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Aventuras y desventuras del almacenaje infinito de archivos

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El servicio de almacenamiento ilimitado de Bitcasa es una buena idea, pero necesita mejorar.

  • por Rachel Metz | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 19 Febrero, 2013

Imagínate que nunca tuvieras que preocuparte por quedarte sin espacio para fotos, vídeos o documentos en tu ordenador portátil, tableta o teléfono inteligente, o por recordar dónde has guardado un archivo. Resulta una idea maravillosa de la que cada vez estamos más cerca, pero aún queda trabajo por hacer.

El último servicio de Bitcasa, que he tenido la oportunidad de poner a prueba, nos ofrece una visión de cómo podría ser el futuro. La compañía es una start-up con sede en Mountain View, California (EE.UU.) dedicada a llevar la computación en nube hacia su conclusión lógica: permitir acceder a cualquier archivo, en cualquier momento, desde cualquier lugar, siempre y cuando contemos con acceso a Internet. (Bitcasa guarda en caché varios archivos de tu ordenador, para que puedas ver offline aquellos que usas con más frecuencia).

Bitcasa acaba de salir de la fase beta este mes. La compañía también ha anunciado una actualización de su aplicación para Mac, una aplicación para el sistema iOS, y el lanzamiento de un modelo freemium con el que cualquier usuario pueda inscribirse en el servicio y acceder a 10 gigabytes de almacenaje gratis, o pagar 10 dólares (7,5 euros) para pasar a un modelo de almacenaje infinito (o pagar 99 dólares, 75 euros, al año, aunque el precio está rebajado a 69 dólares, 51 euros, de aquí a finales de febrero).

Varias compañías ofrecen almacenaje en nube fácil de usar. Dropbox, una de las más populares, ofrece a los usuarios dos gigabytes de almacenaje gratis y sus planes van desde 10 dólares (7,5 euros) mensuales por 100 gigabytes, o 99 dólares (75 euros) al año. Ese precio suena razonable, aunque en EE.UU., al igual que ocurre con la comida rápida, cuanto mayor es la capacidad de almacenaje en nube, mejor. Y no hay nada mejor y mayor que ofrecer almacenaje infinito, ¿o no?

Partiendo de esa consideración, he puesto a prueba el servicio Infinite de Bitcasa en un MacBook Pro, en un portátil Dell que uso en el trabajo y en mi iPhone.

La utopía de almacenaje de archivos de la compañía resulta una gran idea, especialmente porque cada vez utilizamos más dispositivos distintos al mismo tiempo: ordenadores portátiles y de escritorio, teléfonos inteligentes y tabletas. Además, nuestro acceso a Internet es cada vez más fiable y rápido. Sin embargo, Bitcasa aún tiene mucho trabajo por delante antes de que alcancemos este tipo de Shangri-la digital.

Desde la perspectiva del usuario, Bitcasa es bastante simple. Tras instalar el software en el ordenador vemos cómo se enciende una pequeña luz verde llamada Bitcasa Infinite Drive, de forma parecida a cuando insertamos un dispositivo de memoria en el puerto USB. Además de ofrecer software para PC, Mac y iPhones, Bitcasa ofrece una aplicación Android, otra para equipos Windows 8 y RT, e incluso una extensión para el navegador Chrome de Google.

La unidad permanece en el escritorio del ordenador, y podemos transferirle copias de archivos solo con arrastrarlos y soltarlos dentro, o guardarlos directamente en ella para que se almacenen y no necesitemos mantenerlos en el ordenador.

También podemos hacer copias espejo de carpetas, es decir, usar Bitcasa para copiar los contenidos de una carpeta a la unidad, y también mantener dichos contenidos en nuestro ordenador para cuando no estemos conectados a Internet. Bitcasa hace un seguimiento de todos los cambios que hagamos en los archivos de estas carpetas, y mantiene la sincronización con la versión en nube. Si, como yo, se te da fatal lo de acordarte de hacer copias de seguridad de tus archivos, esto te facilita las cosas.

La simplicidad es lo mejor de Bitcasa. Resulta fácil deducir cómo añadir archivos a la nube, y encontrarlos una vez que los hemos añadido (aunque debemos tener en cuenta que podemos tardar un buen rato en subir archivos de gran tamaño). Todos los datos que subimos se cifran automáticamente, lo que debería servir para calmar a todos aquellos preocupados con el almacenaje de datos delicados [en lugares distintos a su ordenador].

También resulta muy fácil compartir archivos con otras personas. Solo hay que crear un vínculo a un archivo en una carpeta en el ordenador o en la web de Bitcasa, y después enviarlo por correo electrónico a nuestros amigos.

Otra de las buenas características que ofrece Bitcasa es la capacidad de ver versiones antiguas de nuestros archivos. Esto resulta especialmente útil si hemos trabajado en un proyecto a lo largo del tiempo y queremos ver una versión anterior, o si borramos un archivo y después nos damos cuenta de que lo necesitamos. Para acceder a esta característica hay que utilizar una interfaz web que, a pesar de resultar visualmente irritante puesto que usa texto blanco sobre un fondo negro, me pareció lo suficientemente agradable a la hora de visualizar archivos de Bitcasa.

Por desgracia, en la práctica, he experimentado algunos problemas con el servicio. Inicialmente resultó muy lento a la hora de mostrar los cambios en mis diferentes dispositivos, ya sea fuera tras modificar archivos o tras añadir otros nuevos a las carpetas en mi unidad infinita (por ejemplo, tardó 40 minutos en agregar una carpeta de gran tamaño con archivos de notas). A menudo tuve la impresión de que hubiera tardado menos en mandarme a mí mismo estos archivos por correo electrónico. Sin embargo, este problema mejoró después de descargar una actualización del software.

No obstante, los archivos no siempre fueron a donde se suponía que debían ir después de subirlos, como por ejemplo una serie de imágenes desde una tarjeta de memoria SD que de alguna manera terminaron en la unidad principal de Bitcasa, en lugar de en la carpeta que contenía el resto de su grupo.

Sucedió otro problema, aunque la verdad es que no he podido determinar si fue culpa de mis dispositivos, de Microsoft Word o de Bitcasa: Aunque lo intenté varias veces, no pude subir un documento de Word a Bitcasa en mi Mac, modificarlo en mi PC, guardar los cambios en Bitcasa y después abrirlo de nuevo en el Mac (o viceversa). De alguna manera, los archivos siempre se corrompían o desaparecían por completo. Hice que alguien intentara replicar el problema en una máquina Windows 8 y un MacBook Pro y esta persona no experimentó el mismo problema. Le pregunté al director general y cofundador de Bitcasa, Tony Gauda, acerca de este problema y me aseguró que su equipo intentaría reproducirlo internamente, pero que no creía que se tratara de algo que hubiera visto hasta ese momento.

También tuve problemas con la aplicación para el iPhone. Utilicé brevemente una versión de prueba, y luego me pasé a la primera versión que Bitcasa lanzó públicamente. Dicha versión se colgó casi cada vez que la abrí (y no soy el único al que le ha pasado esto, según las críticas de usuarios en la App Store). Una versión actualizada logró funcionar mejor, y me permitió ver fotos, vídeos, música y otros archivos almacenados con el servicio, pero pareció ralentizar el acceso a los archivos.

Dos de las características sobresalientes fueron la posibilidad de descargar archivos en el iPhone para poder verlos sin conexión, y la capacidad de conectar la cámara a Bitcasa para cargar automáticamente una copia de cualquier vídeo o foto que subas al servicio. Sin embargo, no hay forma de cargar otros archivos desde el iPhone, algo que sí se puede hacer en un teléfono Android con Bitcasa.

La premisa básica de Bitcasa es genial, y tanto el almacenamiento de datos como la computación se dirigen claramente en esta dirección. Sin embargo, primero habrá que superar ciertos obstáculos.

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