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Ms Tech | Anna Shvets/Pexels

Tecnología y Sociedad

El doble golpe del coronavirus a los sordos: sin intérpretes ni subtítulos

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El distanciamiento social impide a las personas con discapacidad auditiva contar con servicios de interpretación, las mascarillas no les permiten leer los labios y la ausencia de subtítulos en videollamadas, pódcast y ruedas de prensa les impiden acceder a información y a mantener sus círculos sociales

  • por Tanya Basu | traducido por Ana Milutinovic
  • 03 Junio, 2020

Aproximadamente un mes después del inicio del confinamiento en su región, la actriz sorda de 11 años de Texas (EE. UU.) Shaylee Mansfield publicó un vídeo en Twitter en el que decía: "No puedo entender a mis personas favoritas en Instagram. ¿Por qué? ¡No hay subtítulos!"

Aunque el vídeo de Shaylee recibió miles de me gusta y retuits, de momento, Instagram no ha respondido oficialmente a su petición. "No es justo que Shaylee, la hermana sorda, e Ivy, su hermana oyente, no puedan ver algo juntas de la misma manera", destaca su madre, Sheena McFeely (que también es sorda, al igual que su padre, Manny Johnson). Asegura que la nueva dependencia que la pandemia de coronavirus (COVID-19) ha generado sobre las videollamadas ha dificultado mucho más el desarrollo de la vida social y laboral para las personas sordas y con otros problemas de audición.

"Ahora el problema es aún mayor que antes del coronavirus. Lo que ha provocado el coronavirus es el colmo", afirma McFeely.  Así que el mundo tecnológico se está esforzando por ser cada vez más accesible. El 21 de mayo, Google anunció que su función de videollamadas, Google Meet, incluiría las posibilidades de incrustar subtítulos en directo mediante la transcripción de una conversación en segundos. Un portavoz de Zoom afirmó que "la funcionalidad adicional en esta área" era una prioridad de este verano y destacó sus características de accesibilidad actuales, incluidos los subtítulos

Las aplicaciones destinadas a la comunidad con discapacidad auditiva también están introduciendo varios cambios. Uno de ellos es Ava, creado por Thibault Duchemin, quien creció con padres sordos y a menudo realizaba les asistía en tareas de comunicación. Antes de la pandemia, Ava ha sido una de las aplicaciones mejor calificadas para la transcripción de conversaciones en directo, llamadas telefónicas y videollamadas. Incluye una función que permite personalizar el texto en las reuniones en tiempo real para mejorar la inteligencia artificial (IA).

En las próximas semanas, Ava incorporará un recuadro donde subtitulará automáticamente las conversaciones durante cualquier videochat, ya sea en Microsoft Teams, Google Meet o en cualquier otro sitio. Duchemin explica: "Teníamos previsto lanzarla [la actualización de subtítulos en directo] en septiembre". Pero la crisis les obligó a tenerla lista en tres semanas. 

Estas actualizaciones están dirigidas principalmente a los usuarios sordos o con otros problemas de audición, pero hay más gente que puede beneficiarse de ellas. Duchemin asegura que recibió reacciones positivas sobre los subtítulos en directo de personas oyentes: estudiantes que no pueden ir a clase y utilizan las transcripciones para recuperarlas, por ejemplo, y personas que tienen malas conexiones de vídeo. 

Pero los subtítulos no resuelven todos los problemas.  El CEO de la Asociación Nacional de Sordos de EE. UU., Howard Rosenblum, recuerda que su organización insiste en que todas las transmisiones de emergencia de su país incluyan intérpretes del lengua de signos (ILS) y transcripciones de audio, como sucede en España. No obstante, sus esfuerzos han sido en vano: las sesiones informativas diarias del presidente Trump siguen sin ILS.

Esta necesidad se extiende también a la salud pública y las emergencias. "La información que se encuentra en varias páginas web del Gobierno no es accesible para todas esas personas sordas y las que tienen problemas de audición, especialmente para aquellas que usan signos como su idioma principal, que es una lengua distinta del inglés", explica Rosenblum.

