.

Computación

Un 'smartwatch' autosuficiente que requiere caja de herramientas

1

El reloj TrueSart de Omate no necesita conectarse con un 'smartphone', pero presenta otras serias desventajas respecto a sus rivales

  • por Rachel Metz | traducido por Lía Moya
  • 24 Diciembre, 2013

Foto: El reloj TrueSmart de Omate puede hacer y recibir llamadas, mensajes y más sin necesidad de conectarse con un teléfono.

La primera vez que vi el Omate TrueSmart, un reloj inteligente que no necesita conectarse con un smartphone, me mostré, por decirlo educadamente, escéptica. Con su propia capacidad de conexión inalámbrica, un sistema operativo Android completamente funcional, una pantalla táctil de 1,5 pulgadas, GPS y un procesador de doble núcleo, el dispositivo es básicamente un diminuto smartphone con una correa. Supuse que estaría sobrecargado y sería inutilizable, además de demasiado caro, puesto que hay que contratar su propio plan de datos para aprovechar todas sus funciones.

A pesar de mi escepticismo, me encantan los relojes inteligentes y espero que alguien -Google, Apple o una empresa diminuta de la que nunca haya oído hablar- acabe haciendo uno bien (ver "La 'estupidez' de los actuales relojes inteligentes"). El público definitivamente está de parte de Omate: en septiembre, el dispositivo recibió más de un millón de dólares (unos 730.000 euros) en financiación de miles de suscriptores en Kickstarter. Así que a pesar de mis dudas, tenía la esperanza de que Omate hubiera dado en el clavo con el TrueSmart.

Pero el optimismo no me duró demasiado. Me quedé sorprendida al sacar el TrueSmart de su funda de plástico y ver que venía con un destornillador diminuto. Aparentemente, es la única forma de abrir la pequeña ranura lateral para introducir la microtarjeta SIM que necesitas para hacer llamadas y acceder a una red de datos móviles desde el TrueSmart. También necesitas el destornillador para abrir la parte trasera del reloj y añadir una tarjeta microSD que aumente la capacidad de memoria. El dispositivo, que está empezando a llegar a los primeros compradores ahora, cuesta 249 ó 299 dólares (182 ó 218 euros), en función de su memoria y capacidad de almacenaje. En Estados Unidos, puedes usar una micro SIM de AT&T o de T-Mobile.

Tras pelearme por insertar mi SIM de T-Mobile y una tarjeta microSD (y de perder unos cuantos tornillos en miniatura en el intento, aunque afortunadamente viene equipado con tornillos de sobra), me até el reloj a la muñeca y lo encendí. Su pantalla de 1,5 pulgadas brilló y adquirió vida, mostrando el logo de Omate TrueSmart.

A pesar de su diminuto tamaño, el TrueSmart es sorprendentemente fácil de navegar. Viene con dos interfaces diferentes: una Android y una creación de Omate que es bonito pero que solía atascarse y parar. Me quedé con la versión de Android y no tuve problemas para buscar aplicaciones (traía varias precargadas, entre ellas Instagram y Twitter), abrir avisos y actualizaciones, y repasar fotos. La pantalla es lo suficientemente brillante como para usar el reloj tanto en interiores como en exteriores en un día soleado.

Además de su pantalla táctil, el TrueSmart tiene dos botones en el lado derecho. El de arriba enciende y apaga el reloj y lo deja en reposo, mientras que el de abajo te devuelve a la pantalla de inicio o, si lo aprietas varios segundos, te deja pasar por todas tus aplicaciones abiertas.

Varias veces toqué una aplicación o escogí una función que no era la que buscaba. Pero cuando no me equivocaba de botones, tuve algunas sorpresas agradables. A pesar de que el tamaño de la pantalla hace que leer cualquier cosa que sea más largo que un par de frases sea una ardua tarea, es excelente para ver actualizaciones de Twitter, Facebook e Instagram.

También me gustó ver vídeos de YouTube en el TrueSmart. Se veían bien y sonaban decentemente a través de un pequeño altavoz en el borde inferior del marco del reloj. Al principio tenía que entornar los ojos, pero al poco tempo me acostumbré a la pantalla chiquitita. 

Aunque nunca he ardido en deseos de hacer llamadas desde la muñeca, probé esta función diligentemente. Las llamadas sonaban decentes, aunque mi intrépida ayudante (llamémosla "Mamá") dijo que a veces por su lado había eco. Me sentí ridícula y probablemente no haría llamadas más que estando a solas.

Sin embargo, tiene otras opciones de input. TrueSmart es el primer reloj inteligente que he probado que incluye un teclado virtual, Fleksy, que se supone que es extremadamente bueno adivinando lo que intentas teclear incluso aunque te equivoques de teclas. Después de usar Fleksy durante toda una tarde me pareció sorprendentemente rápido y preciso para teclear en una pantalla tan pequeñita.

Pero me enfrenté a algunos problemas. El diminuto teclado de Fleksy ocupa la mayor parte de la pantalla cuando estas tecleando, dificultando ver el mensaje o la actualización de estatus que estás creando. Y teclear nombres de usuarios y contraseñas resultó muy trabajoso a veces puesto que solía dar a la letra que estaba junto a la que realmente quería dar.

