.

Biotecnología

En busca del mejor tratamiento contra la depresión

1

Las tomografías cerebrales, los análisis de sangre y otras pruebas diagnósticas podrían servir para guiar a los médicos hacia los mejores tratamientos para los pacientes con depresión, y revelar las bases biológicas de la enfermedad.

  • por Susan Young | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 23 Julio, 2013

Cuando a alguien se le diagnostica una depresión, paciente y médico suelen empezar un largo proceso de ensayo y error con distintos tratamientos. Los tratamientos a veces funcionan, a veces no, así que es posible que los pacientes tengan que probar varias opciones antes de encontrar la que mejor les viene. Pero en el futuro un escáner del cerebro, una análisis de sangre o alguna combinación de ambos podría servir para guiar a los médicos a la hora de escoger el mejor medicamento para el caso, o a decidirse a sugerir una psicoterapia.

Hace poco Helen Mayberg, investigadora de la Universidad Emory (EE.UU.) informó de que una tomografía por emisión de positrones (escáner PET por sus siglas en inglés), un método de toma de imágenes de uso común, puede revelar si un paciente responderá mejor a un antidepresivo o a la terapia cognitivo conductual. Y en el mes de mayo de este año Medscape  informó de que David Mischoulon del Hospital General de Massachusetts (EE.UU.) había presentado conclusiones de que la cantidad de concentración de una proteína concreta en la sangre de pacientes con depresión podría servir para indicar si el paciente mejoraría al añadir una variedad de ácido fólico a su tratamiento.

Un objetivo clave de este tipo de investigaciones es distinguir entre las causas de la depresión. "La presencia o no de determinados biomarcadores podría darnos una pista respecto a si la depresión de un paciente en concreto se debe a motivos biológicos o si es una depresión motivada por una reacción de tristeza ante un hecho concreto", afirma Mischoulon. "Si somos capaces de identificar a las personas con estas bases biológicas, podría significar que a estos pacientes quizá les fuera mejor la medicación en comparación con la psicoterapia o la meditación".

Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es la causa principal de enfermedad a escala mundial. Mucha gente no busca o no tiene acceso a tratamiento, y entre quienes sí lo tienen, menos del 40 por ciento de los pacientes con depresión mejoran con el primer tratamiento que prueban. El problema no es que tratamientos como los antidepresivos o la terapia cognitivo conductual no funcionen, es que no existe un único tratamiento que funcione para todos los pacientes. Investigadores de numerosas disciplinas, desde la neurociencia hasta la genómica, están estudiando este complejo desorden, que muy probablemente represente a muchas enfermedades distintas con orígenes y tratamientos únicos. Llevar a cabo grandes ensayos clínicos basados en el análisis de biomarcadores del cerebro o el cuerpo para predecir la respuesta de un paciente a la terapia o los medicamentos, quizá sirva para mejorar el tratamiento para pacientes futuros y lograr una mejor comprensión de los orígenes de la depresión.

"Empieza a haber una serie de grandes estudios sobre biomarcadores predictivos", afirma Mayberg, que es pionera en el uso de los implantes del tipo de los marcapasos como tratamiento para casos graves de depresión. Mayberg también está involucrada en un gran ensayo con pacientes que serán tratados con antidepresivos o terapia cognitiva conductual basándose en escáneres del cerebro. "Será interesante observar, a lo largo del próximo par de años, cómo resulta", afirma. La cuestión es si los investigadores serán capaces de identificar marcadores que no sean ambiguos y que además sean prácticos a la hora de hacer pruebas para identificarlos. Mayberg explica que las tomografías quizá sean el mejor punto por el que empezar porque se centran en el origen de la enfermedad, pero una vez se conozcan buenos biomarcadores identificados mediante un tomografía, los biomarcadores sustitutos hallados en la sangre podrían ofrecer una opción más sencilla y asequible a la hora de hacer pruebas a los pacientes.

