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Computación

El internet de las cosas, sin enchufes ni ataduras

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Una etiqueta podría rastrear la ubicación tus mascotas, hijos y pertenencias sin depender de redes inalámbricas comerciales sin tener que estar conectadas a redes inalámbricas comerciales

  • por Rachel Metz | traducido por Francisco Reyes
  • 26 Noviembre, 2013

Foto: Las etiquetas de Iotera, que aquí se muestran con y sin carcasa protectora, envían datos de localización a una estación base a varios kilómetros de distancia y funcionan durante meses con una sola carga.

El iPhone no dejaba de pitar. Hace poco pasé una mañana en un coche por Silicon Valley (EEUU) con tres personas de una empresa llamada Iotera. Una pequeña etiqueta de seguimiento estaba colocada en la visera parasol del lado del pasajero. Nuestra misión era ver hasta dónde podíamos ir en coche desde el edificio de oficinas de Iotera antes de que la etiqueta dejara de transmitir su ubicación a una pequeña estación base en la azotea del edificio, haciendo que la aplicación de registro de ubicación en el teléfono dejara de pitar.

Nos llevó varios kilómetros. Eso supone buenas noticias para Iotera, que está desarrollando una tecnología de rastreo que puede funcionar en todas las ciudades sin necesidad acceder a una red inalámbrica comercial o, incluso, a un protocolo inalámbrico de corto alcance como Bluetooth. El sistema utiliza etiquetas con GPS incorporado, que pueden durar meses con una sola carga. Dichas etiquetas envían sus coordenadas a través del espectro inalámbrico sin licencia a pequeñas estaciones base con un alcance de varios kilómetros.

Iotera espera que las empresas utilicen su tecnología para hacer un seguimiento de todo, desde herramientas en obras de construcción a trabajadores en lugares peligrosos como plataformas petrolñiferas. La gente también podría utilizarlas para vigilar a sus mascotas. Los fundadores de Iotera afirman que dos empresas (cuyos nombres no han sido revelados) están probándolas. Una está utilizándolas para ayudar a los padres a supervisar el paradero de sus hijos, y la otra para hacer un seguimiento de los dispositivos propiedad de la compañía.

Iotera está tomando riesgos y trata de vender sus propias estaciones base inalámbricas. Pero el mercado del internet de las cosas, en el que dispositivos no conectados normalmente se conectan a internet para poder ser rastreados o ampliar sus funciones, está creciendo rápidamente. El fabricante de equipos de redes Cisco Systems estima que hay 10.900 millones "de personas, procesos, datos y cosas" conectadas a internet, y la compañía espera que la cifra suba hasta 50.000 millones en 2020.

Iotera surgió de una idea que su cofundador, Ben Wild, tuvo para una red de seguimiento inalámbrico de largo alcance. Pensó que tal red sería perfecta para controlar a animales, a pesar de que él no tiene ninguno. "Simplemente pensé que estaría bien poder hacer un seguimiento de las mascotas", afirma. "Y pensé que esta nueva tecnología inalámbrica, que sabía cómo construir, podría permitir este mercado".

Foto: Los datos de ubicación se transmiten a una aplicación de Iotera.

Wild ha estado trabajando en tecnología inalámbrica durante años. Antes de Iotera, fundó Wirama, un fabricante de tecnología RFID para la localización de productos que Checkpoint Systems compró en 2009. Cuando visité la sede de Iotera en Redwood City (California, EEUU), una pequeña oficina en un edificio lleno de start-up y con escritorios cubiertos de prototipos de etiquetas de sensores y estaciones base, Wild, junto con el cofundador Robert Barton y la ingeniera de software Esther Rasche, hicieron una demostración de cómo funciona su nueva tecnología.

Wild me entregó una etiqueta de sensor en una carcasa impresa en 3D, aproximadamente del tamaño de una pequeña caja de fósforos. Al recortar una y ponerla en el collar de un perro, de vez en cuando enviaba la ubicación de Fido a un pequeño punto de acceso conectado a internet. Después, se enviaba a los servidores de Iotera, y más tarde a un sitio web o aplicación móvil. Bajo lo que Wild considera como "condiciones típicas de funcionamiento," la batería de la etiqueta podría durar hasta cinco meses.

Los datos de localización de Fido podrían ser transferidos en un radio de hasta 6,5 kilómetros en una zona suburbana, o 3 en una urbana de gran densidad, donde hay más cosas que puedan interferir con las señales.

Para tener una idea del seguimiento en acción, nos subimos al coche de Barton, al que también se le puso una etiqueta. Condujimos por colinas, mientras escuchábamos un flujo constante de pitidos procedentes de una aplicación para el iPhone, que tomaba los datos de ubicación del punto de acceso y nos mostraba el movimiento del vehículo en un mapa. El ruido se apagó a medida que llegamos a la carretera interestatal 280, cerca de un campus comunitario a unos 6 kilómetros de la oficina de Iotera.

Un chip de teléfono móvil eliminaría la necesidad de usar una estación base y, aún así, permitiría que las etiquetas funcionasen en un área más amplia, aunque Wild señala que la vida de la batería y el tamaño del sensor se verían gravemente afectados. Además, el coste sería mucho más alto, debido a la cuota mensual que hay que pagar para utilizar la red de un operador de telefonía móvil. Teniendo en cuenta que cada una de sus estaciones base cuesta unos pocos cientos de dólares, miden menos 30 centímetros de alto y tienen un alcance de varios kilómetros, los fundadores de Iotera creen que pueden cubrir toda una ciudad con sólo unas pocas.

Sin embargo, cada estación puede soportar sólo un cierto número de etiquetas, en función de la aplicación que esté siendo utilizada. Para una aplicación que requiera transferencias de datos con poca frecuencia, como el seguimiento de los contadores de agua cada hora, un punto de acceso podría manejar 10.000 etiquetas o más. Pero si quieres realizar el seguimiento de una mascota perdida y transmitir su localización GPS cada 30 segundos, Barton señala que una estación puede soportar sólo varios centenares de etiquetas.

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