Cuando el teléfono de Victor Lorenz suena, puede que no sea sólo un e-mail o un mensaje de texto. También recibe actualizaciones de su coche. Cada vez que algo golpea o hace moverse a su sedán Infiniti aparcado, con una fuerza lo suficientemente significativa, una aplicación en su teléfono inteligente le permite enterarse de ello y recibir vídeo en directo desde el vehículo.

Lorenz es investigador sénior en los laboratorios del fabricante de chips Intel en Santa Clara, en California (Estados Unidos). Está trabajando en un proyecto que conecta los componentes electrónicos del coche a Internet, de modo que las aplicaciones móviles puedan proporcionar al dueño actualizaciones sobre su vehículo cuando ambos están separados.

El sistema desarrollado por Lorenz y sus colegas de Intel consiste en la instalación de una placa de circuito impreso personalizada con procesadores Atom móviles (el tipo utilizado en algunos ordenadores portátiles). Esta placa interactúa con la instalación electrónica del coche, y lo conecta a un servidor en la nube a través de una red móvil.

Los investigadores de Intel han desarrollado aplicaciones para teléfonos Android y de Apple con las que hacer uso de esta nueva conectividad; pueden acceder a los datos del coche y también enviarle comandos. Las aplicaciones se pueden utilizar para cosas sencillas, como por ejemplo abrir la puerta y arrancar el vehículo, y también para tareas más sofisticadas, como el envío de una alerta y de vídeo cuando los sensores de movimiento del coche o las alarmas se disparan. El propietario puede ver la transmisión en directo de inmediato, aunque el vídeo también se archiva en la nube para poder acceder a él más tarde.

"La idea de recibir una notificación cuando le pasa algo al coche tiene un gran atractivo", explica Lorenz. "Es algo que no es posible hoy día".

Intel también está investigando cómo un coche que tenga el sistema instalado podría compartir datos con el fabricante del automóvil sobre el rendimiento del vehículo. El comportamiento de conducción de una persona también podría, posiblemente, compartirse con las aseguradoras o las autoridades locales de transporte. "Estamos viendo cómo se puede recopilar esta información sin comprometer la privacidad del conductor", afirma Lorenz.

En el último año, muchos fabricantes de automóviles, incluyendo a BMW, Ford y Toyota, han hecho posible que los coches hagan uso de la conexión a Internet de un teléfono inteligente, permitiendo a los vehículos utilizar servicios web de radio como Pandora. Sin embargo, ningún fabricante ha desarrollado una aplicación de seguridad como la de Intel.

Dominique Bonte, analista especializada en tecnología de automóviles conectados en ABI Research, afirma que el enfoque de Intel es prometedor. Si encuentra el favor de múltiples fabricantes, sería más fácil para los desarrolladores de software crear aplicaciones que pudieran utilizarse en muchos vehículos diferentes, así como los distintos modelos de teléfonos Android pueden utilizar las mismas aplicaciones. Sin embargo, según señala, los conductores no deben confiar en que su coche sea siempre capaz de comunicarse con ellos. "Hay grandes brechas en la cobertura de móvil en EE.UU., en especial la cobertura de alto ancho de banda necesaria para el vídeo", indica.

Una reciente encuesta realizada por ABI mostró que las características de seguridad son las tecnologías de automóviles conectados más populares entre los consumidores, lo que sugiere que Intel podría estar tras algo importante con su prueba de concepto de aplicación de seguridad. No obstante, Bonte piensa que, a medida que los fabricantes de automóviles hagan que sea más fácil crear aplicaciones para sus vehículos, también proliferarán las aplicaciones de menor seriedad. "Hemos encontrado que el entretenimiento es la categoría de más rápido crecimiento", afirma. Predice que el mercado de aplicaciones de automóvil imitará al mercado de aplicaciones de teléfono, y estará igualmente dominado por la música y los juegos.

Un gran reto para esta tecnología es que la atención del conductor se ve limitada, advierte Bonte. "Los fabricantes de automóviles están invirtiendo mucho en tecnología de voz y también están empezando a considerar ideas como las pantallas superiores [que muestran la información en el parabrisas] y el reconocimiento de gestos", afirma. Estas tecnologías podrían solucionar el problema de la atención del conductor.

Lorenz asegura que encontrar formas de introducir interfaces de ordenador en los coches, en los que tradicionalmente no han aparecido, es algo en lo que se están centrando los investigadores de Intel. Un ejemplo es el intento de hacer más fácil que los conductores conecten de forma segura una aplicación con un vehículo. La solución de Lorenz y sus colegas es hacer que el coche muestre un código de barras en su pantalla del salpicadero. Cuando un teléfono inteligente lee el código, le conduce a descargar la aplicación y a autenticarse sólo con ese vehículo. Los teléfonos con tecnología de transferencia de datos inalámbrica de corto alcance -similar a la utilizada por Google Wallet- pueden hacer lo mismo cuando se pegan al salpicadero de un coche.