Un reto para los investigadores es que la depresión probablemente sea un conglomerado de muchas enfermedades, explica Madhukar Trivedi, investigador de la Universidad de Texas Southwestern (EE.UU.) que dirige un gran ensayo que intenta distinguir entre pacientes que responden mejor a un tipo de antidepresivo en comparación con otro. "Existen muchos subtipos de depresión, así que cualquier marcador, hallado por cualquier método de análisis: genético, de proteínas, de imagen o mediante un electroencefalograma, acaba representando solo un pequeño porcentaje de diferencia para cualquier grupo de pacientes dado", explica Trivedi.

Si estos investigadores tienen éxito, podrían cambiar radicalmente cómo se trata la depresión y quizá cómo se diagnostica. En Estados Unidos los médicos usan el Manual Diagnóstico y Estadístico de Desórdenes Mentales (DSM por sus siglas en inglés) para diagnosticar la depresión. El diagnóstico se basa en gran medida en los síntomas que presentan o describen los pacientes. En mayo, el director del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH por sus siglas en inglés), Thomas Insel, anunció que su institución centraría sus investigaciones en áreas distintas a las categorías del DSM. "Los pacientes con desórdenes mentales se merecen algo mejor", afirmó.

Bruce Cuthbert dirige el proyecto del Instituto Nacional de Salud Mental para establecer nuevas formas de estudiar las enfermedades mentales y mejorar potencialmente las versiones futuras del DSM mediante la identificación con mayor precisión de las anomalías cerebrales para varias enfermedades, entre ellas la depresión. La idea que hay detrás del proyecto es hacer un mapa de los aspectos genéticos, de circuito y cognitivos de las enfermedades mentales, y centrarse en las características individuales de los desórdenes en vez de los diagnósticos clínicos. Este estudio podría dar lugar a la información necesaria para mejorar el DSM de tal forma que este se base en la neurociencia y no solo en colecciones de síntomas. "En el futuro podríamos definir  los desórdenes de forma diferente, o quizá no. Pero este proyecto nos dará un marco para observar los sistemas neuronales, ver cómo operan y entender cómo contribuye eso a la enfermedad", afirma Cuthbert.

Al centrarse en síntomas discretos, a corto plazo el proyecto del NIMH podría servir a los investigadores para afinar los ensayos clínicos de medicamentos escogiendo a los pacientes más adecuados. Por ejemplo, la anhedonia, la incapacidad de sentir o buscar placer es un síntoma importante de la depresión, pero también se da en otros pacientes, por ejemplo los esquizofrénicos. Al reclutar pacientes con una anhedonia medible, los desarrolladores de medicamentos podrían tener más éxito en los ensayos clínicos que si solo se centran en los pacientes con depresión, sostiene Cuthbert.

El proyecto NIHM también puede servir para identificar los biomarcadores de la depresión. "Puede proporcionarnos una estructura para observar la patología a través de distintos marcadores de la enfermedad", afirma Trivedi. "El objetivo es fantástico, pero se demostrará al hacerlo".

Biotecnología

Nuevas tecnologías y conocimientos biológicos empiezan a ofrecer opciones sin precedentes para mejorar nuestra salud.

  1. Falta de protocolos y tratamientos dudosos: los retos de la medicina de la longevidad

    Las clínicas de longevidad ofrecen una variedad de servicios dirigidos sobre todo a los ricos. Ahora intentan establecer su campo como una disciplina médica legítima

    Los retos de la medicina de longevidad saludable para alcanzar la legitimidad
  2. Alabama marca el camino para restringir la fecundación 'in vitro' y su investigación: "Los embriones son niños"

    Un tribunal supremo estatal ha conmocionado a las clínicas de fertilidad con una sentencia que se fundamenta en la existencia de futuros úteros artificiales

  3. Este robot se convierte en cirujano gracias a la IA

    El robot fue capaz de coser seis puntos por sí solo y de su funcionamiento se extraen lecciones para la robótica en su conjunto