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Fuerzas Aéreas de Estados Unidos

Tecnología y Sociedad

La importancia de usar la IA en el ejército sin aplicarla a las armas

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Las Fuerzas Armadas de EE. UU. lanzarán junto al MIT una incubadora de inteligencia artificial para desarrollar tecnologías que sirvan al "bien público" y que optimicen el día a día del organismo. Para evitar polémicas, ambas entidades afirman que no trabajarán en aplicaciones armamentísticas

  • por Will Knight | traducido por Ana Milutinovic
  • 27 Mayo, 2019

Las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos (USAAF, por sus siglas en inglés) son una de las unidades de combate más avanzadas del mundo. Sin embargo, en la era de la inteligencia artificial (IA), este brazo del ejército teme perder su posición líder.

Para abordar este asunto, la USAAF ha anunciado que colaborará con el MIT (EE. UU.) en proyectos de desarrollo y aplicaciones de inteligencia artificial. La Incubadora de Inteligencia Artificial de la Fuerza Aérea se centrará en los usos de la IA "para el bien común", es decir, en las aplicaciones relevantes para el trabajo humanitario y no directamente relacionadas con el desarrollo de armas. Este matiz puede ser clave para evitar una reacción violenta de los estudiantes y la sociedad, aunque tampoco se puede garantizar que no vaya a pasar.

En una entrevista con MIT Technology Review, la secretaria de la USAAF Heather Wilson afirmó que la inteligencia artificial sería un componente clave de su Estrategia de Ciencia y Tecnología. Ese plan estratégico, publicado en abril, destaca la necesidad de utilizar las tecnologías emergentes de manera más rápida y eficaz.

Las Fuerzas Aéreas ya financian una gran cantidad de proyectos de investigación y desarrollo; tiene contratos o convenios con más de 10.000 entidades diferentes. El organismo invierte unos 2.240 millones de euros anuales en investigación básica y de etapa inicial y otros 22.400 millones de euros en I+D de tecnologías aplicadas. Para su nueva relación con el MIT, la USAAF aportará 13,4 millones de euros anuales para investigación. Once miembros del organismo trabajarán junto con los profesores y estudiantes del MIT en un amplio abanico de proyectos. El Departamento de Defensa de Estados Unidos ya tiene un centro de investigación del MIT, el Laboratorio Lincoln.

Aún no está claro cómo se desarrollará esta colaboración, especialmente porque los intentos previos del ejército de colaborar con la industria tecnológica han resultado problemáticos. En particular, un proyecto Maven, en el que participaba el equipo de IA en la Nube de Google, provocó una reacción violenta entre los empleados de la compañía. La iniciativa aspiraba a trabajar en el uso de la plataforma Cloud para identificar objetos en imágenes aéreas. Pero fueron muchos los que se preocuparon porque este proyecto de IA acabara relacionado con las  armas. Como resultado, Google optó por no renovar su contrato y publicó un nuevo código de ética de IA, que le impide trabajar en tecnologías que puedan usarse como armas.

La directora del Laboratorio de Ciencias Informáticas e Inteligencia Artificial del MIT, donde estará la incubadora, Daniela Rus, explica que los problemas que abordarán son de gran interés para los investigadores. La responsable detalla: "Son problemas extraordinariamente importantes. Si sucede una catástrofe, no podremos anticipar el buen funcionamiento de los mapas, no podremos garantizar que las cosas estén donde se supone que deben estar. Todas estas aplicaciones representan una gran incertidumbre y complejidad".

La vicepresidenta de Investigación del MIT, Maria Zuber, afirma que la colaboración solo involucrará a aquellos que han mostrado interés en ayudar a la Fuerza Aérea con sus objetivos. "Nadie se verá obligado a colaborar", sostiene. Y quiere tranquilizar a cualquiera que esté preocupado por que la colaboración pueda llevar al desarrollo de tecnología de armas. "El MIT no hace investigación de armas", resalta.

La incubadora refleja el increíble potencial para revolucionar el ejército de los algoritmos y técnicas que se están desarrollando en los laboratorios de investigación académica e industrial. El aprendizaje automático podría optimizar muchas cosas cotidianas, desde las nóminas hasta la logística. También será vital para el aspecto crítico de las misiones: recopilar información y extraer datos útiles. Este potencial va mucho más allá que el de las armas autónomas, un tema que recurrente cuando en las aplicaciones militares de la IA.

Esta iniciativa es parte de un esfuerzo por mejorar las capacidades en inteligencia artificial de las Fuerzas Aéreas. En febrero, el Pentágono publicó un documento no clasificado (PDF en inglés) en el que describe su plan para dedicarse a la inteligencia artificial. Este documento muestra claramente que la tecnología es crucial para el liderazgo militar. La incorporación de la IA en los ejércitos de otros países, especialmente en Rusia y China, también es un factor importante, opina Wilson.

La clave de la estrategia general es el Centro Conjunto de Inteligencia Artificial (JAIC, por sus siglas en inglés), que servirá como fuente de experiencia en la inteligencia artificial en todo el Departamento de Defensa. El coronel que encabeza la misión humanitaria en el JACI, Jason Brown, afirma que la nueva incubadora del MIT es parte de un esfuerzo de replantear por completo el funcionamiento de las Fuerzas Aéreas. El responsable concluye: "Lo único que sabemos es que debemos transformarnos totalmente a través de la IA. Tenemos mucho que aprender".

Tecnología y Sociedad

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