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La senadora de Massachusetts (EE. UU.) Elizabeth Warren, presentó su propio "Plan de Fabricación Verde" | AP

Cambio Climático

La lucha contra el cambio climático, la nueva gran arma electoral

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Varios candidatos demócratas a la presidencia de EE. UU. están presentando agresivos planes para reducir las emisiones y estimular las renovables del país. La situación choca con las campañas de las elecciones de 2016, en las que el calentamiento global fue el gran olvidado en los programas

  • por James Temple | traducido por Ana Milutinovic
  • 25 Junio, 2019

Hace unas semanas, Reuters informó de  que el equipo del candidato demócrata a la presidencia de EE. UU., Joe Biden, estaba elaborando una propuesta sobre el cambio climático de "término medio". Su propuesta, más o menos, podría devolver al país al plan previo a la era Trump para reducir las emisiones. Pero el plan que finalmente presentó va mucho más allá de las políticas climáticas de la era de Obama-Biden. Su objetivo consistirá en eliminar completamente las emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas décadas.

Este giro, resultado de la reacción incendiaria de la sociedad sobre el globo sonda de "término medio" de Biden, es la última señal de lo alta que está la barrera climática para cualquiera que desee lograr la candidatura demócrata. Se trata de un cambio radical frente a la última campaña presidencial, en la que el cambio climático apenas apareció en los debates. Las recientes encuestas revelan que este asunto se ha convertido en un tema "muy importante" entre los votantes de tendencia demócrata, y se está aumentando significativamente desde el año electoral 2016.

"El cambio climático no es responsabilidad de otros. No es algo para el futuro. Nos afecta aquí y ahora".

Los expertos creen que hay una serie de factores que podrían estar impulsando las crecientes preocupaciones, incluidas las reacciones a las políticas de la administración de Trump, el éxito de las protestas climáticas impulsadas por los estudiantes, la atención en torno a la propuesta del Nuevo Pacto Verde (Green New Deal), el creciente reconocimiento de cómo afectó el cambio climático a algunos sucesos del año pasado como los incendios y las olas de calor, y las recientes conclusiones del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) de que el mundo podría exceder 1,5  ℃ de calentamiento para 2030.

El cambio climático resulta cada vez más directa e inminente, y menos abstracta y lejana, destaca la profesora asistente de ciencias políticas de la Universidad de California en Santa Bárbara (EE. UU.)  Leah Stokes, especialista en las políticas ambientales y energéticas. La experta señala: "El cambio climático no es responsabilidad de otros. No es algo para el futuro. Nos afecta aquí y ahora".

El plan de Biden

El plan de cinco puntos del exvicepresidente de EE. UU. y actual líder demócrata fija el ambicioso objetivo de alcanzar una "economía de energía limpia al 100 % y cero emisiones netas para 2050", y abarca una amplia cartera de tecnologías para lograrlo. Incluye herramientas emergentes y un tanto controvertidas, como pequeños reactores nucleares modulares, sistemas para capturar las emisiones de carbono de las centrales eléctricas y del aire, y el uso de hidrógeno para almacenar el exceso de electricidad de la energía solar y eólica.

El plan de Biden dedicaría cerca de 1,5 billones de euros para energía limpia, justicia ambiental e infraestructura, entre los que se incluyen más de 350.000 millones de euros para investigación y desarrollo. Los fondos provendrían de la anulación de los recortes de impuestos del Gobierno de Trump, la supresión de los subsidios a los combustibles fósiles y el cierre otras lagunas fiscales, según la campaña.

Para Stokes y otros, el repentinamente fortalecido plan de Biden parece más una reacción a las críticas que un nuevo compromiso climático sincero. La propuesta combina (o, peor) los mejores puntos de los planes de otros candidatos demócratas y de algunas fuentes adicionales.

