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Tecnología y Sociedad

El factor miedo

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Una antropóloga afirma que los adolescentes no son los expertos digitales o alienígenas que creemos que son.

  • por Antonio Regalado | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 09 Marzo, 2012

¿Hace la tecnología que los jóvenes sean distintos? La investigadora sénior de Microsoft Danah Boyd afirma que no demasiado.

A los adultos les preocupa lo que los jóvenes hacen en Internet, aunque Boyd afirma que lo que sucede no va más allá de las habituales historias sobre socialización, sexo y experimentación, solo que ahora esas historias se escriben en la web. Los temores sobre el uso que hacen los adolescentes de Internet reflejan "el mismo pánico moral que hemos sufrido durante décadas", afirma.

Las empresas tienen una imagen de los jóvenes igual de nublada, explica Boyd, que ha sido aclamada como la primera antropóloga en ser miembro de la tribu de Internet que ella misma estudia (se graduó en el instituto en 1996). Hoy día Boyd trabaja en la división de investigación de Microsoft en Cambridge, Massachusetts (Estados Unidos), y se dedica a la investigación de ciencias sociales, asesorando a la empresa sobre cómo interpretar el uso que hacen los jóvenes de Internet. Boyd estudia la llamada cultura "meme" de bromistas en línea, bloggers y aquellos dedicados a darle un nuevo sentido a los contenidos.

Al igual que cualquier comentarista de Internet adicto al trabajo, Boyd está sobreconectada y sobrecargada. Durante la pasada Navidad anunció en Twitter que iba a viajar a la Isla de Pascua y a la Patagonia para disfrutar de un mes "sabático" alejada de la pantalla del ordenador. A su regreso sacó tiempo para contestar las preguntas de Technology Review a través del correo electrónico.

TR: ¿Qué quieren saber las empresas acerca de los jóvenes de hoy?

Boyd: Las empresas consideran a los jóvenes un fetiche y, al mismo tiempo, se muestran condescendientes con ellos. Se imaginan que los jóvenes son la fuente de toda la creatividad, pero también critican sus herramientas de comunicación, prácticas de información y estilos de interacción. Algunas empresas quieren saber si los jóvenes pueden salvarlas a través de la innovación. También quieren saber si pueden ser entrenados para ser leales soldados corporativos. En otras palabras, algunas empresas quieren que los jóvenes sean mágicas fuerzas de cambio radical, mientras que otras quieren someterlos. Peor aún: muchas empresas quieren que sean un cambio radical pero controlable.

¿Qué preguntas deberían hacerse las empresas?

Entre toda la confusión, muchas empresas ven a los jóvenes como extraños alienígenas de otro planeta. En su imaginación, la juventud es como algo salido de una novela de ciencia ficción, permanentemente atada a Internet e incapaz de interactuar de manera inmediata. Con demasiada frecuencia, las compañías presuponen que los llamados "nativos digitales" son conocedores de la tecnología. Irónicamente, a menudo están menos preparados para la tecnología que aquellos que forman parte del mundo laboral. Es posible que, en general, sean más experimentales, pero no son necesariamente más expertos. Teniendo en cuenta esto, las empresas deben preguntarse cómo apoyar a los que estén más dispuestos a correr riesgos, pero que no necesariamente tengan grandes habilidades. Para ello es necesario comprender realmente lo que aportan los jóvenes, y lo que aún no saben.

¿Cómo definirías a la generación que ha crecido con Internet? ¿Son diferentes?

Detesto el término "nativos digitales", porque creo que pinta una imagen inexacta de lo que significa crecer después de la invención de Internet. Internet no ha influido mágicamente a toda una generación de jóvenes. No los hace inteligentes ni tontos. Más importante aún, no les hace entender la tecnología. Hay una gama enormemente amplia de conocimientos técnicos entre los jóvenes de hoy. Muchos de mis compañeros (gente de entre 30 y 40 años) saben mucho más sobre tecnología e Internet que los adolescentes que he entrevistado. Muchos jóvenes poseen conocimientos sobre los medios y sobre la información muy limitados, y sus habilidades técnicas también son sorprendentemente malas. Sí, casi todos saben cómo chatear en Facebook y envían mensajes de texto a sus amigos, pero pocos entienden su configuración de privacidad en esta red social, y mucho menos cómo crear una aplicación para un teléfono.

