En una época en la que pocos sectores parecen salvarse de la crisis y, en lugar de crear empleo, lo destruyen, una nueva vía laboral se ha abierto camino gracias a las nuevas tecnologías. Bautizada como ‘Empleo 2.0’, hay quienes han sabido aprovecharla muy bien. Tanto que, utilizándola como herramienta para innovar en sus negocios, no solo han conseguido sobrevivir, sino que gozan de un éxito inesperado.

Algunos son ahora reconocidos ‘clásicos’ en los medios sociales y han participado en la última entrega del ciclo “Héroes del Social Media”, organizado por la Asociación Española de Responsables de Comunidades Online y la Fundación Telefónica, que cerró el viernes pasado en Madrid (España) su tercera edición. Emilio Rey, fundador de Digitalmeteo, es uno de ellos.

Rey pasó su infancia mirando a las nubes (literalmente). Su sueño era ser “el hombre del tiempo”. Sin embargo, su destino se cruzó con un elemento inesperado. En un tiempo en que la informática vivía su auge, en plena década de 1980, sus padres le regalaron un ordenador y vio que “se podía hacer algo importante con aquél aparato”. Se acercaba el momento de comenzar su camino universitario y tenía que decidir si quería ser meteorólogo o informático.

¿Qué hizo entonces? “Estaba viviendo el nacimiento de Internet y me di cuenta de que había un potencial muy grande en ello, y de que seguramente se podía combinar muy bien con la meteorología - cuenta Rey- así que decidí estudiar ésta por la noche e informática durante el día”.

A pesar de su valiente decisión, el camino no fue fácil. Antes del éxito vinieron varios fracasos. Tras terminar sus estudios, creó dos empresas de informática relacionadas con el mundo de la prensa, pero no dejaba de mirar al cielo. No lo hacía solo. Él y otros aficionados a la meteorología se convertían en sus ratos libres en ‘kazatormentas’ en busca de condiciones ambientales extremas para registrarlas en su web: www.tiemposevero.es.

Todo cambió en 2007, cuando empezaron a atraer la atención de los medios de comunicación. Él y sus compañeros ‘kazadores’ se dieron cuenta de que tenían que aprovechar toda la expectación que estaban causando para dar el gran paso. Tenían que crear algo más. La pregunta era: ¿Qué?

Al menos, el objetivo estaba claro, aunque no era precisamente fácil de lograr. Se proponían, nada menos, que protagonizar “la tercera revolución de la meteorología”, transformando el modo en que la sociedad percibe la información meteorológica. “La primera revolución se produjo con la invención del termómetro y el barómetro, que propició la primera predicción de una tormenta; la segunda la trajo la fuerza de la computación, que permitió observar la tierra y las dinámicas atmosféricas desde arriba, con un satélite. Ahora estamos viviendo la tercera revolución: la de la interconexión global de sistemas compatibles, gracias a la tecnología”, explica Rey.

Así, nace en 2007 Digitalmeteo, como paso de una afición a una profesión con la que ganarse la vida. Hoy, Digitalmeteo es una empresa reconocida que ofrece productos relacionados con la meteorología en el ámbito del entretenimiento, de la divulgación y de la ciencia –incluso informes meteorológicos a medida- valiéndose de las herramientas que ofrece la Web 2.0: audio, vídeo, podcasts, redes sociales, etc. “Damos servicio, por ejemplo, a ese camionero que tiene que mandar 10 tráileres a una zona de inundaciones y necesita saber cuál es la ruta más segura”, ejemplifica Rey.

Los comienzos de la empresa fueron duros. “Durante los dos primeros años, estuvimos dando palos de ciego. Éramos seis socios y tuvimos que reorganizarnos y ponernos a trabajar en serio para llegar donde estamos ahora”. Hasta que no tuvieron a su primer cliente, no supieron si realmente iban por el buen camino. “Fue entonces cuando vimos que nuestro sueño de verdad podía cumplirse”, recuerda Rey.

En el camino, el meteorólogo conoció a Twitter. “Nos enamoramos en las dos primeras noches. Cambio mi vida absolutamente”, reconoce. Y así fue. Con esta red social, Rey vio que había una manera de comunicar “muy directa y valiosa”. Además, no tenía competencia: no había ningún otro hombre del tiempo que ocupase el corazón de Twitter y Rey comenzó a llenar ese hueco, hasta llegar donde está hoy.

Sus armas de seducción son la personalización, la inmediatez, la cercanía, la constancia y el cariño, y todo esto, dice Rey, “lo dan Twitter y Facebook”. También “ser original, crear emociones, ofrecer contenidos de calidad, ser educado, planificado, escribir bien y, sobre todo, atreverse a experimentar”.

En opinión de este ‘héroe del Social Media’ –que no se considera como tal- “el mayor error es no cometer errores, no atreverse a equivocarse y a probar cosas nuevas”, afirma convencido. Lo está porque así se lo ha demostrado su experiencia en el que él llama “el viaje de mi pasión”.

En su caso, gracias a un uso extraordinario de las nuevas tecnologías y de los medios sociales, ha conseguido lo que se proponía. Por eso, su mensaje de despedida no podía ser otro: “No hay que tener miedo a fallar si haces las cosas con el corazón”.