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Los coches voladores aún están lejos de despegar pese a los fondos de Larry Page

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El cofundador de Google ha invertido en dos empresas que trabajan en este tipo de vehículo. Pero a pesar de los avances con drones y coches autónomos, el sueño aún está lejos, si es que llega

  • por Will Knight | traducido por Teresa Woods
  • 13 Junio, 2016

Los coches voladores siempre han sido motivo de bromas en círculos tecnológicos. Son el futuro, y siempre lo serán. Eso es lo que se dice.

Bien, puede que haya llegado la hora de tomárnoslos un poco más en serio. Al igual que muchos geeks, el cofundador de Google Larry Page se siente cautivado por el concepto jetsoniano de un modo de transporte aéreo a demanda. Por eso está financiando no una sino dos empresas que desarrollan prototipos de pequeñas naves aéreas: Zee.Aero y Kitty Hawk. Estas empresas, junto con una puñado de start-ups y hasta algunas grandes empresas aeronáuticas, están desarrollando diseños para vehículos que algún día podrían transportar a una o más personas a través de los cielos.

Page parece estar decidido a demostrar que puede hacer algo más ambicioso. Aunque algunas perspectivas sugieren que los coches voladores podrían por fin estar listos para despegar. En particular, la tecnología subyacente de los pequeños drones se está convirtiendo en un bien común, y el hardware y software para el mapeo y la navegación autónomos también están siendo desarrollados a gran ritmo.

Foto: El modelo Transition de Terrafugia. Crédito: Terrafugia.

Foto: Las alas de la nave se pliegan para facilitar que circule por carretera. Crédito: Terrafugia.

Aún quedan, no obstante, enormes problemas por superar. Para empezar, aunque la energía eléctrica ha avanzado mucho, el tipo de alimentación requerida para transportar una persona por aire aún requeriría grandes, pesadas y caras baterías. También, los cielos pueden parecer más fáciles de navegar que las concurridas carreteras, pero los sistemas de vuelos totalmente autónomos necesitarían ser increíblemente robustos, especialmente si los pasajeros no están cualificados para pilotar la nave en caso de emergencia.

Una empresa que desarrolla aeronaves compactas es Terrafugia. Hace varios años, la empresa realizó una demostración de un prototipo de aeronave, que realmente se parecía más a un avión con ruedas que un coche volador, con un precio de 279.000 dólares (unos 247.000 euros). El último prototipo de la empresa, un artilugio eléctrico híbrido de despegue y aterrizaje vertical (VTOL, por sus siglas en inglés) llamado TF-X, en un vídeo promocional tiene un aspecto que parece más apto para una película de ciencia ficción, pero la empresa afirma que aún se encuentra a entre  de ocho a 12 años de lanzarse. En otras palabras, al menos de momento, sigue siendo el futuro.

(Fuentes: Bloomberg, Boston Globe)

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