Este problema es aún más grave en los hospitales, donde las medidas del distanciamiento social no permiten que haya intérpretes y las mascarillas impiden leer los labios. Esto dificulta a los pacientes y les aterroriza, ya que podría ponerles en peligro si no consiguen entender lo que se les dice. Estos problemas han llevado a la Asociación Nacional de Sordos de EE. UU. a crear una guía de comunicación hospitalaria que incluye consejos como llevar bolígrafos y papel, junto con cargadores para tablets, para ayudar a las personas a comunicarse sin intérpretes.

Una solución simple reside en las mascarillas transparentes. En EE. UU., Safe 'n' Clear produce mascarillas médicas con una parte de plástico transparente sobre la boca para que los pacientes puedan ver los labios del personal médico que los atiende. Otra empresa, ClearMask, se fundó en 2017 después de que su cofundadora Allysa Dittmar, que es sorda, fue sometida a cirugía sin la presencia de un intérprete. En una entrevista con la revista Johns Hopkins Magazine en 2018 afirmó: "Fue horrible. No me sentía como un ser humano".

La demanda ha aumentado durante la pandemia del coronavirus, destaca Ditmar. A partir del 16 de mayo, los pedidos se multiplicaron 566 veces en comparación con el mismo período del año pasado, y la compañía entregaba 10.000 mascarillas tanto para hospitales como para las comunidades necesitadas. Safe 'n' Clear ha estado vendiendo su producto constantemente: sus existencias actuales, que se enviarán en junio, se agotaron en unas pocas horas, y la compañía afirma que no puede cumplir con los pedidos de julio. Además, han surgido esfuerzos de aficionados para llenar esos vacíos. La estudiante sorda de la Universidad Eastern Kentucky (EE. UU.), Ashley Lawrence, recaudó casi 3.000 euros para coser mascarillas transparentes a través de una campaña de GoFundMe. Similares esfuerzos voluntarios se están organizando en todo el mundo. También hay vídeos de YouTube enseñan a fabricar mascarillas transparentes desde cero.

Las mascarillas tipo hazlo-tú-mismo (DIY – do it yourself en inglés) no son perfectas. A menudo no tienen la calidad necesaria para que las personas sordas puedan leer los labios. Pueden carecer de filtros, algo difícil de incluir en la cinta transparente alrededor de la boca. Los laterales de la mascarilla a veces se mueven cuando la persona habla, y el método de talla única no tiene en cuenta las caras de diferentes tamaños. Hasta en las preguntas frecuentes de ClearMask reconocen ese hecho. Destacan que "pueden ser necesarias otras ayudas, como intérpretes de lengua de signos o subtítulos, para garantizar un acceso completo e inclusivo".

Pero, igual que llevar las mascarillas normales es mejor que no llevar nada, lo mismo se aplica a las mascarillas transparentes. Su también podría beneficiar a las personas oyentes, a las no neurotípicas y a los niños hospitalizados que agradecerían una sonrisa tranquilizadora, así como a los intérpretes de lengua de signos que necesitan que sus movimientos labiales sean visibles para comunicarse eficazmente. Dittmar subraya: "Todos dependemos de las claves visuales críticas para comunicarnos correctamente".

En su opinión, los subtítulos, la transcripción en directo y las mascarillas transparentes son solo el primer paso para resolver ese problema de comunicación: "Todo va en la dirección adecuada, y la gente pensará que así se 'resuelve el problema de los sordos', pero no".

McFeely está de acuerdo. Ella menciona que Shaylee, su hija sorda, necesita a un intérprete en las fiestas de cumpleaños y está frustrada por no poder comunicarse con otros niños. Sobre todo, en estos últimos días, la falta de subtítulos y mascarillas transparentes impide que Shaylee acceda a lo que se ha convertido en una vida "normal" para los niños oyentes, desde las fiestas de cumpleaños hasta los vídeos y los pódcast.

"La información es una herramienta muy poderosa. Alimenta el conocimiento. Inicia la conversación. Conecta a las personas. Sin ella, ¿cómo se aprende y progresa?", concluye McFeely.

Tecnología y Sociedad

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