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Tecnología y Sociedad

¿Puede triunfar el Silicon Valley del Kremlin?

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Rusia posee una gran cantidad de talento en el campo de la ingeniería, pero tiene que poner en práctica muchos más recursos.

  • por David Talbot | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 08 Abril, 2010

Rusia está finalizando sus planes para lanzar un "centro de innovación" parecido a Silicon Valley, localizado cerca de Moscú. El Kremlin ha elegido una serie de tierras de cultivo cerca de una escuela de negocios privada, ha reservado fondos, y esta semana nombró a un premio Nobel, el físico Zhores Alferov, como asesor científico del proyecto. Ahora viene la parte difícil: hacer que todo esto funcione.

Para ello, hay que decidir qué tipo de funcionamiento y modelo de financiación debe seguirse, y hay que asegurarse de que las estructuras jurídicas y económicas de Rusia apoyarán a los empresarios emprendedores. "Ciertamente en Rusia no hay escasez de técnicos de mentes brillantes, con grandes ideas tecnológicas, y eso es un punto fuerte", afirma Josh Lerner, profesor de banca de inversión en la Escuela de Negocios de Harvard. "No obstante, la mayor cuestión será:'¿Cuáles son las barreras para lograr ser un emprendedor y cómo podemos saltarlas?' El entorno de emprendedores empresariales representa, en cierta medida, un desafío."

En particular, Rusia tendrá que probar que los inventores pueden asegurar su propiedad intelectual y protegerla en los tribunales, y que los inversores no se enfrentarán a grandes impuestos u otras restricciones a la hora de financiar nuevas empresas. "Creo que todas esas áreas representan dificultades para ellos", añade Lerner. "Creo que la litigación de la propiedad intelectual será todo un reto."

El proyecto fue anunciado en febrero por el presidente ruso, Dmitry Medvedev, y será financiado en parte por una subvención de modernización del gobierno de 340 millones de dólares. Las instalaciones se construirán a partir de cero en el pueblo de Skokolo, al oeste de Moscú, flanqueando una escuela de negocios de propiedad privada.

Ayer, Vladislav Surkov, ayudante de Medvedev encargado de encabezar un grupo de trabajo sobre el proyecto, dirigió una reunión en Moscú con la participación de 200 científicos para debatir la mejor forma de lograr dos objetivos. El primero es crear un laboratorio y un espacio corporativo subsidiados por el gobierno para la incubación de startups basadas en las innovaciones derivadas de las empresas rusas y multinacionales ya existentes. El segundo es crear una universidad de investigación donde los doctores puedan contar con un salario, instalaciones de laboratorio, y acceso a superordenadores para desarrollar tecnologías que luego pudieran ser vendidas a empresas existentes, o lanzadas por nuevas startups.

El objetivo general es la comercialización de las tecnologías emergentes en materia de energía, biomedicina, tecnologías de la información, telecomunicaciones e ingeniería nuclear—y la diversificación de la economía de Rusia, alejándola de su dependencia del petróleo y el gas natural. "Las nuevas tecnologías que vayamos a crear no son meros juguetes para intelectuales, son algo completamente distinto", señaló Medvedev en el Moscow Times a finales de marzo. "Ayudarán a reducir costes, aumentar los ingresos de las empresas, mejorar las condiciones laborales y el medio ambiente."

Como muestra de su carácter preliminar, el proyecto no tiene ni siquiera página web. No obstante Iván Zassoursky, profesor de nuevos medios de comunicación en la Universidad Estatal de Moscú, ha creado un grupo en Facebook y está ayudando a poner en marcha una competición en el Centro Ruso de Tecnologías de Internet, una organización de empresas de tecnología de la información, con el objetivo de conseguir un nombre y un diseño de las instalaciones. Afirma que la vaguedad del proyecto es "algo en cierto modo saludable", y añade: "El Kremlin está tratando de hacerlo bien. No están tratando de elegir y alinear personas y decirles qué tienen que hacer. Esta es un área en la que no creo que sean expertos, y se están saliendo de su camino habitual para poder llegar a la comunidad científica."

En el área de tecnología de la información, Rusia ya es el hogar de varias compañías exitosas, incluyendo a Kaspersky Lab, un fabricante de software antivirus; el motor de búsqueda Yandex; y las redes sociales Vkontakte.Ru y Odnoklassniki.Ru. Eugene Kaspersky, fundador y director general de Kaspersky Lab, que además asesora a Medvedev en cuestiones relacionadas con el centro de innovación y sobre cuestiones de seguridad cibernética, afirma que Moscú tiene sus ventajas, incluyendo el hecho de que las principales instituciones educativas y los ministerios del gobierno están muy cerca. Por otra parte, admite, el clima puede ser bastante malo, y los costes de vida y de oficina son muy altos.

No obstante, otros países han vencido en el pasado los obstáculos a la hora de crear centros de innovación. "Si nos diéramos una vuelta por 1991, veríamos mucho escepticismo acerca de si Israel pudiera establecerse como un centro de Capital Riesgo, por muchas razones", afirma Lerner. "Los escépticos estaban equivocados. Así que no podemos ser demasiado despectivos". En cuanto a los inviernos notablemente largos y brutales de Rusia, añade: "También hace frío en Boston."

Los países que hoy día pudieran parecer obvios para la instalación de centros de incubación de empresas de alta tecnología se han enfrentado a grandes desafíos. No es suficiente con tener una economía moderna, una gran infraestructura, y una profunda reserva de talento en cuanto a ciencia y tecnología. "Si ese fuera el caso, veríamos a Japón como el centro del capital de riesgo", afirma Lerner. Sin embargo, Japón presenta numerosas barreras, desde una política fiscal que inhibe a los inversores hasta una cultura corporativa que ve mal que los individuos decidan dejar las grandes empresas para perseguir nuevas ideas, señala.

El proyecto del Kremlin tiene sus críticos. "La verdadera atracción de la Ciudad de la Innovación del Kremlin no está en lo que vaya a lograr en cuanto a innovación, sino en cómo va a llenar los bolsillos de los funcionarios corruptos de Rusia", escribió un político de la oposición, Vladimir Ryzhkov, en una reciente columna de opinión del Moscow Times. "Los avariciosos burócratas ya están salivando a la espera de los cientos de permisos de construcción que serán necesarios para desarrollar un Silicon Valley desde cero."

No obstante, hay que hacer algo. Rusia perdió a muchos científicos e ingenieros durante la década de los 90. La economía de Rusia depende en gran medida de las exportaciones de gas natural y otros recursos, y se redujo en un 7,9 por ciento el año pasado al reducirse la demanda.

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