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Innovadores menores de 35

Humanitarios

Estos jóvenes encuentran soluciones tecnológicas que mejoran e incluso salvan la vida de la gente

Agustina Fainguersch (Argentina), 27

Muzi

Su 'app' facilita y acerca el diagnóstico del VIH a la población más necesitada

Una de cada cinco personas de entre 15 y 49 años está infectada por el VIH en Sudáfrica, la cifra más alta del mundo. Las posibilidades de contraer el sida, por tanto, son elevadas. Un correcto diagnóstico a tiempo es necesario, no solo para iniciar un tratamiento que prolongue la esperanza de vida de la persona infectada, sino también para ponerla en preaviso del riesgo que supone para las personas que puedan entrar en contacto con sus fluidos y que pueda tomar las medidas profilácticas adecuadas. Una adecuada gestión epidemiológica requiere campañas periódicas de diagnóstico a la población general o, al menos, que esta pueda acceder fácilmente a las dichas pruebas cuando lo necesite. En un entorno empobrecido, ambas situaciones son problemáticas.

Agustina Fainguersch intenta dar una solución a este problema con Muzi, una plataforma que combina kits de diagnóstico de bajo coste, teléfonos móviles y un programa de incentivos. Utiliza esta mezcla para que la gente pueda hacerse las pruebas sin tener que realizar grandes desplazamientos ni caer víctima del estigma social. Por esta iniciativa, Fainguersch ha sido elegida por MIT Technology Review en español entre los 35 ganadores de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017.

Muzi nace gracias al paso de Fainguersch por la Singularity University (EEUU), donde la ingeniera informática argentina conoció al que sería su socio, un médico sudafricano. La joven explica que ambos compartían el mismo objetivo: "Resolver problemas de diagnóstico con la tecnología". La idea a la que llegaron es simple: aprovechar la portabilidad que ofrece la tecnología de los smartphones para sacar de las clínicas centralizadas el diagnóstico del VIH.

A través de la app de Muzi, el diagnosticador introduce el número de teléfono del diagnosticado y el código de la prueba que le realizará. La persona que se someterá al test recibe un mensaje en su móvil, que tendrá que contestar para dar consentimiento y confirmación de que la prueba se ha realizado. El diagnosticador realiza el test, disponible comercialmente, y la app lee el resultado, sin que en ese momento ninguna de las partes tenga acceso al mismo. La información sólo se entrega, de forma privada, al usuario para preservar su privacidad.

Fainguersch y su socio siguen depurando el producto a medida que reciben retroalimentación de las pruebas piloto así como de inversores y organismos interesados en el uso de la app. La joven detalla: "Hoy realizamos las pruebas asociándonos con clínicas, son sus técnicos los que salen a la calle a realizar los diagnósticos". Espera que su siguiente paso sea abrir la tecnología al público, para que mediante un sistema de incentivos pueda aumentar exponencialmente el número de personal dedicado a esta función y alcanzar a toda la población. También entre sus planes está ampliar el abanico de enfermedades diagnosticables. Fainguersch  explica: "Estamos en conversaciones con un grupo médico muy interesado en implementarlo para la hepatitis C".

La asesora sénior de finanzas y estrategia, inversora ángel y socia en Calligram, Paloma Cabello, ve este proyecto como algo "realmente innovador, inteligente y disruptivo". Esta miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017 destaca sobre todo el gran potencial impacto social que puede llegar a tener.

Por Maximiliano Corredor