de realidad virtual. Las escenas de realidad virtual fueron cada vez más intensas. Por ejemplo, la primera podía ser un helicóptero sobrevolando sus cabezas; la última podía ser un insurgente corriendo hacia el sujeto mientras disparaba su arma.

Las investigaciones anteriores por otros equipos en el campo han demostrado que las personas con TEPT tienden a tener una respuesta exagerada a este tipo de escenas, con aumentos más dramáticos en la frecuencia cardiaca y la presión arterial que los registrados en personas sanas. El objetivo de Webb es tomar datos de los sensores y crear algoritmos para detectar de manera fiable quién sufre de TEPT. Aunque la recolección y análisis de datos siguen en curso, Webb afirma que los resultados preliminares muestran varios casos en que las personas con TEPT han reaccionado con más fuerza que las de los otros grupos.

Los psicólogos han utilizado herramientas como ésta para estudiar el TEPT en un contexto de investigación durante más de 20 años, aunque llevar la tecnología a la práctica clínica ha sido un reto hasta ahora. "Desde hace años siento que existen posibles aplicaciones clínicas a partir de estos hallazgos", afirma Scott Orr, psicólogo en el Hospital General de Massachusetts, y que no participó en la investigación llevada a cabo en Draper. "Sin embargo, el tipo de equipo que utilizamos requiere una buena cantidad de formación y experiencia, así como conocimientos de psicofisiología".

Gracias en parte a los avances tecnológicos en los sensores fisiológicos, las herramientas se han vuelto más simples, más fáciles de usar, y más compactas, "haciéndolas más atractivas para los médicos", afirma Orr. "El verdadero desafío actualmente consiste en ser capaces de dar sentido a la información que se está recogiendo". Webb y sus colaboradores están tratando de resolver ese problema mediante diferentes enfoques de análisis de datos, incluyendo el aprendizaje de máquinas.

No es sencillo distinguir a las personas con TEPT de aquellas con otros trastornos de ansiedad. Por ejemplo, tanto los que sufren TEPT como las personas con trastorno obsesivo-compulsivo, un trastorno muy diferente, tienden a tener una reacción exagerada de sobresalto ante los ruidos fuertes. Además, no todas las personas con TEPT reaccionan ante las situaciones aterradoras de la misma manera. La investigaciones anteriores sugieren que algunas son "no respondedores"—muestran un menor cambio en la frecuencia cardiaca y otros indicadores que las personas sin el trastorno. El equipo de Webb también tiene previsto examinar estos grupos.

Más allá del diagnóstico, la tecnología también podría ayudar a evaluar la eficacia de diferentes tratamientos para cada paciente. "Muchas veces, las personas no saben bien decirnos cómo se sienten", afirma Orr. "Quizá te dicen que se sienten estresados, y los datos no reflejan nada de eso", explica Orr. "O no creen haber reaccionado ante nada y, en cambio, nosotros observamos un gran aumento en la frecuencia o la actividad cardiaca".

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