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Biotecnología

Olvide los bebés de diseño: así es cómo CRISPR está cambiando vidas

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La herramienta de edición genética ya se está probando en personas, y el primer tratamiento podría aprobarse este 2023

  • por Antonio Regalado | traducido por Ana Milutinovic
  • 10 Marzo, 2023

Olvídese de He Jiankui, el científico chino que creó bebés editados genéticamente. Cuando piense en edición genética, debería pensar en Victoria Gray, la mujer afroamericana que afirma haberse curado de los síntomas de anemia falciforme.

Esta semana se celebra en Londres (Reino Unido), la Tercera Cumbre Internacional sobre Edición del Genoma Humano. Es el gran evento de la edición genética, donde los investigadores asombran al público con su nueva capacidad para modificar el ADN y los especialistas en ética se preocupan por lo que esto significa.

El evento comenzó este lunes, 6 de marzo, con una retrospectiva a lo que los organizadores llamaron la "mala praxis" de la tecnología en China para crear bebés de diseño en 2018. Sin duda, fue un desastre ético y planteó profundos interrogantes sobre si debemos inmiscuirnos en la evolución.

Sin embargo, el debate sobre los bebés de diseño es una distracción de la verdadera historia de cómo la edición genética está cambiando la vida de las personas, a través de tratamientos en adultos con enfermedades graves.

De hecho, en la actualidad, hay en marcha más de 50 estudios experimentales que utilizan la edición genética en voluntarios, según un recuento de David Liu, especialista en edición genética de la Universidad de Harvard, compartido con MIT Technology Review. Estos estudios en curso tratan desde el cáncer hasta el VIH y enfermedades de la sangre.

La mayoría de estos estudios, unos 40, utilizan CRISPR, una de las herramientas más versátiles en cuanto a edición genética, y desarrollada hace solo 10 años.

Aquí es donde aparece Gray, una de las primeras pacientes tratadas mediante un procedimiento CRISPR en 2019. Cuando se dirigió al público en Londres, su historia afloró lágrimas en toda la sala.

"Hoy estoy aquí ante ustedes como prueba de que los milagros todavía ocurren", Gray contó su experiencia contra la enfermedad, ya que unas células sanguíneas deformes que no transportan suficiente oxígeno pueden causar anemia y un intenso dolor.

No obstante, el caso de Gray también muestra los obstáculos a los que se enfrenta la primera generación de tratamientos CRISPR, a veces denominada CRISPR 1.0. Serán caros, difíciles de aplicar, y podrían ser reemplazados rápidamente por una nueva y mejor generación de fármacos de edición genética.

Vertex Pharmaceuticals, la empresa que desarrolla el tratamiento de Gray, afirma que ha tratado a más de 75 personas en sus estudios sobre células falciformes y la beta-talasemia, una enfermedad relacionada, así la terapia podría aprobarse para su venta en EE UU dentro de un año. Se espera que este sea el primer tratamiento con CRISPR que salga a la venta.

Vertex no ha especificado cuánto podría costar, pero cabe esperar un precio millonario.

Una revelación

Los investigadores aseguran que el avance de esta técnica para su uso medicinal ha sido muy rápido. "Creo que CRISPR ha superado a todas las tecnologías anteriores de terapia genómica", afirma Fyodor Urnov, investigador de la Universidad de California en Berkeley (EE UU).

Para los científicos, CRISPR es una revelación, ya que puede cortar el genoma en lugares específicos. Además, se compone de una proteína de corte, emparejada con una secuencia genética corta que actúa como un GPS, dirigiéndose a un punto predeterminado en los cromosomas de una persona.

Es más, resulta fácil cambiar esa secuencia GPS, según afirma Jennifer Doudna, bioquímica de Berkeley que compartió un Nobel por inventar este método. "CRISPR es una tecnología que permite cambios programados en el ADN", recordó en la cumbre esta semana.

Junto con Vertex, otras empresas biotecnológicas, como Intellia, Beam Therapeutics y Editas Medicine, esperan utilizar esta tecnología para desarrollar tratamientos exitosos. Muchas de ellas están llevando a cabo los ensayos de la mencionada lista de Liu, pero no todos tendrán éxito.

Por ejemplo, en enero, Graphite Bio, la biotecnológica de San Francisco, tuvo que interrumpir sus pruebas de un tratamiento de edición genética para la drepanocitosis, debido al peligroso descenso en el recuento de células sanguíneas de su primer paciente. El problema fue causado por el propio tratamiento. Las acciones de Graphite se desplomaron más de un 90% y, ahora, el futuro de la empresa está en duda.

