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Innovadores menores de 35

Pioneros

Ofrecen soluciones nuevas e inesperadas a problemas como el tratamiento del cáncer, la seguridad de internet y los coches autónomos

Joshua Browder, 20

DoNotPay

Su abogado robótico ya ha ahorrado multas por valor de 8,2 millones de euros a 375.000 personas, y su trabajo no ha hecho más que empezar

De entre todas las tecnologías posibles, Joshua Browder está decidido a revolucionar el mercado de 169.000 millones de euros de los servicios legales con bots de conversación. Cree que estos bots parlantes pueden automatizar muchas de las tareas por las que los abogados cobran altas tarifas por hora.

El joven afirma: "Meterse en un proceso legal nunca debería ser un engorro ni una cuestión de dinero. Debería ser una cuestión de cuál es el resultado correcto, de obtener justicia".

Browder arrancó a pequeña escala en 2015 con el desarrollo de una herramienta sencilla llamada DoNotPay que ayuda a las personas a reclamar multas de apartamiento. La idea se le ocurrió después de haber recurrido con éxito muchas de sus propias multas, y sus amigos le pidieron que creara una aplicación para poder beneficiarse de su enfoque.

"Debería ser una cuestión de cuál es el resultado correcto, de obtener justicia".

El "abogado robótico" básico de Browder solicita algunos datos (en qué estado fue expedida la multa y en qué fecha) y los utiliza para generar un formulario en el que se solicita que se retiren los cargos. Hasta ahora, 375.000 personas han evitado multas por valor de unos 8,2 millones de euros, afirma.

A principios de julio, DoNotPay amplió su cartera para incluir otras 1.000 tareas legales relativamente concretas, como presentar una queja por discriminación en el lugar de trabajo o cancelar una prueba de marketing en internet. Unos días más tarde, introdujo herramientas de código abierto para que hasta los abogados sin experiencia en programación puedan crear sus propios bots de conversación. El profesor adjunto de derecho de la Universidad de Boston (EEUU), Warren Agin, creó uno para que las personas que se han declarado en bancarrota puedan defenderse de los acreedores. "Los deudores tienen muchas herramientas legales a su disposición, pero no lo saben", asegura.

Pero los plantes de Browder no acaban aquí. Quiere automatizar, o al menos simplificar, procesos legales frecuentes y dolorosos, como solicitar asilo político o divorciarse.

Hay bastantes desafíos por delante. Es probable que Browder se encuentre con obstáculos establecidos por los abogados que intentan maximizar sus horas facturables, y por consumidores que se sienten reacios a confiar demasiado en algoritmos en lugar de abogados de carne y hueso.

Por Peter Burrows