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Inteligencia Artificial

El peligro de que solo Microsoft pueda acceder a GPT-3

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Aunque OpenAI se fundó sin ánimo de lucro y bajo la premisa de desarrollar IA enfocada al bien de la humanidad, ha concedido acceso exclusivo a su herramienta de generación de lenguaje. La medida no hace más que concentrar el poder de la inteligencia artificial en manos de los gigantes tecnológicos

  • por Karen Hao | traducido por Ana Milutinovic
  • 28 Septiembre, 2020

La noticia: La semana pasada, Microsoft anunció que empezaría a tener derecho exclusivo para usar GPT-3, el modelo de lenguaje más grande del mundo, construido por OpenAI. El sistema opera como una poderosa función de autocompletar: puede generar ensayos con una frase inicial, canciones con una introducción musical o incluso diseños de páginas web con unas pocas líneas de código HTML. Microsoft afirma que comenzará a hacer uso de estas capacidades en sus productos y servicios, aunque no especificó más detalles.

¿Qué implica esa exclusividad? Las dos empresas aseguran que OpenAI seguirá ofreciendo su API de cara al público, que permite a ciertos usuarios autorizados enviar texto a GPT-3 u otros modelos de OpenAI y luego recibir un resultado. Sin embargo, solo Microsoft tendrá acceso al código base de GPT-3, lo que le permitirá incrustar, reutilizar y modificar el modelo a su gusto.

Se veía venir: OpenAI se fundó originalmente como una organización sin ánimo de lucro y recaudó sus primeros casi 1.000 millones de euros bajo la premisa de que se dedicaría a la inteligencia artificial (IA) en beneficio de la humanidad. Afirmó que sería independiente de los incentivos financieros lucrativos y, por lo tanto, mantendría una posición ejemplar para orientar la tecnología hacia el mejor interés de la sociedad.

Pero a principios de 2019, generó controversia cuando decidió no lanzar el predecesor de GPT-3, GPT-2, y poco después rompió su estado puro sin ánimo de lucro para crear una sección lucrativa. En ese momento, muchos especularon que parte del motivo de la organización para retener GPT-2 podría ser preservar la posibilidad de patentar el modelo en el futuro. En julio de 2019, OpenAI aceptó su segunda inversión de otros casi 1.000 millones de euros de Microsoft (dividida entre efectivo y créditos a Azure, la plataforma de computación en la nube de Microsoft).

De hecho, en los meses posteriores a la inversión de Microsoft, los mensajes del CEO de OpenAI, Sam Altman, comenzaron a enfatizar la necesidad de comercializar sus tecnologías para seguir apoyando su trabajo. Las últimas noticias ahora confirman la transformación de OpenAI. Es probable que GPT-3 no sea el único modelo al que Microsoft tendrá acceso en exclusiva; es solo el primero.

Por qué es importante: en los últimos años, ha habido una creciente preocupación por la forma en la que la IA concentra el poder. Las técnicas de IA más avanzadas requieren una enorme cantidad de recursos computacionales, que cada vez más solo las empresas más ricas pueden permitirse. Esto ofrece a los gigantes de la tecnología una influencia enorme no solo en la configuración del campo de investigación, sino también en la creación y el control de los algoritmos que afectan nuestras vidas.

Algunos expertos han propuesto nivelar el campo de juego con el aumento de la financiación pública a los laboratorios universitarios para la investigación de la IA. Pero esto requiere un nivel de previsión y coordinación. OpenAI daba la impresión de poder ofrecer una solución alternativa que no dependería ni del dinero corporativo ni del gubernamental, pero parece que ya no es así.

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