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Computación

Un nuevo capítulo para los libros electrónicos

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Lujosos proyectos de libro electrónico dan una idea de hasta dónde puede llegar el medio.

  • por Erica Naone | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 19 Julio, 2012

La publicación en 2007 de la séptima entrega de Harry Potter, escrita por J. K. Rowling, supuso el fin de una época. Sin embargo, a partir del verano de 2011, el 31 de julio (el cumpleaños de Harry Potter), Rowling empezó a ofrecer a los fans la oportunidad de revivir las aventuras de su protagonista de otra manera, cazando la "Pluma Mágica" en línea.

Los fans de Harry Potter son famosos por devorar toda la información relacionada con el joven mago de ojos verdes, y esto es algo más que un simple truco de marketing con el que arrojarles unas pocas migajas. Esta ‘pluma’ otorga a sus portadores acceso anticipado a la nueva página web ‘Pottermore’, donde el equipo contratado por Rowling ha creado una nueva forma de leer sus libros.

El sitio tiene los derechos exclusivos para vender ediciones electrónicas de la serie de Harry Potter. Incluye hasta 18.000 palabras inéditas de Rowling relacionadas con los libros de Potter, e incorporará aún más en el futuro. Con el tiempo, el sitio vinculará los libros a características interactivas y sociales que permitirán a los lectores conectarse entre sí y con los personajes del mundo de Rowling.

"A la hora de lanzar los libros electrónicos, hemos querido ofrecerles algo especial, no solo una repetición de lo que ya está disponible en la forma impresa", asegura Rod Henwood, director general provisional de la empresa Pottermore, que Rowling creó para mantener el sitio.

La iniciativa de Rowling señala un camino hacia una experiencia de lectura digital profundamente social e interconectada: un libro diseñado para cambiar con el tiempo. No todos los autores contarán con la cantidad de recursos y lectores suficiente como para producir un proyecto del calibre de Pottermore, pero el sitio web presagia un nuevo tipo de lectura que saca mayor provecho del aspecto digital de los libros electrónicos. La lectura digital hoy día no es del todo satisfactoria, ya que carece de los atributos sensoriales de los libros, entre ellos la calidad del papel, que señala la diferencia entre una elegante edición literaria y un libro de bolsillo barato y rugoso al tacto.

Como visión de futuro, hoy día los libros electrónicos son demasiado conservadores y hay muchas oportunidades que no aprovechan. Esto no significa que haya que abogar por un retorno a la parafernalia de características accesorias que caracterizaron a los libros en CD-ROM de décadas pasadas, ni por el renacimiento de la literatura hipertextual: basta con que los libros electrónicos reflejen la inmediatez y la capacidad de respuesta que tiene Internet en la actualidad.

Un libro verdaderamente electrónico debería permitir, con solo unos pocos clics, pasar por todas las secuencias oníricas en una obra de ficción, o seguir las líneas de apoyo argumental a lo largo de una obra de no ficción. Además, un libro digital no tiene por qué ser una instantánea estática, sino que puede y debe crecer y cambiar.

El proyecto Pottermore de Rowling podría ser eso mismo. El sitio está organizado en torno a "momentos" o puntos clave en las historias de Harry Potter. Para cada momento, Pottermore ofrece una escena interactiva magníficamente ilustrada, en la que los usuarios pueden optar por quedarse o pasar a otra. Explorando la escena se pueden encontrar nuevos fragmentos escritos por Rowling, como historias ampliadas sobre el pasado de los personajes. La interfaz que muestra estos ‘momentos’ hace un seguimiento de los personajes, lugares y objetos que aparecen en las historias (todos, no solo los más importantes) y presenta la información sobre ellos en un único lugar, con enlaces a dichas historias. Los usuarios pueden colocar sus favoritas en sus perfiles, discutirlas con la comunidad del sitio o subir sus propias creaciones artísticas.

Lo que resulta crucial es que esta interactividad no es solo una filigrana de Pottermore al margen de los libros. No importa lo impresionante que llegue a ser Pottermore: ya está marcando una tendencia dentro del formato electrónico. Este año, la revista científica Nature Education ha llevado a cabo un intento más amplio por rediseñar el libro electrónico, con un libro de texto de 49 dólares (37 euros) llamado Principios de la Biología. Es el resultado de la visión de Vikram Savkar, vicepresidente sénior y director editorial del grupo Nature Publishing, responsable de lanzar la rama de educación de la compañía en 2007.

Los estudiantes no compran una copia del libro, sino un acceso vitalicio. El plan es que el libro de texto sirva no solo como referencia en clase, sino para adquirir más conocimientos en el futuro. En lugar de publicar ediciones revisadas, el equipo de Savkar irá actualizándolo.

Principios de la Biología está escrito como una serie de más de 200 módulos autónomos. El editor recomienda un determinado pedido de módulos, pero los profesores que usen el libro en sus clases pueden prescindir de ellos o mezclarlos como quieran. Los docentes también pueden elegir una configuración que aumente o disminuya la dificultad del material. Principios de la Biología conecta los módulos relacionados y, con un solo clic, los estudiantes pueden tener acceso a artículos de revistas, resúmenes de los artículos y recursos en línea no producidos por Nature.

Para hacer todo esto posible, el equipo de Savkar evitó crear el tipo de libro electrónico típico para el Kindle o el iPad. Al igual que Pottermore, Principios de la Biología es fundamentalmente un sitio web, construido en parte con tecnología HTML5, diseñada para la interactividad y capaz de ejecutarse en cualquier dispositivo con un navegador de Internet. Además, también utiliza Flash, por lo que se puede leer en navegadores que aún no admitan HTML5. Savkar señala que vincularlo a Internet, en lugar de crear aplicaciones o versiones específicas para dispositivos concretos, es la única manera de mantener bajo el coste de desarrollo a largo plazo y al mismo tiempo hacer que los estudiantes puedan acceder al libro desde cualquier lugar.

Incluso desde esa perspectiva, nada de esto resulta sencillo o barato. Henwood afirma que el equipo responsable de Pottermore comenzó a trabajar en experiencias digitales para la serie de Rowling incluso antes de que se lanzara el iPad, y el contenido del libro electrónico se retrasó rhasta principios de 2012.

 El proceso de Nature es también lento. Savkar cree que su equipo tardará al menos un año en construir su próximo libro digital. El modelo económico de una editorial impide que sean muchos los libros que puedan conseguir un diseño tan esmerado y artesanal como Pottermore y Principios de la Biología. No obstante, ambos tienen períodos de vida potenciales de décadas en lugar de semanas o meses, lo que ofrece a sus creadores un incentivo financiero para desarrollar su elaborada visión.

En última instancia, las ideas de estos equipos podrían ser copiadas y modificadas de manera que a otros editores les resulte cada vez más fácil reproducirlas. Eso definirá poco a poco nuevas expectativas sobre la naturaleza de una experiencia de lectura electrónica, incluso en obras menos lujosas. Amazon, por ejemplo, con sus nuevos Kindle, ya está trabajando para añadir automáticamente enlaces y experiencias sociales a la mayoría de los libros, realizando un análisis textual para ofrecer artículos relevantes de Wikipedia y otros materiales complementarios desde Internet, y proporcionar vías para que la gente sepa qué pasajes han sido interesantes para la mayoría de los lectores. Todas estas características podrían llegar a producir un tipo de documento que haga que los libros electrónicos verdaderamente merezcan llevar tal nombre.

Erica Naone es Editora de Internet y Redes en 'Technology Review'.

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