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Tecnología y Sociedad

Los MOOC han muerto, larga vida a los microcursos para empleos tecnológicos

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Sebastian Thrun defendió este tipo de sistemas educativos, pero no resultaron tan eficaces como prometían. Ahora diseña formaciones para las habilidades que demandan las empresas tecnológicas

  • por Tom Simonite | traducido por Teresa Woods
  • 19 Diciembre, 2016

Foto: Sebastian Thrun. Crédito: Udacity.

Sebastian Thrun sonríe algo torpemente cuando explica por qué ya no cree en la revolución educativa que vendió al mundo hace sólo unos años.

Este delgado y calvo pionero de la robótica ha sido clave a la hora de convencer a inversores, gobiernos y compañeros para que se gastaran millones de euros en plataformas educativas universitarias digitales denominadas MOOC (massive online open courses). Esta tecnología se presentó como algo que permitiría que cualquier persona del mundo pudiera acceder a una educación de calidad (ver La crisis de la educación superior). Thrun, que es profesor de la Universidad de Stanford (EEUU), ayudó a darles bombo cuando publicó en internet su asignatura de introducción a la inteligencia artificial en 2011, lo que accidentalmente atrajo a 160.000 alumnos.

Asombrado por la respuesta, pidió una excedencia de la universidad y también de otro trabajo de coches autónomos en el que participaba y otras investigaciones de Google para fundar Udacity, una empresa que ofrece MOOC en computación, matemáticas y física.

Consiguió más de 150 millones de euros en inversiones de capital riesgo y se alió con la Universidad Estatal de San José (EEUU) para ofrecer asignaturas canjeables por créditos universitarios oficiales. Pero dos años después del lanzamiento de Udacity, Thrun empezó a cuestionar si los MOOC realmente dejaban una huella importante en el mundo actual.

Las tasas de finalización de cursos en Udacity solo era del 2%, y la gente que terminaba solían ser alumnos muy motivados que ya disponían de una buena educación por la vía tradicional. Y mucha gente se apuntaba a los MOOC para mejorar sus perspectivas laborales, pero los proveedores parecían centrarse más en imitar las universidades que en cumplir con esa necesidad.

Thrun, que actualmente preside Udacity, no tardó mucho en cambiar de rumbo y empezar a venderse como un portal especializado para formarse en habilidades requeridas por los nuevos trabajos de la industria tecnológica. La empresa tiene acuerdos con empleadores como Amazon y Facebook para ofrecer "nanotítulos" altamente vocacionales. El responsable afirma: "Estamos encantados de habernos ido de los MOOC. Ahora somos capaces superar a las universidades con currículos que ellas nunca tendrían, lo que mejora las perspectivas de los estudiantes de encontrar un empleo".

Udacity trabaja con socios corporativos para crear asignaturas dirigidas a producir candidatos laborales con las habilidades que necesitan las empresas, y que escasean, como el aprendizaje de máquinas y el desarrollo de apps móviles. Más de 30 compañías, como Intel y Samsung, han firmado acuerdos de "socios de contratación" con Udacity para ganar acceso a los graduados antes de que salgan al mercado laboral más amplio.

Thrun afirma que este modelo le permite llenar una importante, y lucrativa, brecha educativa que los MOOC universitarios no llenan. Sostiene que la tecnología ha generado nuevos empleos y cambiado otros existentes a un ritmo mayor al que avanzan las universidades, y que mucha gente no se puede permitir el tiempo y gasto que conlleva la educación convencional de todos modos. 

"El desajuste entre las necesidades educativas de la gente y el concepto de una única educación universitaria en la vida es cada vez mayor", explica. Para Thurn, "eso tenía sentido cuando la gente tenía un empleo durante toda la vida. Ahora la tecnología avanza rápidamente y la gente se ve empujada hacia empleos nuevos rápidamente".

