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ClimaCell

Cadenas de bloques y aplicaciones

Un nuevo servicio meterológico más preciso gracias al IoT de la gente

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Los pronósticos de ClimaCell usan millones de señales de teléfonos móviles y otros dispositivos inalámbricos de todo el mundo para aumentar su precisión en un 60 %. Aunque los primeros casos de uso parecen prometedores, algunos expertos piden más datos y comparativas para asegurarse

  • por Douglas Heaven | traducido por Ana Milutinovic
  • 17 Mayo, 2019

El 14 de abril, en Chicago (EE.UU.) nevó más que en casi 40 años. Los servicios meteorológicos no lo vieron venir, dado que su pronóstico fue de una capa de entre tres y cinco centímetros de nieve, en el peor de los casos. Pero ese temporal de invierno tardío hizo que las aerolíneas tuvieran que cancelar más de 700 vuelos en los aeropuertos de la ciudad.

Pero, una aerolínea lo hizo mejor que la mayoría. En lugar de confiar en los pronósticos meteorológicos habituales, siguió los de ClimaCell, una start-up de "tecnología climática" que afirma que puede predecir el tiempo con mayor precisión que nadie. Según la compañía, su acertado pronóstico sobre la severidad del temporal de nieve de Chicago permitió a esta aerolínea a gestionar mejor sus horarios y minimizar las pérdidas derivadas de retrasos y desviaciones.

Creada en 2015, ClimaCell ha pasado los últimos años desarrollando tecnología y relaciones comerciales para poder usar millones de señales de teléfonos móviles y otros dispositivos inalámbricos de todo el mundo. Utiliza la calidad de esas señales como un indicador de las condiciones la meteorología local, como las precipitaciones y la calidad del aire. También analiza imágenes de las cámaras de  las calles. A sus suscriptores les ofrece un servicio de pronóstico climático con una precisión un 60 % superior a los de los meteorólogos existentes, como la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA).

El internet meteorológico

El enfoque tiene sentido, en principio. Otros meteorólogos utilizan indicadores como señales de radar. Pero, la información de millones de dispositivos inalámbricos comunes da a ClimaCell una visión mucho más detallada de casi todo que la que obtienen otros meteorólogos a través de la red existente de sensores meteorológicos, que van desde dispositivos terrestres hasta satélites (aunque ClimaCell también los utiliza).

La compañía acaba de inaugurar un nuevo centro de investigación en Colorado (EE.UU.), donde desarrollará un nuevo modelo matemático que convierte las observaciones de teléfonos móviles en datos meteorológicos que se pueden introducir en una simulación. Cuanto más precisa sea la imagen de la meteorología de hoy, más preciso será el pronóstico para mañana.

El modelo se puede ajustar para centrarse en una región, en un tipo de clima y actualizarse con la frecuencia que desee el suscriptor. Eso ayudaría a las empresas de energía renovable a saber cuánta luz solar llegará a sus paneles solares o cuánto viento moverá sus turbinas, por ejemplo. Una mejor previsión permite a los proveedores de energía ajustar la relación entre la oferta y la demanda.

"Siempre hacen falta mejores pronósticos", destaca el científico del clima en The Met Office, el servicio nacional de meteorología de Reino Unido, Ken Mylne. "Es imposible hacer pronósticos perfectos, pero seguimos intentando reducir la brecha entre la imposibilidad y la perfección", añade.

The Met Office también está buscando nuevas formas de medir las condiciones climáticas actuales. La última versión de su simulación, lanzada en marzo, utiliza datos de los sistemas de radar de los aviones, que pueden proporcionar información sobre la temperatura y la humedad del aire que atraviesan. "Eso ha mejorado bastante la calidad del pronóstico", afirma Mylne.

No obstante, usar el radar y las señales inalámbricas no es fácil. Mylne explica que esos datos no se pueden introducir directamente en la simulación; hay que traducir la observación a las correspondientes condiciones climáticas más probables. "Existe información sobre el tiempo en esas señales, pero está bastante escondida. El  modo de usar exactamente esos datos resulta muy desafiante", añade.

Cree la idea de ClimaCell parece buena, en principio. Pero le gustaría ver varias comparaciones rigurosas con otros meteorólogos en diferentes lugares y durante varios meses para convencerse de que la técnica es tan precisa como afirma ClimaCell.

Al investigador de la Universidad de Oxford (Reino Unido) Tim Palmer también le gustaría ver más comparaciones. El experto detalla: "Es difícil confirmar si están haciendo algo útil o no. Todos los servicios meteorológicos buscan nuevos datos, y es bastante difícil valorarlo. Ya existe una enorme cantidad de información". Por su parte, un portavoz de la NOAA expresó que la organización aprecia las nuevas técnicas del sector privado, pero se negó a comentar sobre los detalles específicos del enfoque de ClimaCell.

La empresa tiene a su favor el hecho de que el jefe de su equipo de investigación, Luke Peffers, tiene mucha experiencia en medición de las condiciones climáticas. Antes de unirse a la compañía, trabajó para el Gobierno de EE. UU. realizando análisis forenses de la atmósfera para verificar si se estaban violando las prohibiciones de los ensayos nucleares. Lo hizo buscando señales de radiación en el tiempo.

ClimaCell destaca que también ha realizado simulaciones retrospectivas para períodos de uno a 10 años que se comparan favorablemente con las observaciones realizadas por otros. Y afirma que probó su modelo en Israel durante tres meses con fuertes inundaciones. Peffers destaca: "En comparación con los pluviómetros del Servicio Meteorológico de Israel, nuestro trabajo fue excelente".

Además de ofrecer actualizaciones meteorológicas específicas para empresas, ClimaCell muestra su interés en colaborar con los analistas nacionales. También quiere seguir aprovechando nuevas fuentes de datos. Con cada vez más dispositivos conectados a internet, el número de señales inalámbricas está aumentando. Por eso a la compañía le gusta decir que "cualquier cosa puede convertirse en un sensor meteorológico".

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