.

Computación

Leap Motion a examen

1

El barato dispositivo de control por gestos de Leap Motion no es tan fácil de usar como podría parecer.

  • por Rachel Metz | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 24 Julio, 2013

Foto: El controlador de Leap Motion, que cuesta unos 60 euros, permite el reconocimiento por gestos para Mac y PC.

Durante el último par de días he estado gesticulando más de lo normal, a veces sutilmente, a veces a lo loco, explorando los últimos avances en la tecnología de control mediante gestos: el controlador de Leap Motion.

Largamente esperado debido a su precio, 80 dólares (unos 60 euros), su discreto tamaño de apenas una lata de sardinas, y su supuesta precisión y facilidad de uso, como se puede ver en algunos vídeos impresionantes, tenía muchas granas de probar el dispositivo, que se lanzó ayer. Las interfaces por gestos, como el controlador de Leap Motion y Kinect de Microsoft, han generado mucho interés en los últimos años, y existen grandes esperanzas de que acaben siendo tan comunes como el ratón y el teclado, incluso de que lleguen a sustituirlos.

Y aunque no llevo mucho tiempo usando el Leap (solo he tenido unos días para probarlo), siento informar de que, por ahora, no está a la altura.

Instalar el dispositivo fue fácil, solo hay que enchufar el moderno controlador de Leap Motion en un puerto USB de tu ordenador y descargarte el software correspondiente a tu sistema operativo del sitio Web de Leap Motion.

Como bien señala la empresa, la mayoría de la innovación de Leap Motion viene por el lado del software, no del hardware: el dispositivo alberga LED infrarrojos y dos cámaras bajo su cristal negro (ver "La era del control por gestos"); el software hace un seguimiento del movimiento de tus dedos mientras los mueves por encima del sensor.

La empresa afirma que su seguimiento de los dedos tiene una precisión de una centésima de milímetro, y que si abres el visualizador diagnóstico, que te permite ver una especie de imagen depurada de lo que sigue Leap Motion, sí que parece que sigue cada movimiento de tus dedos y tus manos, incluso cuando usas las dos manos. No hay que calibrarlo para que funcione, aunque puedes entrar en las preferencias del controlador de Leap Motion para calibrarlo si quieres.

La mayoría de la gente usará el controlador de Leap Motion a través de Airspace, que es una aplicación para el escritorio que se descarga como parte de la instalación inicial. Airspace incluye un enlace con la Tienda Airspace, donde puedes obtener aplicaciones para Leap Motion (algunas gratuitas, otras a partir de 99 centavos -unos 75 céntimos de euro-). En el momento de su inauguración la tienda cuenta con más de 75 aplicaciones, según me contaron los ejecutivos de Leap, e incluyeron algunos juegos conocidos para que pudiera probar el dispositivo, como Fruit Ninja y Cut the Rope, así como AirBeats, una aplicación para tocar la batería, y una aplicación de disección del cráneo llamada Cyber Science—Motion.

Instalé la interfaz tanto en un Mac como en un PC, y descargué y probé toda una variedad de aplicaciones para ambos sistemas operativos, incluyendo las ya mencionadas, una aplicación de dibujo de Corel, varios juegos más y una utilidad para controlar mi ordenador. Tuve algunos éxitos, pero en general me sentí frustrada; no veía reflejado en la pantalla lo que creía que debía suceder al mover las manos.

Cut the Rope y Cyber Science—Motion son ejemplos de cómo Leap Motion puede funcionar bastante bien. Si no conoces Cut the Rope, es un juego que consiste en cortar cuerdas para lanzar un caramelo a la boca de un monstruito verde. Una vez que me hice a la idea de cuánto tenía que mover la mano para cortar, me divertí y fui capaz de ganar al juego. Algo parecido sucedió con Cyber Science—Motion, descubrí cómo manipular el cráneo en 3D que aparecía en la pantalla para poder mirarlo desde distintos ángulos, hacer zoom y escoger y eliminar piezas (incluyendo dientes uno a uno).

Pero en general la sensación fue de que nunca conseguía que los controles funcionaran como quería. Con la aplicación AirBeats, por ejemplo, intenté mover la mano con un ritmo constante para darle al bombo que aparecía en pantalla, pero no tocaba un ritmo constante. Y con Painter Freestyle las pasé canutas para controlar la posición del pincel virtual, para cambiar entre tipos de pinceles o cambiar de color. Tampoco tuve demasiada suerte a la hora de usar el dispositivo para controlar un documento Word o mi navegador Web.

Resultaba irritante estar todo el rato seleccionando o manipulando artículos en la pantalla sin que las cosas salieran bien. Intenté calibrar el controlador de Leap Motion, y cambiar de un sistema operativo a otro, pero no funcionaba demasiado bien en ninguno de ellos. También lo intenté con distintas opciones de iluminación, incluyendo un cuarto en el que apenas había luz exterior, pero tampoco mejoró demasiado las cosas.

Incluso aunque el controlador funcionara perfectamente, no sé cómo de útil sería para el consumidor medio. Imagino que podría mejorar determinadas tareas asistidas por ordenador, como el dibujo, el modelado y las disecciones virtuales, así como facilitar la navegación por la Web. Pero no estoy convencida de que sirviera para que estas actividades fueran más fáciles de llevar a cabo o se pudieran hacer de forma mejor que con herramientas que ya existen.

También me di cuenta de algo que no me suele suceder al usar un ratón o un teclado, aunque suelo pasar siete horas o más delante del ordenador al día. Después de aproximadamente una hora, tenía el brazo derecho muy cansado, hasta el hombro. Incluso cuando empecé de cero al día siguiente, y haciendo los gestos todo lo pequeños y precisos de que era capaz, empezó a molestarme pasado un rato.

Como ya he mencionado, no tuve demasiado tiempo para probar el controlador de Leap Motion -día y medio como mucho- y es posible que con más tiempo de uso me sintiera más hábil. También confío en que mejore con el tiempo. Sin embargo, por el momento, no doy saltos de alegría.

Computación

Las máquinas cada vez más potentes están acelerando los avances científicos, los negocios y la vida.

  1. La 'start-up' de EE UU que se enfrenta al gigante japonés de materiales para chips

    La financiación federal está impulsando a empresas estadounidenses como Thintronics a incursionar en la fabricación de semiconductores. El éxito está lejos de estar garantizado.

    Placas de circuitos electrónicos apiladas en una cadena de montaje.
  2. ASML, la empresa que revolucionó la fabricación de chips y quiere seguir haciéndolo

    ‘MIT Technology Review’ se reunió con el CTO saliente, Martin van den Brink, para hablar del ascenso de la empresa a la hegemonía y de la vida y muerte de la Ley de Moore  

    Dos trabajadores de ASML pasan por delante de la máquina UVE de alta apertura numérica en Veldhoven
  3. ‘Chiplets’: el arma de China en su batalla tecnológica contra EE UU

    Al conectar varios chips menos avanzados en uno, las empresas chinas podrían eludir las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense.