Los cubanos podrían estar a punto de disfrutar de un acceso a la tecnología de las comunicaciones ampliamente mejorado gracias a la proposición de normalización de las relaciones con Estados Unidos, que permitirá a las empresas importar infraestructura de telecomunicaciones y experiencia. Sin embargo aún hay que superar obstáculos económicos y políticos para que el acceso barato y abierto a internet se convierta en una realidad.

Aunque la Casa Blanca quiere eliminar las restricciones de comercio para el envío de equipos de telecomunicaciones y otras tecnologías al país, aún no está claro qué va a hacer el régimen de Raúl Castro, que controla estrictamente el acceso a internet.

"Castro sólo se ha comprometido al intercambio de prisioneros y a permitir una embajada de Estados Unidos en la isla", señala la profesora visitante asociada en el programa de Estudios Comparativos de Medios y Escritura del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EEUU), Coco Fusco, que visita Cuba con frecuencia y ha realizado investigaciones sobre la blogosfera del país. "No se han hecho promesas concretas. Tenemos que esperar y ver lo que el Gobierno cubano decide permitir realmente".

Incluso los servicios de internet más básicos podrían transformar la vida cotidiana en Cuba. En este momento, sólo las élites consiguen fácilmente estar en línea. En los cibercafés sancionados por el gobierno, la conexión a sitios web fuera de Cuba cuesta al menos 5 dólares (4 euros) por hora, un precio muy alto en un país donde el salario mensual medio es de 20 dólares (16 euros). Y en algunos casos se pide a los usuarios que firmen acuerdos para no utilizar sus actividades web para hacer nada que pueda perjudicar a la "seguridad pública".

Las nuevas políticas podrían proporcionar ayuda tecnológica indirecta facilitando a los cubanos comprar cosas como teléfonos móviles. La Casa Blanca quiere autorizar el uso de tarjetas de crédito estadounidenses en Cuba, permitiendo así más turismo y aflojando las políticas sobre remesas en efectivo, lo que podría hacer que la gente tenga más acceso a dinero en efectivo.

"Cosas comunes como los ordenadores, teléfonos móviles y memorias USB no son fáciles de encontrar en Cuba, y la gente las quiere", asegura la editora de Global Voices Advocacy, Ellery Roberts Biddle, que estudia la política de uso de internet en Cuba. Afirma que tener más dinero será una gran ayuda: en este momento, los cubanos a menudo comparten información pasándose dispositivos de almacenamiento y conectándolos a cualquier PC antiguo al que tengan acceso.

No está claro si Cuba construirá infraestructura pública y permitirá una mayor inversión por parte de Estados Unidos y empresas globales de telecomunicaciones y de tecnología. "Pero si ocurre, será interesante ver si siguen un modelo que dé prioridad al aspecto móvil en vez de invertir en el despliegue de fibra", afirma el director sénior de industria e inteligencia de datos David Belson, que trabaja para Akamai, una compañía de optimización web. De cualquier forma, estos cambios requerirían no sólo aligerar las restricciones de Cuba en cuanto a los contenidos de internet, sino también un crecimiento económico para dar soporte a la nueva infraestructura y garantizar que las personas tengan suficiente dinero para pagar por el servicio.