El truco de estos esfuerzos sigue siendo llevar la herramienta CRISPR al lugar del cuerpo donde debe ir, y eso no es fácil. En el caso de Gray, los médicos extrajeron células de la médula ósea y las editaron en el laboratorio. Pero, antes de reintroducirlas en su organismo, la paciente se sometió a una quimioterapia extenuante para eliminar su médula ósea restante y dejar espacio para las nuevas células.

Victoria Gray en el podio hablando en la Tercera Cumbre Internacional sobre Edición del Genoma Humano en 2023
Victoria Gray describiendo su batalla contra la enfermedad de células falciformes ante una cumbre de expertos en edición de genes. Recibió un tratamiento CRISPR en 2019 que resolvió sus síntomas.

En esencia, el tratamiento Vertex requiere un trasplante de médula ósea. Esto es un sufrimiento en sí, y no todos los pacientes están preparados para ello. Vertex cree que el tratamiento será adecuado para casos "graves", un mercado que, según sus estimaciones, incluye a 32.000 personas entre Europa y EE UU.

Aun así, los pacientes no recibirán los tratamientos si las aseguradoras y los gobiernos se niegan a pagarlos. Esto es un riesgo real. Por ejemplo, una terapia génica diferente para la beta-talasemia, desarrollada por Bluebird Bio, fue retirada del mercado europeo después de que los gobiernos se negaran a pagar 1,8 millones de dólares (unos 1,7 millones de euros). 

CRISPR 2.0

La primera generación de tratamientos CRISPR también está limitada de otra manera. La mayoría utiliza la herramienta para dañar el ADN, es decir, desactivar genes, un proceso que George Church, biólogo de Harvard, describió como "vandalismo del genoma".

Entre los tratamientos que intentan romper los genes, se incluye uno para tratar de eliminar el VIH. Otro es el que recibió Gray. Al romper un fragmento concreto del ADN, su tratamiento desbloquea una segunda versión del gen de la hemoglobina que normalmente solo utilizan los bebés. Dado que la hemoglobina es la proteína errante de la anemia de células falciformes, la activación de otra copia resuelve así el problema.

Fuente: Clinicaltrials.gov • Incluye ensayos en los que se revela el método de edición de genes.

Según el análisis de Liu, dos tercios de los estudios actuales pretenden "alterar" los genes de esta manera.

El laboratorio de Liu trabaja en métodos de edición genética de nueva generación. Estas herramientas también emplean la proteína CRISPR, pero no está diseñada para cortar la cadena de ADN, sino para intercambiar con habilidad las letras genéticas individuales o realizar ediciones más amplias. Estas son conocidas como "editores de bases".

Según Lluís Montoliu, genetista del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) de España, estas nuevas versiones de CRISPR tienen "menor riesgo, y mejor rendimiento", aunque hacerlas llegar "a la célula diana correcta en el cuerpo" sigue siendo difícil.

En su laboratorio, Montoliu está utilizando editores de bases para curar el albinismo en ratones y, en algunos casos, desde el nacimiento. Según Montoliu, es un paso hacia un tratamiento que los bebés recién nacidos podrían recibir, aunque no para cambiar el color de su piel. En su lugar, el experto sueña con poner las moléculas de Liu en sus ojos para corregir los graves problemas de visión que puede causar el albinismo.

Sin embargo, hasta ahora, el proyecto del albinismo no es un trabajo comercial. Eso apunta a uno de los mayores límites del impacto de CRISPR, tanto ahora como en un futuro previsible. Casi todos los ensayos de CRISPR en curso se centran en el cáncer o la anemia falciforme, y varias empresas persiguen estos mismos problemas.

Según Urnov, esto significa que miles de otras enfermedades hereditarias podrían tratarse con CRISPR si no estuvieran siendo ignoradas. "Casi en su totalidad, esto se debe a que la mayoría de ellas son demasiado raras como para ser una oportunidad comercial viable", afirma el investigador. 

No obstante, en la reunión de Londres, Urnov ha presentado sus ideas sobre cómo podrían ensayarse tratamientos, incluso para enfermedades muy raras, como algunas afecciones genéticas tan inusuales que afectan a una sola persona.

No se trata de una oportunidad comercial, pero, debido a cómo puede programarse CRISPR para llegar a cualquier parte del genoma, es científicamente posible. Ahora que la edición genética ha tenido sus primeros éxitos, Urnov resalta que hay una "necesidad urgente" de abrir un "camino a la clínica para todos".

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