El reloj viene con su propia tienda de aplicaciones, la OStore, que cuenta con un puñado de aplicaciones hechas por desarrolladores, entre ellas OWatchON, que enciende la pantalla cuando mueves el brazo, y una versión para reloj inteligente de Spotify, la aplicación para escuchar música. Algunas aplicaciones más se añadieron a esta lista en el tiempo en que estuve probando el dispositivo.

Aunque TrueSmart se promocionó como el primer reloj inteligente que incluiría la tienda de aplicaciones Google Play, el dispositivo que yo recibí no la tenía. Una actualización enviada a quienes habían respaldado el proyecto de Omate en Kickstarter en octubre explicaba que la empresa aún estaba  trabajando con Google en ello. El director ejecutivo de Omate, Laurent Le Pen me avisó de que si se desbloqueaba el dispositivo, aparecerían automáticamente una decena de aplicaciones Google (el código para esto lo compartió en su página Google+); lo hice varios días después y resultó un poco más divertido, pero mucho más problemático.

Al desbloquear el reloj se añadió la tienda Google Play, así como toda una serie de aplicaciones entre ellas Google Maps, Gmail y YouTube. Frustrantemente, el proceso de desbloqueo pareció disgustar al True Smart. Y la aplicación de Google Play se colgaba cada vez que intentaba usarla, aunque una actualización de firmware que llegó según acababa mi prueba parecía resolver ese problema.

Se puede usar el TrueSmart junto con un smartphone, pero en mi caso eso tampoco funcionó demasiado bien. Para ello hay que instalar una aplicación tanto en el smartphone como en el TrueSmart, y cuando probé el TrueSmart, la pieza para el smartphone todavía no estaba disponible públicamente. Omate me envió una versión de cada aplicación para usarla, pero nunca funcionaron bien juntas. Algunas veces el reloj sí que me avisó de llamadas y mensajes en mi teléfono Android. Pero en general se quedaba quieto cuando sonaba el smartphone. Unas cuantas veces intenté rechazar o aceptar una llamada entrante al smartphone desde el reloj, pero el teléfono no dejó de sonar.

La cámara es una idea divertida, pero no es muy útil. Está en el lado derecho de reloj, donde sobresale entre los botones de encender/reposo. Saqué una serie de fotos y me pareció muy difícil concentrarme en lo que quería capturar, ya fueran los árboles nevados del lago Tahoe, o a mi prometido poniendo caras raras en la cocina. Así que, a menos que seas extremadamente flexible, te puedes ir olvidando de sacar una autofoto con esta cosa atada al brazo.

La duración de la batería tampoco fue demasiado buena, un problema dado que el reloj lo llevas puesto todo el día. Usándolo intensivamente conseguí que durara cinco horas; Omate anuncia que debería dar a los usuarios 100 horas en reposo, o 240 minutos hablando (una métrica un poco extraña para un reloj, a menos que seas Dick Tracy).

Sin embargo, el problema más grave con el que me encontré fue con el propio hardware. Como parte de mi prueba me llevé el TrueSmart a una escapada de fin de semana al lago Tahoe. No tuvo ningún problema cuando se enfrió y se cubrió de nieve cuando salí a dar un paseo con raquetas de nieve. Pero después me di cuenta de que se apagaba varias veces, sin motivo aparente.

Después de comprobar los ajustes y asegurarme de que no estaba apretando el botón de encendido y apagado sin darme cuenta, vi que la batería estaba colgando de la parte de atrás del reloj, un mal encaje podría desconectarla fácilmente. Intenté apretar la tapa repetidas veces, pero no conseguí que todos los tornillos encajaran. Acabé por resolver el problema retirando una junta de goma que había entre el reloj y la tapa trasera y usando algunos tornillos nuevos.

El TrueSmart tiene algunas ideas interesantes que espero que la competencia acabe refinando y copiando, como su capacidad de comunicación por sí mismo sin necesidad de acompañarlo de un teléfono. Sin embargo, ahora mismo no vale más que para los desarrolladores de aplicaciones más curiosos.

Computación

Las máquinas cada vez más potentes están acelerando los avances científicos, los negocios y la vida.

  1. ASML, la empresa que revolucionó la fabricación de chips y quiere seguir haciéndolo

    ‘MIT Technology Review’ se reunió con el CTO saliente, Martin van den Brink, para hablar del ascenso de la empresa a la hegemonía y de la vida y muerte de la Ley de Moore  

    Dos trabajadores de ASML pasan por delante de la máquina UVE de alta apertura numérica en Veldhoven
  2. ‘Chiplets’: el arma de China en su batalla tecnológica contra EE UU

    Al conectar varios chips menos avanzados en uno, las empresas chinas podrían eludir las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense.

  3. Esta ciudad china quiere ser el Silicon Valley de los ‘chiplets’

    Wuxi, el centro chino del envasado de chips, está invirtiendo en la investigación de ‘chiplets’ para potenciar su papel en la industria de semiconductores