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Ética

Los nuevos datos del mercado de Wuhan reabren el debate sobre el origen del Covid-19

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Las muestras recogidas en el año 2020 han puesto de relieve el posible papel de los 'tanukis' o perros-mapache en la extensión del coronavirus desde Wuhan (China) y han provocado un melodrama entre científicos

  • por Jessica Hamzelou | traducido por
  • 31 Marzo, 2023

El coronavirus ha vuelto a ser noticia. Hemos asistido al resurgimiento de un debate que lleva coleando desde el inicio de la pandemia: ¿de dónde procede el virus causante del Covid-19?

En su mayor parte, los científicos han mantenido que el virus saltó de un animal a un humano en el mercado de marisco de Huanan, en Wuhan (China), en algún momento a finales del año 2019. Pero otros afirman que el virus saltó de los humanos a los animales, no al revés. Y muchos siguen afirmando que se filtró de alguna manera desde un laboratorio cercano que estaba estudiando coronavirus en murciélagos.

Los datos recogidos en el año 2020, y ocultos al público desde entonces, podrían reforzar la teoría del animal. Ya que destaca un posible sospechoso: el perro mapache, dependiendo de a quién se pregunte. Los nuevos análisis no han hecho más que reavivar el debate hasta extremos melodramáticos.

El enredo comenzó con un estudio compartido por científicos chinos en febrero de 2022. En un preprint (un artículo científico que aún no ha sido revisado por pares, ni publicado en una revista), George Gao, del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (China CDC, por sus siglas en inglés), junto a sus colegas describen cómo recogieron y analizaron 1.380 muestras del mercado de marisco de Huanan.

Estas muestras fueron recogidas entre enero y marzo del año 2020, justo después del cierre del mercado. En aquel momento, el equipo escribió que solo habían encontrado coronavirus en muestras junto a material genético de personas.

En este mercado, había muchos animales a la venta, ya que vendía algo más que marisco. El paper de Gao recoge una larga lista: pollos, patos, gansos, faisanes, palomas, ciervos, tejones, conejos, ratas del bambú, puercoespines, erizos, cocodrilos, serpientes y salamandras. Y esta lista no es exhaustiva, ya que hay noticias de que se comercia con otros animales, como los tanukis o perros-mapache. Más adelante, volveremos sobre este dato.

Sin embargo, Gao y sus colegas informaron de que no encontraron el coronavirus en ninguna de las 18 especies de animales que examinaron. Por ello, sugirieron que lo más probable es que fueran los humanos quienes llevaron el virus al mercado, que acabó siendo el epicentro del brote.

Avancemos hasta 2023. El 4 de marzo, Florence Débarre, bióloga evolutiva de la Universidad de la Sorbona (París, Francia), descubrió unos datos que se habían subido a GISAID. Esta web permite a los investigadores compartir datos genéticos para ayudarles a estudiar y rastrear los virus que causan enfermedades infecciosas. Los datos parecían haberse cargado en junio de 2022. Estos parecían haber sido recopilados por Gao y sus colegas para su estudio de febrero de 2022, aunque no habían sido incluidos en el artículo.

Cuando Débarre y sus colegas analizaron los datos, hallaron indicios de que algunas de las muestras positivas para el coronavirus recogidas por el equipo de Gao procedían de zonas que albergaban diversos animales, incluidos perros-mapache. Estos hallazgos fueron recogidos en un reportaje de The Atlantic . Desde entonces, Débarre y sus colegas han publicado un informe detallando sus hallazgos en el repositorio científico Zenodo.

“Este hallazgo fue importante, no porque demuestre la presencia de un animal infectado, pues no lo hace. Pero sí sitúa a los animales, como perros mapaches y otras especies, en el lugar exacto del mercado junto al virus. Y no con humanos", tuiteó el 21 de marzo Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Saskatchewan (Canadá) y coautora del informe.

Este descubrimiento sobre los perros-mapache es interesante porque ahora sabemos que son susceptibles a infectarse del virus y propagarlo. Pero los datos no confirman que los tanukis del mercado tuvieran el virus. E, incluso si lo tuvieran, no significa que los animales fueran responsables de transmitir el virus a los humanos. Entonces, ¿qué significa este hallazgo?

Si se pregunta a un defensor de la teoría de la fuga de un laboratorio, esto no significa nada. Ya que no hay nuevas pruebas concluyentes de que el virus saltara a los humanos en el mercado de marisco de Huanan, ni de que los perros-mapache estuvieran implicados.

No obstante, si se pregunta a uno de los muchos científicos que creen que este salto desde los animales en el mercado es el origen más probable del brote de coronavirus en los humanos, quizá digan que esto refuerza sus argumentos; ya que ofrece pruebas aún más convincentes de que, como mínimo, ciertos animales estuvieron expuestos al virus.

