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Biotecnología

Acero, plástico y frío: las condiciones perfectas para el coronavirus

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Una investigación revela que el virus puede sobrevivir en ellos durante más de tres días, y hasta uno en el cartón. Todos estos materiales están muy presentes en hogares y hospitales, por lo que, aunque aún no se sabe cómo es posible que se propague tan rápido, se recomienda limpiar frecuentemente

  • por Antonio Regalado | traducido por Ana Milutinovic
  • 16 Marzo, 2020

Además de altamente contagioso, el coronavirus (SARS-CoV-2) puede sobrevivir en una caja de cartón durante al menos un día y aún más si se encuentra sobre  acero y plástico.

Una de las grandes preguntas en torno a la ya oficialmente pandemia del COVID-19, que ya ha infectado a más de 120.000, es cómo el virus puede moverse con tanta facilidad entre las personas. Aunque muchos virus y bacterias pueden sobrevivir en objetos ordinarios, descubrir cómo funciona este nuevo enemigo podría ayudar a detener la epidemia.

Para encontrar una respuesta, los investigadores de EE. UU. intentaron esparcir el virus en siete materiales que se suelen encontrar en hogares y hospitales, para ver cuánto tiempo permanece como agente infeccioso. 

El plástico fue el material en el que el coronavirus sobrevivió durante más tiempo, seguido del acero inoxidable, donde persistió durante tres días, según el investigador del laboratorio de virología de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU. en Hamilton, Vincent Munster y su equipo, que acaban de describir su experimento en un nuevo artículo. Eso sugiere que el material hospitalario es un potencial portador de la infección, al igual que las barras de sujeción en el metro.

Sin embargo, de momento no hay pruebas definitivas de que el virus se haya propagado realmente a través de objetos. "Todavía no sabemos si es posible contagiarse del COVID-19 desde superficies contaminadas u objetos. Esa es la conclusión", afirma la microbióloga de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington (EE. UU.) Marilyn Roberts.  

Los médicos saben que el virus está muy presente en el tracto respiratorio superior de los pacientes, por lo que es probable que se propague cuando tosen o estornudan, rociando pequeñas gotas y aerosoles en el aire y en las superficies. "La estabilidad del virus en el aire y en las superficies podría influir directamente en su transmisión, ya que las partículas deben permanecer suficientemente activas después de ser expulsadas de una persona para entrar en otra", escriben Munster y su equipo.

También aseguran que la propagación por el aire probablemente explica los casos de los "superpropagadores", como parece que ocurrió en Boston (EE. UU.), donde se cree que más de 70 personas se contagiaron en una conferencia realizada por la compañía de biotecnología Biogen.

Los científicos analizaron cuánto tiempo vivió el virus en diferentes materiales, y también cuánto persistía en una cámara de aire. Después de esperar algunas horas y días, limpiaron las superficies y comprobaron si aún podían infectar células en una placa de Petri.

Los materiales que más le gustaban al virus eran el acero inoxidable y el plástico, donde los gérmenes infecciosos aún se podían encontrar después de tres días e incluso bastante más. Donde menos tiempo sobrevivió fue en el cobre, famoso por sus propiedades bactericidas. Sobre este metal, el virus desapareció después de solo cuatro horas. En la cámara de aire, los gérmenes permanecieron durante aproximadamente tres horas.

Se necesitarán estudios epidemiológicos detallados para descubrir cómo se propaga el virus exactamente, pero estos nuevos hallazgos indican que, como mínimo, puede permanecer en cajas de cartón como las de los paquetes de Amazon y en los plásticos de los teléfonos móviles.

Con algunos virus, como el de la gripe, basta con tocar una superficie uno segundos para adherirse a millones de partículas virales. Otros estudios muestran que las personas se tocan la cara más de 20 veces cada hora. Las bajas temperaturas y la poca humedad permiten a los virus vivir aún más tiempo.

Las autoridades sanitarias recomiendan lavarse las manos con frecuencia y usar limpiadores a base de alcohol para desinfectar las superficies. Se sabe que los coronavirus son bastante fáciles de matar; el alcohol y el peróxido de hidrógeno diluido son las armas más efectivas.

En un informe de febrero de lo que ya se sabía sobre este tipo de virus, investigadores alemanes aseguraron que en un minuto de limpieza de una superficie, un millón de partículas virales se podían reducir a solo 100, lo que disminuye bastante el riesgo de infección por esta vía. 

Los investigadores de los NIH compararon el nuevo virus con el SARS y descubrieron que ambos permanecen durante períodos de tiempo similares. El SARS causó un brote en 2003, pero no se transmitía tan fácilmente, lo que significa que hay otros factores involucrados en la rápida propagación del COVID-19.

Aunque estos factores todavía no se entienden por completo, los investigadores de los NIH especulan que las personas podrían ser contagiosas incluso cuando no tienen síntomas o que se necesita una cantidad menor de virus para que una persona se infecte, una medida conocida como la "dosis infecciosa". Ahora, los investigadores explican que están analizando cuánto tiempo dura el virus en los mocos, saliva y en la materia fecal, y bajo qué temperaturas y niveles de humedad.

*Este artículo incluye información de Mike Orcutt

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