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Un plan para poder hacer pagos desde todos los navegadores web

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Si se respalda la propuesta para incluir un sistema de pagos abierto en los estándares web, nuestra vida en línea podría verse transformada.

  • por Tom Simonite | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 23 Enero, 2013

Durante las últimas décadas, varios estándares abiertos para la representación y el intercambio de texto e imágenes entre ordenadores, algo conocido como la World Wide Web, han ayudado a provocar cambios radicales en empresas de todo el mundo. Sin embargo, estos estándares web no incluyen formas de transferir dinero o vender contenidos, por lo que tenemos que andar buscando los números de nuestras tarjetas de crédito y cuentas de PayPal a la hora de hacer pagos.

Eso podría estar a punto de cambiar. Un grupo afiliado con el cuerpo que mantiene los estándares web pretende establecer un estándar abierto para la transferencia de dinero en línea. Si el plan tiene éxito, los navegadores web podrían incluir características que hagan que comprar y vender cosas o transferir fondos a través de Internet sea mucho más fácil.

"Comprar algo en Internet hoy día es una experiencia bastante horrible a la que nos hemos acabado acostumbrando", señala Manu Sporny, fundador de la start-up Digital Bazaar y miembro de la comunidad Web Payments, formada para proponer el nuevo estándar. "Estamos trabajando para que los servicios financieros sean parte esencial de Internet, y para que su modo de funcionamiento facilite que la gente intercambie valor en la red".

La intención del grupo es reemplazar redes de pago en línea como PayPal por un estándar abierto, parecido al estándar que especifica el modo en que se intercambian los correos electrónicos. Del mismo modo en que cualquier persona puede enviar un correo, las personas que utilicen software basado en el protocolo de pagos serían capaces de intercambiar dinero de forma gratuita.

El grupo cree que la gente cargaría dinero en su cuenta para gastarlo a través del servicio. Aún así se aplicarían cargos a las operaciones, pero es de esperar que se mantuvieran bajos debido a la competencia.

El grupo incluye a representantes del mundo académico y varias empresas, entre ellas el fabricante del navegador Opera y el gigante ruso de las búsquedas Yandex. Aunque el grupo está afiliado con el cuerpo de estándares web, el W3C, no tiene el respaldo del mismo. Sin embargo, sus recomendaciones podrían ser tomadas en cuenta para iniciar el camino hacia la estandarización formal, un recorrido que ha funcionado en el caso de otras tecnologías anteriores.

Gran parte de la discusión en el grupo de la comunidad que trabaja en el nuevo estándar se ha centrado en áreas de Internet problemáticas desde hace tiempo, como por ejemplo facilitar que las pequeñas sumas de dinero, conocidas como micropagos, sean pagadas por contenidos en línea, y que los creadores individuales, como por ejemplo los músicos, puedan vender su contenido sin usar un intermediario. No habría ninguna cantidad mínima de transacción, permitiendo que la gente enviara incluso fracciones de céntimo si su proveedor de pagos lo permitiera.

El grupo sigue estudiando varias posibilidades para poner en práctica su idea, pero la especificación final describirá el modo en que los proveedores podrán realizar transferencias de forma segura, y permitirá que los sitios web implementen sistemas de compras sin acceder a los detalles de la cuenta de una persona.

Uno de los enfoques más desarrollados en este sentido es un sistema llamado PaySwarm, una propuesta de estándar abierto desarrollada por la start-up de Sporny. "Es un poco como PayPal, pero sin patentes ni royalties", afirma. Piensa lanzar el software en un mes. Las empresas que deseen ofrecer sus propios servicios de pago pueden utilizar PaySwarm, y los propietarios de páginas web pueden integrar botones de 'compra' y otras funciones para gestionar los pagos y donaciones. Los estándares web a menudo comienzan como contribuciones de una sola empresa. Por ejemplo, un estándar creado para permitir llamadas de voz/VOIP desde páginas web, el WebRTC, se originó con software de código abierto lanzado por Google.

Sin embargo, el esfuerzo de estandarización se enfrenta a varias dificultades. Compañías establecidas como PayPal tienen pocos incentivos para cambiarse a un protocolo abierto. "Tendremos que llegar a una masa crítica, pero no sé dónde vamos a encontrarla exactamente", reconoce Sporny. Sugiere que probablemente el nuevo estándar se implantará inicialmente en una comunidad, para facilitar la posibilidad de empezar a realizar transacciones de dinero, antes de que crezca en popularidad y atraiga más atención.

A los defensores de los estándares web abiertos les gusta señalar que han logrado salirse con la suya a largo plazo. Por ejemplo, las redes propiedad de Compuserve y AOL, de acceso cerrado y gestionadas por estas compañías, sucumbieron ante la competencia de una mayor profusión de servicios web abiertos más pequeños.

Las compañías fabricantes de navegadores web probablemente incluirían la función si se hiciera popular, señala Sporny. "Estamos en contacto constante con los fabricantes de navegadores", indica. "Saben que estamos trabajando en esto".

Eileen Burbidge, inversora y asesora de Flatrr, una start-up que permite que la gente pueda hacer donaciones por cantidades muy pequeñas a productores de contenidos en línea, asegura que existen muchas pruebas de que los micropagos en línea tienen sentido. Señala el éxito de plataformas de financiación colectiva como Kickstarter, donde muchas de sus contribuciones ascienden a solo un dólar, y una iniciativa reciente del servicio de música Grooveshark para que los usuarios de Flattr donen automáticamente pequeñas cantidades de dinero a los artistas cuando reproducen sus canciones.

Sin embargo, Burbidge no está seguro de que los nuevos estándares ayuden a hacer avanzar la causa. "No estoy seguro de que las especificaciones técnicas tengan poder de tracción, pero sí los casos prácticos de utilización", asegura, y encontrar casos de uso masivo al margen de los primeros usuarios que ya utilizan servicios como Flattr será todo reto, puesto que los sistemas de pago existentes están muy arraigados.

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