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Cambio Climático

El coche eléctrico en China no favorecerá al medio ambiente

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Su producción de electricidad implica fuertes emisiones de CO2 en zonas rurales, lo que equipara la conducción del vehículo a uno de gasolina

  • por Mike Orcutt | traducido por Lía Moya
  • 22 Abril, 2014

Foto: Un Tesla Model S.

Las ventas de vehículos eléctricos en China, el mercado más grande del mundo para los automóviles, son minúsculas a pesar de los incentivos del Gobierno para conseguir tener cinco millones de coches eléctricos circulando por las carreteras del país para el año 2020. Tesla Motors espera cambiar esta tendencia haciendo las primeras entregas de su berlina Model S a los clientes chinos este mes.

A pesar de que contar con más vehículos eléctricos pueda ayudar a China a lograr sus objetivos de transporte, probablemente no contribuya a mejorar el medio ambiente, dada su dependencia del carbón para producir más del 70% de la electricidad que consume. Para empeorar las cosas, el carbón en China suele ser más "sucio" que en otros países y muchas centrales eléctricas no emplean las modernas tecnologías de control de emisiones existentes.

Investigaciones recientes dirigidas por el profesor de ingeniería civil y medioambiental de la Universidad de Tennessee (EEUU) Christopher Cherry, han demostrado que, en gran parte del país, un vehículo eléctrico del tamaño de un Nissan Leaf produce aproximadamente la misma cantidad de dióxido de carbono por kilómetro conducido que un coche de gasolina equiparable. Además de eso, los vehículos eléctricos en China son responsables de mayores emisiones de partículas dañinas que los coches convencionales.

Igual que en Estados Unidos, en China la producción de electricidad es más limpia en unas zonas que en otras. Así, en el norte del país la producción eléctrica depende casi exclusivamente de centrales térmicas de carbón, mientras que de una cuarta a una tercera parte de la electricidad suministrada a las regiones centrales y del sur proviene de centrales hidroeléctricas.

En el gráfico se comparan cálculos recientes de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la producción y uso de un vehículo eléctrico cuya batería y peso son similares a los del Nissan Leaf. La línea azul representa el cálculo equivalente de las emisiones para un coche de gasolina medio en China.

Los vehículos eléctricos podrían servir para despejar la atmósfera en las ciudades chinas, muchas de las cuales tienen niveles peligrosos de contaminación en forma de finas partículas emitida en gran medida por los tubos de escape de los coches de gasolina. Los vehículos eléctricos no tienen tubos de escape, así que sustituir los coches de gasolina por estos podría servir para reducir la contaminación.

Pero este avance tendría un coste medioambiental importante: una mayor emisión de partículas en las zonas rurales, donde se sitúan la mayoría de las centrales eléctricas. Como quemar carbón produce muchas más partículas que quemar gasolina, Cherry y su equipo han hallado que, de media, un vehículo eléctrico en China se asocia con 19 veces más emisiones de partículas que un coche de gasolina similar.

El Gobierno chino tiene como objetivo limpiar poco a poco su red eléctrica aumentando su capacidad nuclear en los próximos años y mediante un agresivo plan de despliegue de energías renovables. Pero previsiones recientes sugieren que para 2020 la parte correspondiente al carbón será al menos del 60%. Resumiendo, la red china y los vehículos eléctricos que se carguen en ella serán relativamente sucios durante mucho tiempo.

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