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El plan de mensajería por drones de Amazon, limitado por la tecnología y la legislación

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La compañía aún no sabe cómo evitar que los dispositivos aterricen en la cabeza de alquien o se choquen contra las líneas eléctricas

  • por David Talbot | traducido por Lía Moya
  • 04 Diciembre, 2013

Foto: Matternet, una start-up de California, usó un drone de ocho propulsores como éste para entregar un paquete de dos kilos a 10 kilómetros en Haití por unos 18 céntimos de euro.

El anuncio de Amazon de que planea entregar paquetes mediante drones, algo que la empresa predice "será tan normal como ver camiones de reparto por las carreteras en la actualidad" ha sido recibido, en términos generales, como poco más que una forma ingeniosa de autopromoción.

Sin embargo, en determinados contextos, la entrega mediante drones ha demostrado tener potencial. El año pasado, una start-up de Palo Alto, California (EEUU), llamada Matternet, hizo pruebas con drones como forma de entregar suministros a campos de refugiados en Haití y halló que solo cuesta de 20 a 70 centavos de dólar (de 15 a 50 céntimos de euro) entregar un paquete de dos kilos a 10 kilómetros. Estas cifras suponen, como mínimo, la quinta parte del coste de hacer eso mismo con una entrega por carretera estándar.

"Técnicamente es completamente viable", afirma el profesor de aeronáutica del Instituto Tecnológico de Massachusetts R. John Hansman. "Las cuestiones clave por resolver serán saber si la Administración de Aviación Federal (FAA por sus siglas en inglés) permite este tipo de operaciones -deberían hacerlo- y si tiene sentido como negocio".

Pero Hansman sostiene que el coste sería caro: "Tendrán que cobrar una tarifa muy alta por este tipo de entrega, así que el valor de los productos tendría que ser de 100 a 200 dólares (de 74 a 148 euros) por un paquete de dos kilos y medio aproximadamente".

Para que la entrega a domicilio funcione con seguridad y se generalice su uso, tendría que evitar todas y cada una de las líneas eléctricas de las calles suburbanas, descifrando mapas de satélite para decidir en qué punto exacto de una propiedad debe aterrizar, y asegurándose de no golpear a un niño o un perro despistados. Hansman ha definido estos desafíos como "no insuperables".

Pero, incluso si se resuelven estos retos, en Estados Unidos, el drone usado por Amazon probablemente sería un servicio nicho caro para artículos de gran valor. Actualmente la FAA está trabajando en la reglamentación para el uso y la seguridad de los drones, que se supone entrará en vigor en 2015. Se espera que estas reglas conduzcan a la aparición de nuevos usos comerciales, que ilncuyen las inspecciones de edificios, el trabajo policial, y los servicios de paquetería (ver "Flying robots -inglés-").

Matternet es una spin-off de la Universidad de la Singularidad (ubicada en Silicon Valley, EEUU) que se lanzó con 500.000 dólares (unos 370.000 euros) de capital semilla, junto con una segunda start-up de paquetería mediante drones, Aria Logistics, cuyo objetivo es construir una infraestructura de logística autónoma. Matternet imagina el futuro de la paquetería por drones con la existencia de "puntos de aterrizaje" predeterminados, más que entregas en la entrada de una casa, como se veía en el vídeo de demostración de Amazon.

La compañía reveló este plan en una entrevista con el fundador de la empresa, Jeff Bezos, que se emitió este domingo pasado en el programa 60 Minutes, y en la que Bezos reconocía el desafío que hay por delante. "Lo difícil, en este caso, es poner en marcha toda las medidas de seguridad y fiabilidad, y los sistemas necesarios para poder afirmar: Esto no va a aterrizar en la cabeza de alguien mientras pasea por el barrio", explicó.

Pero en una sesión de preguntas y respuestas en línea, Amazon expresó su confianza en la tecnología y afirmó que podría estar lista para 2015, ofreciendo incluso una promesa de entrega en 30 minutos para paquetes de hasta 2,5 kilos, si las leyes lo permiten.

"Tras el anuncio de Amazon hay mucha expectación, pero no deberíamos engañarnos", afirma el director ejecutivo de Matternet, Andreas Raptopoulos. "No existe todavía toda la tecnología necesaria para permitirnos hacerlo, y aún no existe la legislación que nos permitiera hacerlo. Hablamos de condiciones meteorológicas muy distintas, en terrenos muy difíciles y con vientos. Hacen falta bastantes pruebas para poder hacer esas cosas".

Amazon no quiso responder a preguntas sobre cómo intentaría superar esos problemas. La empresa propone el uso del denominado octocóptero, que tiene ocho rotores y puede seguir volando incluso si uno falla. Matternet también usó un dron de ocho rotores para su prueba. Ambos son versiones de drones disponibles comercialmente.

Canadá y Australia ya cuentan con legislaciones que permiten algunos tipos de usos comerciales para los drones, explica Raptopoulous. Y ya han empezado a hacerse pruebas en algunas partes del mundo. En Sidney (Australia), una librería de libros de texto llamada Zookal afirma que planea usar seis drones para entregar libros en localizaciones exteriores. Y una empresa china, Shunfeng Express, está probando la entrega de paquetería en Dongguan (China).

La visión de Matternet incluye una red de nodos donde los drones podrían repostar para vuelos más largos y ofrecer servicios como la entrega de suministros médicos o ganaderos a personas en lugares remotos de los países en desarrollo. "Lo llamamos red de valor, y podría tener un tremendo impacto para las personas tanto de aquí como del mundo en desarrollo que viven en lugares donde no hay carreteras", afirma Raptopoulos.

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