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Matthias Kohler durante su estancia en la Norman Foster Foundation en Madrid

Inteligencia Artificial

"No creo que la IA sustituya a los arquitectos, el diseño es más social"

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Aunque reconoce el problema de la destrucción de empleos, para el arquitecto suizo Matthias Kohler la automatización y digitalización de la construcción está llena de ventajas, y lamenta que el sector aún no se esté beneficiando de ellas

  • por Patricia Ruiz Guevara | traducido por
  • 19 Marzo, 2018

Mientras que algunas personas viven angustiadas por si la inteligencia artificial se alza contra la humanidad y los robots les roban el empleo, el profesor del Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH) de Zúrich (Suiza) Matthias Kohler cree que, si se utilizan con ética, estas nuevas tecnologías pueden convertirse en grandes aliadas de arquitectos y diseñadores.

En su esfuerzo por explotar al máximo los beneficios que la automatización puede aportar al sector de la construcción, ya ha logrado algunos éxitos como una torre ensamblada por drones, y una mesa que el usuario puede personalizar, en su estudio Gramazio Kohler Architects, que cofundó junto al también arquitecto Fabio Gramazio. Kohler, que entre 2014 y 2017 fue director del Centro Nacional de Competencia en la Investigación de Fabricación Digital en Suiza, combina el diseño arquitectónico computacional con robots industriales personalizados. Vestido de negro impoluto durante su estancia en la Norman Foster Foundation en Madrid (España), se muestra entusiasmado por las posibilidades que las nuevas tecnologías están abriendo en la arquitectura y mira con ilusión al futuro de la construcción.

¿Cómo se aplica la fabricación robótica a la arquitectura?

Es una nueva cultura digital que impactará en el futuro de la construcción. Los robots afectarán profundamente a este sector y lo transformarán por completo, ya que todos los procesos de materialización pueden teóricamente transformarse en procesos robotizados. La manera en la que construimos y diseñamos cambiará, igual que lo hace la arquitectura cada vez que llegan nuevos materiales. Incluso se modificará la manera en que experimentamos y vivimos los edificios.

Uno de sus proyectos robóticos más destacados es la torre de ladrillos de seis metros para el FRAC Centre en Orléans (Francia). ¿Cómo se hizo?

Fue un proyecto en colaboración con el ingeniero Raffaello D'Andrea, especializado en drones. Su grupo se encargó de que volaran correctamente para depositar los ladrillos, y nosotros hicimos la parte del diseño. La flota de aeronaves trabajaba en paralelo: algunas volvían a recargar material mientras que otras lo colocaban. Era curioso de ver porque los drones tenían que bajar rápidamente en vertical para evitar las turbulencias y ajustar al máximo su posición. Creo que tienen un gran potencial y, cuando se oficialice la entrega aérea, tendrán más aplicaciones.

Vídeo: Ensamblaje de la torre de ladrillos de seis metros en el FRAC Centre. Crédito: Gramazio Kohler Architects y Raffaello D’Andrea en colaboración con ETH Zurich.

Otro de los diseños de su estudio es la mTable, una mesa con agujeros que el usuario puede personalizar con su móvil. ¿Cómo ve el futuro del diseño?

Tradicionalmente, el diseño consistía en decidir una forma final y materializarla. Pero ahora podemos diseñar procesos y formas finales mediante algoritmos. Cabría preguntarse si eso puede considerarse diseño, aunque no sea el artista el que ponga el punto final. Creo que el proyecto de la mTable es esclarecedor porque demostró que, aunque el cliente tuviera la última palabra sobre los agujeros y el color, toda la variedad de mesas pertenecía a la misma familia. Poseíamos la autoría del diseño más allá de la forma. Por eso creo que el futuro de la construcción está en el diseño de procesos.

Foto: La mTable permite a los usuarios diseñar su propia mesa desde un teléfono móvil.  Crédito: Gramazio Kohler Architects.

¿Pueden los nuevos avances democratizar la arquitectura y poner el diseño al alcance de todos?

Esa es una buena pregunta. En principio sí, pero creo que se tratará más de un diseño colaborativo, porque al final siempre se necesita la atención profesional de un arquitecto o un diseñador. Será él quien decida qué fija y qué deja abierto para que otra persona pueda expresarse. 

Ya hay algoritmos que componen música, inventan videojuegos y crean arte. ¿Van los ordenadores también a dirigir procesos en la arquitectura?

