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Cambio Climático

El mercado solar de los EE.UU. se duplicará el año próximo

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Los incentivos del gobierno y unos precios solares más bajos están empezando a dar frutos.

  • por Kevin Bullis | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 08 Febrero, 2010

Dentro de pocos años, los Estados Unidos probablemente sean el mayor mercado global de energía solar, eclipsando así a Alemania, que ha tomado la delantera como resultado de una serie de fuertes iniciativas gubernamentales a pesar de la relativa penuria de la luz del sol en ese país. Una serie de factores podrían hace que este crecimiento fuera posible en los Estados Unidos—especialmente los cambios en la legislación que otorgan a las compañías eléctricas una serie de incentivos para crear grandes granjas solares.

El año pasado, la industria solar de los EE.UU. empezó con paso lento, pero las ventas se animaron durante la segunda mitad del año, en gran parte debido a una bajada en los precios de los paneles solares de hasta un 40 por ciento, en parte provocada por una sobreoferta debida a la recesión. Los ingresos de muchas compañías solares fueron probablemente planos, pero los megavatios de energía solar instalados en los Estados Unidos en general crecieron entre un 25 y un 40 por ciento el año pasado, afirma Roger Efird, presidente de la Asociación de la Industria de la Energía Solar y director de administrativo de Suntech America, una rama de Suntech Power, el mayor fabricante de paneles solares de silicio cristalino en el mundo.

Este año, afirma Efird, las instalaciones solares podrían duplicarse, alcanzando así el gigavatio de capacidad. “Esa es una gran cifra,” afirma. “Si formas parte del negocio solar, hace 15 años habrías estado hablando en base al número de vatios, en base a kilovatios hace 10 años, e incluso te costaría hablar de megavatios hoy día.”

Este crecimiento está probablemente provocado por varias causas, entre las que se incluye la reducción de los precios de los paneles solares y los costes de instalación, así como el incremento de los incentivos estatales, que logran hacer que la energía solar sea más atractiva. Según Harry Fleming, director general de Acro Energy Technologies en Oakdale, California, estos cambios suponen que el coste de un techo solar típico de cinco kilovatios haya bajado desde los 22.000 dólares después de aplicar los incentivos estatales (desde los 40.000 dólares sin dichos incentivos) hasta los 16.000 dólares en los últimos 18 meses. Se espera que los precios bajen hasta los 13.000 a finales de año (25.000 dólares sin incentivos). “Esto hará que la energía solar sea un producto apto para la clase media,” afirma.

Al mismo tiempo, parece probable que los proyectos financiados a través del paquete de estímulo se pongan en marcha este año. La Administración de Servicios Generales de los EE.UU. y el Departamento de Defensa de los EE.UU., por ejemplo, están listos para dar comienzo a varios proyectos de energía solar, señala Efird. “Un gran estímulo para nosotros en 2010 vendrá dado por estos fondos de estímulo que tanto llevábamos esperando,” afirma.

Otra cuestión clave podría ser la de los proyectos solares llevados a cabo por las compañías eléctricas. Efird afirma que un pequeño cambio en los códigos fiscales ha permitido a estas compañías obtener incentivos tributarios por las inversiones en energía solar. Después de eso, “fue cuando empezamos a ver, realmente por vez primera, que las compañías eléctricas empezaron a interesarse en la energía solar como forma de general electricidad al por mayor que después podían vender.” Su compañía ha llevado a cabo proyectos de demostración en el pasado, afirma, “aunque nunca nos hemos fijado en el sector de las compañías eléctricas y hemos considerado que sea un mercado por sí mismo.” Alrededor de un tercio de las nuevas instalaciones el año próximo podrían proceder de compañías eléctricas.

No es probable que este año se apruebe un proyecto de ley que pondría precio al dióxido de carbono, aunque otros tipos de legislación podrían ayudar a la industria. Un proyecto de ley de empleo, por ejemplo, podría incluir algunos de los incentivos que fueron incluidos originalmente en un proyecto de ley energética y de clima aprobado en la Cámara el año pasado. Estos incentivos podrían incluir un estándar de energía renovable, que requeriría que las compañías eléctricas del país usaran dicho tipo de energía. Igual de importante sería un estándar nacional para conectar las instalaciones solares a la red. Ahora mismo algunos estados no tienen leyes que permitan a las personas conectar paneles solares en el techo a la red y recibir crédito por la energía que generan, y las leyes existentes varían en cada estado. Un estándar uniforme podría acelerar las ventas y las instalaciones.

Algunos expertos, no obstante, creen que un gran número de los proyectos solares planeados para los próximos años se acabarán cayendo—quizá un número tan elevado como el 75 por ciento—debido a la relativa “inmadurez” de la industria. Hasta ahora se han construido pocos proyectos de gran tamaño, y por tanto probablemente se darán grandes excesos en los costes.

Para muchas compañías solares, las leyes, los requerimientos de permisos de tierras, y la necesidad de crear líneas de transmisión han logrado decelerar los proyectos. En algunos casos, los proyectos solares más pequeños localizados cerca de subestaciones tienen mejores oportunidades que las granjas solares de gran tamaño, que requieren nuevas líneas de transmisión especiales, incluso a pesar de que estas últimas, en teoría, podrían ser más económicas. Algo que podría servir de ayuda sería la designación de áreas que fueran preaprobadas para su uso como granjas solares, y fueran equipadas con líneas de transmisión que dieran servicio a un grupo de dichas granjas. “Sin embargo eso requeriría un grado de pensamiento estratégico que en la actualidad está ausente,” afirma Jim Barry, director general de NRT, una compañía con sede en Dublín, Irlanda, y que en la actualidad se dedica al desarrollo de grandes proyectos solares en los Estados Unidos.

Incluso con estos problemas, y según algunas estimaciones, los EE.UU. podrían suponer un 25 por ciento del mercado solar mundial en 2013, una cifra mayor que el 8 por ciento actual. Sin embargo la fracción de esta cuota solar que será proporcionada por compañías estadounidenses es más incierta. Arun Majumdar, director de la Agencia para Proyectos de Investigación Avanzados de Energía, afirmó en un testimonio ante el Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara el mes pasado que durante los últimos 15 años los EE.UU. han pasado de suministrar el 45 por ciento de los paneles solares mundiales a menos de un 10 por ciento. Sin embargo el creciente mercado estadounidense ha empezado a atraer la manufactura solar. Suntech Power, por ejemplo, que en la actualidad fabrica todos sus paneles solares en China, está construyendo una factoría solar en Phoenix para este año. “Somos la primera compañía china que exporta trabajos a los EE.UU.,” señala Efird.

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