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Computación

SpaceX recupera un cohete espacial por primera vez

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La prueba exitosa de un aterrizaje suave demuestra la posibilidad de volver a traer los propulsores a la Tierra para su reutilización

  • por Michael Belfiore | traducido por Lía Moya
  • 29 Abril, 2014

Foto: El cohete Falcon 9 se eleva desde una pista de despegue en Cabo Cañaveral.

Space Exploration Technologies, o SpaceX, ha avanzado un paso más en su camino para hacer los viajes al espacio más baratos al reutilizar sus cohetes propulsores durante una misión este mes a la Estación Espacial Internacional. El cohete Falcon 9 empleado, bautizado como Commercial Resupply-3, o CRS-3, ha sido el primero en volar con tren de aterrizaje y en realizar un amerizaje controlado con éxito.

Un primer intento el mes pasado y un segundo este mismo mes se habían pospuesto para esta tercera misión oficial de transporte de carga a la estación de SpaceX debido a problemas técnicos.

El cohete, que llevaba una cápsula espacial Dragon cargada con 1.700 kilos de suministros para la estación espacial, despegó el viernes 18 de abril justo después de las 15:35. La nave espacial Dragon llegó a la estación espacial el domingo.

Esta misión ha sido la primera prueba con éxito de una nueva posibilidad para la primera fase del Facon 9: la de descender y hacer un aterrizaje suave después de entregar su carga en órbita. Los propulsores convencionales caen a la tierra después de gastar el combustible, reentrando en la atmósfera a la velocidad suficiente como para desintegrarse debido al calor que produce la fricción con el aire. Esto encarece muchísimo los costes de lanzamiento, que pueden llegar a los 200 millones de dólares por lanzamiento (unos 145 millones de euros), dado que hay que construir un cohete nuevo para cada vuelo (ver "SpaceX lanzará el primer cohete propulsor reutilizable").

SpaceX ya es el proveedor de servicios de lanzamiento más barato para el Gobierno de Estados Unidos y la industria de los satélites comerciales, con vuelos por menos de 100 millones de dólares (unos 72 millones de euros). La empresa espera reducir los costes aún más gracias a los cohetes reutilizables. SpaceX ha estado probando una primera fase del Falcon 9 en lanzamientos a baja altitud en su centro de desarrollo y pruebas de cohetes en McGregor, Texas. La empresa publicó un vídeo de un vuelo de prueba usando las mismas patas de aterrizaje que las del vuelo orbital.

Una cámara colocada en la segunda fase del cohete grabó en vivo a los nueve motores Merlin construidos por SpaceX encendidos en la primera fase, y se ve cómo la cola de llamas y humo se expande gradualmente según va escaseando el oxígeno que rodea al vehículo. A una altitud de unos 80 kilómetros, viajando a una velocidad unas 10 veces superior a la del sonido, y a unos 50 kilómetros de la costa de Florida (EEUU), los motores de la primera fase se sueltan según el plan previsto. Según cae la primera fase, el único motor Merlin de la segunda fase se enciende para propulsar la nave Dragon el resto del camino hasta la órbita. Otra cámara muestra al Dragon alejándose de la segunda fase en el espacio, con la Tierra como telón de fondo.

Mientras, la recogida de datos de la primera fase confirma que tres de los nueve motores de la primera fase se han encendido para ralentizar la reentrada del propulsor a la atmósfera. El plan continúa con un único motor encendido a una altitud más baja sobre el océano Atlántico para permitir un amerizaje suave. La segunda fase del cohete no está diseñada para recuperarse.

Foto: Tras separarse del cohete Falcon de SpaceX, la cápsula Dragon se dirige hacia la Estación Espacial Internacional.

En una conferencia de prensa posterior al lanzamiento, el director ejecutivo de SpaceX, Elon Musk, confirmó que los datos iniciales enviados por el propulsor de primera fase tenían buena pinta. El propulsor se había frenado hasta ir a un poco más de la velocidad del sonido y descendido a unos ocho kilómetros, la altitud a la que vuela un avión comercial, antes de que la estación de rastreo terrestre perdiese el contacto.

Los últimos datos demostraban que el vehículo no iba girando. Durante el primer intento de que una primera fase de un Falcon 9 amerizase sin problemas después de un vuelo orbital, llevada a cabo en noviembre pasado, el cohete empezó a girar sin control. Además de incluir patas de aterrizaje, el propulsor usado para este nuevo vuelo contaba con propulsores más potentes para contrarrestar el movimiento giratorio del propulsor.

Aún así, en un principio Musk no estaba convencido de que el propulsor hubiera aterrizado suavemente sobre el agua debido a la presencia de olas altas.

"Creo que es improbable que el cohete pudiera amerizar con éxito", dijo durante la conferencia después del vuelo. En el momento de la conferencia de prensa él y sus ingenieros estaban esperando datos de un avión que rastreaba el propulsor cerca del punto previsto de amerizaje, a unos 650 a 800 kilómetros de Cabo Cañaveral. Los barcos que iban a recuperar el propulsor no podían llegar al lugar de amerizaje por las olas, que eran de hasta tres y cuatro metros.

Sin embargo, Musk informó a través de Twitter unas dos horas después de la conferencia de prensa que el propulsor había amerizado a salvo. "¡Los datos del rastreo mediante avión indican que el amerizaje en el Atlántico ha sido buenos!", tuiteó. "Los ordenadores de a bordo siguieron transmitiendo ocho segundos después de llegar al agua. Dejaron de hacerlo cuando el propulsor se puso en horizontal".

La empresa intentará hacer un aterrizaje en tierra firme después de probar otros amerizajes más precisos. El próximo gran hito después de la recuperación con éxito de un propulsor será reutilizarlo, algo que podría suceder incluso el año que viene. El objetivo de la empresa no es sólo recuperar y reutilizar los propulsores, sino que resulte barato.

"La reutilización debe ser tanto rápida como completa", afirmó Musk en la conferencia de prensa. "Como un avión o un coche, o algo así. Si cada vez que fueras a conducir un coche tuvieras que desmontarlo, montarlo y cambiar un montón de piezas, sería muy caro. Así que es cierto que no sólo tenemos que recuperarlo, tenemos que demostrar que se puede volver a usar rápida y fácilmente y que lo único que haya que hacer sea recargar el combustible".

El Dragon lanzado en el vuelo alcanzó la Estación Espacial , donde fue asido por su brazo robótico. Después se instaló a babor, en el lado de la estación que mira hacia la Tierra, en el módulo Harmony.

Este ha sido el quinto vuelo de una aeronave Dragon. SpaceX tiene un contrato con NASA para nueve transportes de carga más a la Estación Espacial Internacional. La empresa planea diez vuelos más para este año, entre ellos varios de lanzamiento de satélites comerciales, cada uno de los cuales ofrecerá una nueva oportunidad de recuperar un propulsor.

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