Y esta historia tiene, además, tintes folletinescos. Débarre y sus colegas afirman que comunicaron sus conclusiones al equipo de Gao el pasado 10 de marzo. Al día siguiente, los datos del equipo de Gao desaparecieron del repositorio GISAID, y el equipo de Débarre llevó sus conclusiones a la Organización Mundial de la Salud. La OMS convocó dos reuniones para debatir los resultados de ambos equipos con el Grupo Asesor Científico para los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO) .

"Aunque esto no aporta pruebas concluyentes sobre el huésped intermediario o los orígenes del virus, los datos proporcionan más pruebas de la presencia de animales en el mercado que puedan de haber sido fuente de infecciones humanas", declaró la SAGO en un comunicado el 18 de marzo.

Sin embargo, a muchos les preocupa que los investigadores chinos hayan ocultado sus datos. El preprint compartido en el año 2022 no mencionaba a los perro- mapache; pero los datos publicados en GISAID, así como las pruebas fotográficas, sugieren que estos animales estaban presentes en el mercado antes de su cierre. Los datos del equipo de Gao "podrían -y deberían- haberse compartido hace tres años. Seguimos pidiendo a China que sea transparente a la hora de compartir datos, y que lleve a cabo las investigaciones necesarias y comparta los resultados", declaró Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en una rueda de prensa el 17 de marzo.

El de Débarre es uno de los muchos equipos científicos que instan públicamente al CCDC a compartir sus datos. Dado que las muestras se recogieron a principios del año 2020, ya ha pasado “una cantidad de tiempo irrazonable”, escriben Débarre y sus colegas. Al parecer, el equipo de Gao está trabajando en un artículo que se presentará para su publicación en una revista de Nature. Quizá entonces sepamos más.

Mientras tanto, ¡todavía hay más drama! El 21 de marzo, Débarre tuiteó que le habían revocado el acceso a GISAID. Probablemente, porque sus colegas y ella habían compartido su propio análisis de los resultados del equipo chino. Segúnun comunicado emitido por GISAID ese mismo día, los investigadores chinos estaban preparando su propio artículo basado en esos datos (el de Nature). Cualquier otro científico que utilizara esos datos para su propia publicación estaría "burlándose" injustamente del equipo chino. El acceso de Débarre se restableció al día siguiente, y ya ha pedido una disculpa a "las personas que cuestionaron nuestra integridad".

"No se trata de una primicia. Se trata del derecho del mundo a saber cómo empezó la pandemia que ha perturbado nuestras vidas", tuiteó Rasmussen.

El debate sobre los orígenes del Covid-19 sigue abierto. Ya que las agencias estatales de EE UU no se ponen de acuerdo. Aunque la mayoría de los científicos apoyan la teoría animal, muchos están abiertos a la idea de que el virus escapó de un laboratorio.

Personalmente, yo también apuesto por un salto animal, ya que mantener a los animales enjaulados y en estrecho contacto no solo es inhumano, sino que proporciona el entorno perfecto para la propagación de enfermedades. Además, se sabe que atrapar animales salvajes e invadir sus hábitats presenta el riesgo de que una enfermedad salte entre especies. Aunque el brote de coronavirus tuviera otro origen, espero que no perdamos de vista la importancia de mantener los hábitats de la fauna salvaje y prohibir el comercio de animales salvajes.

Puedes leer -y escuchar- más sobre este tema en el archivo de Tech Review:

Mi colega Antonio Regalado investigó los orígenes tras el Covid-19 en su brillante serie de pódcast de cinco partes: Curiosa coincidencia.

En 2022, Jane Qiu habló con Shi Zhengli, del Instituto de Virología de Wuhan. Shi, a veces apodada "la mujer murciélago de China", ha estado durante mucho tiempo en el centro de la polémica sobre la teoría de la fuga de laboratorio.

Michael Worobey, de la Universidad de Arizona (EE UU), realizó el reciente análisis de los datos del CCDC con Débarre y firmó en mayo de 2021 una carta donde pedía que se investigara más sobre la teoría de la fuga del laboratorio. Ahora, cree que una contaminación del virus de los animales en el mercado de marisco de Huanan casi con toda seguridad estuvo detrás del origen de la pandemia, como Qiu informó en 2021.

Antonio Regalado tenía la primicia de cómo Pfizer desarrolló el Paxlovid, un medicamento antivírico que, según se descubrió, reduce en un 89% la posibilidad de que se produzca un caso grave de coronavirus.

Desde entonces, más profesionales han explorado si los fármacos contra el envejecimiento también podrían ayudarnos a tratar el Cóvid-19, como informé el año pasado.

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