Es difícil de predecir porque el desarrollo de la inteligencia artificial aún es muy reciente. Personalmente creo que sería fantástico, y estoy entusiasmado y abierto a ello. Para mí, lo más interesante del aprendizaje automático es definir el problema que el algoritmo va a resolver. Lo veo como una forma de buscar soluciones. Así que la pregunta realmente es: ¿hay problemas interesantes en arquitectura en los que la inteligencia artificial pueda contribuir a dar nuevas soluciones mejores? Aún es pronto para responder a eso.

Entonces, ¿tal vez los algoritmos podrían llegar a sustituir a los arquitectos?

Quizá en el futuro, pero yo creo que no, porque la interacción humana y la relación con el cliente también son importantes. No creo que una inteligencia artificial pueda discutir con alguien qué edificio quiere y para qué lo necesita como hace una persona. El diseño para crear una buena infraestructura es un proceso más social. Tampoco me preocupa demasiado que la inteligencia artificial llegue a ser capaz de diseñar. Creo que la creatividad y el hecho de que cada edificio sea diferente siempre requerirán la intuición de un arquitecto para aunar todas las exigencias necesarias.

Sin embargo, los robots sí pueden sustituir mano de obra. ¿Por qué debemos ver la automatización como una oportunidad y no como una amenaza?

Creo que hay buenas razones para tener miedo, no hay que tomárselo a la ligera. Habrá efectos negativos, sobre todo a corto plazo. Sin embargo, opino que los responsables de esta transformación también tienen un buen sentido de la ética y están pensando en lo mejor para la humanidad. Además, la automatización puede ser también una buena solución a otros problemas. Ahora es muy difícil que la gente joven quiera dedicarse a la construcción en sí, no lo encuentran interesante. Los robots pueden ocupar esos lugares a la par que la parte digital suele ser más atractiva para los jóvenes.

El arquitecto del futuro también sufrirá una transformación: pasará de diseñar únicamente con bocetos y planos, a utilizar diseño computacional y programar. A través de estas nuevas técnicas y robots, establecemos una conexión muy directa con el proceso de construcción. No solo diseñas un edificio, sino su construcción. Creo que esto es algo muy valioso para un arquitecto porque, históricamente, hemos ido alejándonos de la construcción real. Ahora, tenemos la oportunidad de volver a mirarla de cerca. Por ejemplo, los procesos de materialización pueden conseguirse con gran cantidad de detalle gracias a los robots. Desde la perspectiva de un arquitecto, parece un nuevo horizonte muy agradable.

Foto: Un dron coloca un ladrillo en la estructura del FRAC Centre. Crédito: Gramazio Kohler Architects.

¿Cómo va a cambiar la forma de trabajar en las grandes constructoras?

Habrá una interfaz más fácil entre arquitectura e ingeniería, y entre las empresas de construcción, porque todos trabajaremos con los mismos módulos. Ahora, suele haber una brecha porque cada uno dibuja el plano de una manera; se pierde comunicación y tiempo. Con los nuevos avances, todos estaremos en el mismo modelo y con los mismos datos, y la colaboración podrá empezar mucho antes. Será también más fácil hacer cambios y reaccionar. Por otro lado, las constructoras ahora necesitan equipos con más habilidades, que sepan programar, conozcan procedimientos computacionales y puedan trabajar con geometrías complejas.

Si hablamos de materiales, ¿cuál va a ser el impacto de las nuevas tecnologías?

Creo que lo más importante es empezar a usar de manera inteligente los materiales que ya tenemos: reducir la cantidad, y buscar la eficiencia y la sostenibilidad. Por ejemplo, para construir un muro se calcula su grosor en función de la peor situación posible que necesitará soportar y se levanta todo con la misma medida. Así se desperdicia una gran cantidad de material, porque hay partes del muro que no necesitan ser tan anchas. Ahora tenemos una nueva tecnología llamada Mesh Mould, que imprime en 3D el encofrado con la forma exacta que necesitamos y que permite ahorrar material; como hace el brazo robótico In situ Fabricator. Además, el robot puede ir directamente a la obra y trabajar allí. En el futuro también veremos materiales que solo podrán utilizar las máquinas.

Foto: El proyecto Mesh Mould diseña encofrados con impresión 3D. Crédito: Gramazio Kohler Research, ETH Zurich.

¿Romperán los robots y los algoritmos las barreras de la construcción?

Creo que este sector no se ha beneficiado aún de la digitalización, así que es momento de que hagamos uso de las tecnologías y de estos cambios. Al igual que lo han hecho nuestros teléfonos inteligentes, las posibilidades robóticas y tecnológicas de la arquitectura y el diseño se volverán parte de nuestro entorno. Es una perspectiva muy hermosa.

*Esta entrevista se publicó originalmente en el Blog de Innovación de Sacyr el 25/01/2018

Inteligencia Artificial

 

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