Udacity ofrece 12 nanotítulos actualmente, desde desarrollador web front-end (creado con ayuda de empresas como AT&T y Google) hasta ingeniero de conducción autónoma (diseñado con la ayuda de socios que incluyen a Mercedes-Benz y la división de camiones de Uber, Otto). Unas 3.000 personas se han graduado en estos nanotítulos durante los últimos dos años, y otras 13.000 más están matriculadas actualmente. Alrededor de 900 personas han obtenido empleos relacionados con el programa que estudiaron.

Los alumnos pagan 190 euros al mes para la mayoría de los nanotítulos, y los completan a su propio ritmo. Lo normal es completarlos en seis meses, y para estimular su motivación, la empresa devuelve la mitad de la matrícula a los alumnos que terminen en menos de un año en la mayoría de los cursos. Y si se pagan hasta 280 euros mensuales, algunos cursos adquieren el derecho de reembolso total en caso de no obtener un trabajo en seis meses tras graduarse. (Hasta ahora, sólo una persona ha hecho uso de esa oferta).

Las cuotas de los alumnos representan la mayor parte de los ingresos de Udacity, aunque algunos socios empresariales también contribuyen económicamente. En contraste, muchos boot camps tecnológicos y de codificación requieren una dedicación a jornada completa de los alumnos, y las cuotas pueden ser mucho más altas.

Dan Haddigan se matriculó en el nanotítulo de desarrollador web front-end de Udacity a finales de 2014 con la esperanza de lograr mejores perspectivas laborales que las que tenía como comerciante de arte, un trabajo que obtuvo tras graduarse de la universidad con un título de bellas artes. Elogia las informaciones personalizadas que recibió sobre los ejercicios de codificación y trabajo de proyectos que realizó, y el asesoramiento laboral que recibió una vez terminado el programa.

Haddigan completó su nanotítulo en aproximadamente cinco meses, y se dedicaba a él casi diariamente antes y después de su jornada laboral. Las dudas sobre si esta formazión atípica limitaría sus perspectivas laborales se evaporaron cuando le contrataron para el primer empleo que solicitó tras finalizar el nanotítulo de Udacity. Ahora es desarrollador web de IntuitSolutions, una empresa radicada en Filadelfia (EEUU) especializada en la creación de páginas web de comercio electrónico.

Haddigan cree que la creciente necesidad de habilidades tecnológicas ha hecho que las empresas estén más abiertas a formaciones alternativas como la suya. "Están dispuestas a obviar cosas como si dispones de un título formal siempre que tengas los conocimientos", señala.

Ese tipo de mentalidad llevó al grupo de Watson de IBM a trabajar con Udacity para cocrear el Nanotítulo de Ingeniero de Inteligencia Artificial (Amazon y la empresa china de viajes compartidos DiDi Chuxing también contribuyeron). El director tecnológico del grupo Watson, Rob High, cree que los investigadores responsables de las nuevas técnicas de inteligencia artificial seguirán procediendo de formaciones educativas convencionales de élite. Pero será necesario que un gran número de programadores y buenos responsables entienda esas tecnologías si las grandes empresas aspitan a comercializarlas ampliamente.

El nuevo modelo de Udacity encaja con las motivaciones de los alumnos y las empresas tecnológicas, lo que sugiere que podría arraigarse incluso fuera de la tecnología, según el profesor de educación de la Universidad Estatal de Pensilvania (EEUU), David Passmore.

La razonable matrícula y el marcado enfoque en el empleo tienen valor en una era en la que las matrículas universitarias son más caras que nunca, dice. La manera en la que Udacity colabora con empresas para generar cursos les proporciona una manera relativamente fácil y directa de dar forma a las competencias del mercado laboral, según Passmore, quien se imagina que el modelo se puede adaptar fácilmente a otras industrias como la fabricación.

Thurn no planea extenderse más allá de la tecnología, donde la marca de Udacity y su red son más fuertes, pero el director de la Iniciativa para la Economía Digital del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU), Erik Brynjolfsson, afirma que todavía hay un gran mercado, puesto que las capacidades tecnológicas ahora se necesitan en todas las industrias (ver De cómo la tecnología está destruyendo el empleo).

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