Todo aquel que integra las tecnologías de red en su vida y en sus prácticas cotidianas es "diferente" por ese mismo motivo, independientemente de la edad que tenga. Sin embargo, los jóvenes de hoy no son tan radicalmente diferentes de los jóvenes de las generaciones anteriores. Todavía se centran principalmente en la socialización, aun cuando sus padres quieren que se centren en la educación. Simplemente socializan de forma distinta.

Has estudiado cuestiones de privacidad de la información e intimidación 'online' entre adolescentes. A medida que los sujetos de tu investigación comiencen a ingresar en el mundo laboral, ¿cuáles crees que serán las cuestiones antropológicas más importantes acerca de esa transición?

Al analizar la transición a la vida laboral, tenemos que preguntarnos acerca de las normas de aprendizaje que se crean en la escuela secundaria y la universidad. Irónicamente, la mayoría de los jóvenes no están aprendiendo cómo aprender en la escuela. La escuela es un lugar donde están siendo preparados para empleos que no existen. Se les enseña a memorizar hechos y a responder a preguntas a través de exámenes. Se les enseña a seguir órdenes y procesos formales. La escuela está estructurada para enseñar a los alumnos cómo aprender a desenvolverse en una era laboral industrial. El mundo laboral de los trabajos de oficina y de servicios no se parece en nada a la escuela. En cambio, se parece más al tipo de aprendizaje que experimentan cuando realizan actividades que les interesan y aficiones. Sus experiencias de trabajo en línea con otras personas para subtitular vídeos de anime, o sus esfuerzos por crear páginas de Facebook dedicadas a su jugador favorito de baloncesto, son más relevantes para los trabajos contemporáneos que lo que nos enseñan en la escuela.

Gran parte de lo que se necesita en el sector laboral hoy día tiene que ver con la comunicación, la coordinación y la colaboración. No es lo que aprenden en la escuela, sino lo que aprenden en línea. Sin embargo, cuando colaboran en línea, no piensan en la competencia, los límites o las jerarquías de la misma manera en lo harán sus jefes. Esto crea una enorme confusión cuando entran en el mundo laboral. Parece ser un producto de la tecnología simplemente porque el sistema educativo está fracturado.

Cuando los jóvenes utilizan conocimientos de informática para iniciar una empresa, los llamamos emprendedores. Cuando desfiguran sitios web, o liberan documentos confidenciales en nombre de una causa social, los llamamos piratas informáticos. ¿Consideras el hacktivismo como algo antisocial?

El hacktivismo es antiautoritario, pero no es antisocial. Es muy social. Los hackers crean su propia comunidad donde se unen para desafiar lo establecido. Desafortunadamente, lo establecido considera cualquier desafío a su autoridad, legítimo o no, como algo antisocial.

Yo me crié entre hackers que tenían verdadera pasión por piratear cualquier sistema de seguridad que pudiera caer en sus manos. Querían mostrar sus habilidades y desafiar a la autoridad. La mayoría de las veces lo hacían solo para demostrar que podían hacerlo, aunque mi cohorte también estaba frustrada con los que estaban en el poder por toda una serie de razones.

Los valores del hacker no han desaparecido. Muchos jóvenes marginados todavía quieren desafiar lo establecido y el hacking es una forma de hacerlo. Algunos de los jóvenes de hoy día piratean sistemas de seguridad, servidores corporativos y agencias gubernamentales. Sin embargo, hay otro grupo dedicado a piratear la economía de la atención. Están engañando a agencias de medios y de marketing social hackeando distintos sistemas de información. Esta es una parte fundamental de la cultura de Internet.

Has sido invitada a hablar la próxima semana en la conferencia South by Southwest. ¿Sobre qué vas a hablar y por qué has elegido ese tema para 2012?

Estoy muy interesada en cómo transforma la tecnología la cultura del miedo. El miedo puede ser generado sistemáticamente para atraer, motivar y reprimir al pueblo. El término "la cultura del miedo" se refiere a las formas en que este es empleado por el marketing, los políticos y los medios de comunicación para regular al público. Los medios han jugado un papel importante en la generación de miedo, ya sea por la difusión de propaganda o a través del alarmismo en las noticias.

Algunas personas piensan que los medios sociales, gracias a su naturaleza de red, pueden y van a luchar contra la cultura del miedo. Sin duda se puede escuchar este tipo de retórica sobre cómo los medios sociales ayudarán a la democracia. Pero durante mi trabajo con jóvenes he encontrado que los medios sociales son a menudo una herramienta mucho más potente para aquellos interesados en provocar temor. El miedo se extiende como un reguero de pólvora a través de los medios sociales porque la gente confía en el contenido que recibe de sus amigos, colegas y compañeros.

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