El "Plan de Fabricación Verde" de Warren

Para no quedarse atrás, la senadora de Massachusetts (EE. UU.) Elizabeth Warren, que ocupa el cuarto puesto en las últimas encuestas, recientemente presentó su propio "Plan de Fabricación Verde". La iniciativa invertiría 1,7 billones de euros durante la próxima década a la "investigación, fabricación y exportación ecológicas", y también destinaría más de 350.000 millones de euros para I+D de energía limpia, en lo que ella describe como un "Programa Apolo Verde".

Su principal prioridad consiste en convertir a EE. UU. en un importante fabricante y exportador de tecnologías de energía limpia. Este objetivo crearía empleos en el país y ayudaría a reducir las emisiones a nivel mundial. Además, sería un esfuerzo claro para luchar contra el ascenso de China como líder mundial en la fabricación de tecnologías verdes como paneles solares, baterías de iones de litio y vehículos eléctricos, afirma el director del Centro de Política de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad George Mason (EE. UU.), David Hart.

Algunos se mostraron escépticos ante la facilidad con la que estos planes asumen que se logrará una reorganización global del panorama energético. "El enfoque en las tecnologías de fabricación estadounidense resulta ambicioso, dada a la mala trayectoria de Estados Unidos en la fabricación de tecnología limpia. Pero no tiene en cuenta el hecho de que estos productos se producen en cadenas de suministro realmente globales", tuiteó el profesor asistente de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados Johns Hopkins Jonas Nahm, especializado en la transición energética en China.

Warren ya había copatrocinado el proyecto del Nuevo Pacto Verde, que también establece el objetivo de lograr "cero emisiones netas " para 2050, y el mes pasado anunció planes para reducir las emisiones militares de EE. UU.

Este anuncio pedía "una adopción generalizada a nivel nacional e internacional de tecnologías de energía limpia, renovable y libre de emisiones". Al igual que el Green New Deal, el texto no da detalles sobre las tecnologías de captura de carbono y ni la energía nuclear. Pero parece no promocionarlos tan específicamente como lo hace el plan de Biden.

Más financiación en menos tiempo

Otros candidatos demócratas ya han apoyado el Nuevo Pacto Verde o han anunciado sus propias propuestas de políticas climáticas. Entre ellas destacan las siguientes:

  • El plan climático del exrepresentante de Texas (EE. UU.), Beto O'Rourke, propone cero emisiones netas para 2050, y cerca de un billón de euros en inversiones federales durante la próxima década, incluidos unos 221.000 millones de euros para investigación y desarrollo. La propuesta destaca por su énfasis en la resiliencia climática, centrando la atención y la financiación en la preparación de las comunidades frente a incendios, inundaciones, sequías y huracanes cada vez más frecuentes o graves.

  • El gobernador de Washington (EE. UU.), Jay Inslee, candidato de largo alcance, presentó uno de los planes más detallados con uno de los calendarios más agresivos. Su propuesta eleva la meta de cero emisiones netas de carbono hasta 2045, al tiempo que exige que toda la electricidad, los coches nuevos, camiones ligeros y autobuses, y los nuevos edificios comerciales y residenciales sean neutros en carbono o libres de emisiones para el 2030. Para lograrlo, destinaría unos 2,65 billones de euros federales en los próximos 10 años.

  • El senador de Vermont (EE. UU.) Bernie Sanders, en segundo lugar después de Biden, está pidiendo la aprobación del Green New Deal, así como la prohibición de la fractura hidráulica para extraer gas natural y de cualquier nueva infraestructura de combustibles fósiles. También aboga por el fin de las exportaciones de carbón, gas natural y petróleo crudo. Ha sido uno de los candidatos más abiertos al rechazar la energía nuclear, y pidió una moratoria en la renovación de licencias para las plantas nucleares existentes.

La gran cuestión, por supuesto, no es qué candidato ganará a los demás con sus peticiones de inversiones más profundas o plazos más cortos. Sino es si estos compromisos climáticos se mantendrán en las elecciones generales y si se convertirán en leyes vinculantes y efectivas en la próxima administración.

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