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Computación

Te presentamos la habilidosa interfaz del futuro

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Una 'start-up' usa cámaras 3D para hacer un seguimiento de manos y dedos, lo que permite un mayor control de los gestos complejos.

  • por Kate Greene | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 05 Octubre, 2012

La cámara Kinect 3D de Microsoft (y su correspondiente software para jugar) ha tenido un gran impacto desde que se lanzó en 2010. En los dos primeros meses desde el lanzamiento se vendieron ocho millones de unidades: la gente empezó a jugar a los videojuegos con todo el cuerpo en vez de solo con un mando a distancia. Pero, a pesar de que Kinect es genial para los juegos que sacan partido a todo el cuerpo, no es una interfaz demasiado útil para los ordenadores personales, en parte porque sus algoritmos no son capaces de detectar, con rapidez y precisión, los movimientos de la mano y los dedos.

Ahora una start-up de San Francisco llamada 3Gear ha desarrollado una interfaz gestual capaz de seguir los dedos incluso cuando se mueven rápidamente. Este miércoles la empresa ha puesto a disposición de los programadores una primera versión de su software. El montaje requiere dos cámaras 3D colocadas por encima del usuario, a izquierda y derecha.

El software se ha hecho público con la esperanza de que los desarrolladores creen aplicaciones útiles que amplíen el alcance de los algoritmos de seguimiento de la mano generados por 3Gear. Robert Wang, cofundador de la empresa, sostiene que con el tiempo la tecnología de 3Gear la podrían usar ingenieros para crear objetos en 3D, jugadores que quieran precisión, cirujanos que necesiten manipular datos 3D durante las operaciones, y quienes quieran que el ordenador haga lo que ellos decidan con solo mover un dedo.

Un problema con las interfaces gestuales –igual que con las pantallas de sobremesa táctiles- es que pueden resultar incómodas de usar. A veces producen una dolencia conocida como 'brazo de gorila'. En consecuencia, afirma Wang, 3Gear se ha centrado en hacer que su interfaz gestual sea práctica y cómoda.

“Si quiero trabajar sentado a mi mesa usando gestos, no puedo hacer eso durante todo el día”, sostiene. “No es preciso y no es ergonómico”.

La clave, explica Wang, es usar dos cámaras 3D colocadas por encima de las manos. En la actualidad se enganchan a una estructura metálica, pero podrían engancharse a una pantalla. Esta visión cenital permite que las manos descansen sobre la mesa o sigan sobre el teclado. (El kit de desarrollo de software de 3Gear es gratuito durante su fase de pruebas beta que dura hasta el 30 de noviembre, pero los desarrolladores deben adquirir su propio hardware, incluyendo las cámaras y la estructura metálica).

“Otros proyectos han sustituido las pantallas táctiles por sensores posados sobre la mesa que apuntan hacia la pantalla, lo que sigue exigiendo que el usuario extienda la mano hacia delante, lejos del teclado”, explica Daniel Wigdor, profesor de informática en la Universidad de Toronto (Canadá) y autor de Brave NUI World, un libro sobre interfaces táctiles y gestuales. “Esta solución lo que intenta es resolver eso”, añade Wigdor.

3Gear no es la única empresa que quiere resolver los aspectos más delicados del seguimiento gestual. Este mismo año Microsoft lanzó una actualización que permite, a quienes desarrollan software de Kinect para Windows, seguir la posición de la cabeza, de las cejas y de la forma de la boca. Además, la start-up israelí Omek, la belga SoftKinetic, y otra más de San Francisco (EE.UU.) llamada Leap Motion -que afirma que su pequeño sistema que cuenta con una única cámara es capaz de seguir movimientos de hasta una centésima de milímetro- se disputan una posición en el emergente mercado de las interfaces gestuales.

“Hacer el seguimiento de la mano es un problema difícil sobre el que se lleva mucho tiempo trabajando”, afirma Patrick Baudisch, profesor de informática en el Instituto Hasso-Plattner de Potsdam (Alemania). Señala que hay un largo historial de aparatosos guantes y marcadores de colores para colocar sobre los dedos y lograr este tipo de seguimiento. Una interfaz sin estos extras es “muy apetecible”, afirma Baudisch.

El sistema de 3Gear usa dos cámaras de profundidad (como las que usa Kinect) que capturan 30 fotogramas por segundo. La posición de las manos y dedos del usuario se cotejan con una base de datos de 30.000 potenciales configuraciones de manos y dedos. El proceso de identificación y cotejo con la base de datos –un método muy usado en el campo del reconocimiento de gestos-, tiene lugar en 33 milisegundos, así que, según Wang, la sensación es que el ordenador es capaz de ver y responder casi instantáneamente incluso a un movimiento de un milímetro de un dedo.

Aunque el interés por el reconocimiento de gestos en manos y dedos esté creciendo, es posible que de momento solo los jugadores e ingenieros adopten la tecnología y aún pase bastante tiempo antes de que se dé un uso generalizado de la misma.

“Convencer de su utilidad en el escenario del trabajo y la productividad es mucho más difícil”, señala Johnny Lee, que antes trabajaba en Microsoft en el equipo Kinect y ahora trabaja en Google. “Tienes que competir con el ratón, el teclado y la pantalla táctil”. Aún así, afirma Lee, será emocionante ver qué clase de aplicaciones van apareciendo cuando bajen los precios de las cámaras de profundidad, mejoren los algoritmos para detectar 3D y más desarrolladores consideren que los gestos son una forma útil de interactuar con las máquinas.

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