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Inteligencia Artificial

Autopilot de Tesla

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El futuro de la conducción autónoma ha llegado y las ventajas que ofrece hacen que queramos que se expanda y masifique lo antes posible

  • por Ryan Bradley | traducido por Teresa Woods
  • 24 Febrero, 2016

Foto: El conductor podía mantener las manos fuera del volante mientras su Tesla maniobraba por las calles de Los Ángeles. Crédito: Julian Berman.

Avance

Un coche que se conduzca sólo de forma segura bajo variedad de condiciones.

Por qué es importante

Los accidentes de coche causados por error humano matan a miles de personas al día en todo el mundo.

Los actores clave

- Ford Motor

- General Motors

- Google

- Nissan

- Mercedes

- Tesla Motors

- Toyota

- Uber

- Volvo

Disponibilidad

Ya.

En octubre de 2014, Tesla, la empresa de coches eléctricos de Elon Musk, empezó a comercializar sedanes con una docena de sensores ultrasónicos colocados discretamente alrededor de ambos parachoques y laterales. Por unos 4.250 dólares más (unos 3.855 euros), los clientes de Tesla podían comprar también un "paquete de tecnología" que empleaba los sensores, además de una cámara, un sistema de radar frontal y unos frenos controlados digitalmente, para ayudar a evitar las colisiones. En esencia, todo ello permitía que el coche asumiera el control de la conducción y parase antes de colisionar. Pero había mucho más en ese hardware, que se quedó allí, esperando y recopilando enormes cantidades de datos. Un año después, la empresa envió una actualización de software a los 60.000 coches cargados de sensores que había vendido mientras tanto. La actualización de software recibió el nombre oficial de Tesla Versión 7.0, pero su mote, Autopilot, es su nombre más popular.

Autopilot proporciona a los conductores algo parecido a lo que emplean los pilotos de aviones durante el vuelo. El coche debe gestionar su velocidad, mantenerse dentro de su propio carril e incluso cambiar de carril y autoaparcarse. Algunas de estas prestaciones, como el aparcamiento en paralelo automático, ya estaban siendo ofrecidas por otras empresas automovilísticas (incluidas Mercedes, BMW y General Motors). Fue la autodirección la capacidad que, de la noche a la mañana, produjo el gran salto hacia la autonomía total, simplemente a través de una actualización de software.

Los clientes de Tesla, encantadísimos, publicaron vídeos suyos circulando por la carretera sin manos, leyendo el periódico y sorbiendo un café e incluso montados sobre el techo del coche. Algunas de estas acciones son, como merece la pena señalar, ilegales. Autopilot estaba una zona legal gris, pero representaba un gran guiño a un futuro que cada vez se acerca más. El asistente representa un escenario que no sólo revolucionará los coches y nuestra relación con ellos, sino toda la carretera y las infraestructuras de transporte al completo.

Por eso no dudé en aprovechar la oportunidad de tomar prestado un coche con Autopilot durante unos pocos días y llevarlo, o más bien que me llevara a mí, por la ciudad de Los Ángeles (EEUU).

Foto: Autopilot incluso pudo lidiar con el sinuoso Paseo de Mulholland, aunque se desactivaba a mitad de unas curvas especialmente estrechas. Crédito: Julian Berman.

Todos querían saber qué sensación da la dulce rendición de permitir que el coche asuma el control. Pero los únicos momentos que parecieron realmente mágicos fueron cuando el coche se aparcaba sólo o cambiaba de carril. Sobre todo porque observar un volante que se gira solo resultó poco natural y algo fantasmagórico. Por lo demás, me asombró lo rápido que me acostumbré, lo inevitable que empezó a parecerme. Un ingeniero de Tesla me dijo, bajo condición de anonimato (la empresa no permite que nadie haga declaraciones públicas salvo Musk) que lo que rápidamente se convierte en extraño es conducir un coche sin Autopilot. "Sentirás que el coche no está haciendo su parte", dijo.

Foto: Al igual que muchas otras prestaciones del coche, Autopilot puede ser activado o desactivado desde una pantalla táctil. También se desactiva automáticamente al pisar el freno. Crédito: Julian Berman.

El coche no puede arrancar de forma autónoma en modo piloto automático, para poder activarlo es necesario que se cumplan una serie de circunstancias. Estas incluyen unas buenas líneas delimitantes de carril, una velocidad relativamente constante, una buena detección de los coches colindantes, y un mapa de la zona por la que circula, más o menos en ese orden. El abundante tráfico de Los Ángeles es un escenario idóneo para Autopilot. Por un lado, hay un volumen importante de datos a disposición de los sensores ultrasónicos, que emplean ondas de radio de frecuencia alta para identificar objetos desde hasta cinco metros de distancia. Por otro, los conductores humanos rendimos fatal en tráfico denso. Se nos da mal para empezar calcular las distancias, e intentamos constantemente cambiar de carril siempre que parezca que el carril de al lado avanza con mayor rapidez. Con Autopilot ya no necesitaba dejar la vista fija en el parachoques del coche que tenía delante, y podía levantar la cabeza y observar todas las malas decisiones que tomaban los otros conductores, parándose y arrancando sólo para pararse de nuevo. Mientras tanto, mi coche aceleraba y frenaba de forma más fluida de lo que jamás podría haber hecho conmigo al mando.

Con su enfoque gradual, Tesla se diferencia de Google y otras empresas que intentan recopilar datos con la esperanza de algún día lanzar unos coches totalmente autónomos. Para Tesla, sus clientes y sus coches parcialmente autónomos representan una flota de pruebas de amplia distribución. El hardware necesario para una autonomía real ya se ha incorporado, así que la transición puede desarrollarse mediante actualizaciones de software. Musk ha dicho que podría ser técnicamente viable, aunque no tanto legal, dentro de dos años.

El día después de devolver el Tesla, mi prometida y yo estábamos en una carretera de Los Ángeles y observamos a otro coche que, a gran velocidad, realizó un triple cambio de carril brusco, cortándoles el paso a varios conductores. Cuando el tráfico se detuvo, el coche de detrás se acercó demasiado deprisa e impactó con nuestro parachoques, que fue arrancado de cuajo. El futuro, pensaba yo, prácticamente ha llegado, y por lo que a mí respecta, ya está tardando.

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Inteligencia Artificial

 

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