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Computación

El mayor coste del crecimiento de Facebook

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Hacer funcionar la red social más grande del mundo será un reto técnico y financiero a medida que siga creciendo.

  • por Jessica Leber | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 23 Mayo, 2012

Facebook es la puerta de entrada a Internet para un número creciente de personas. Se envían mensajes en lugar de correos electrónicos, descubren noticias y música a través de amigos, en lugar de a través sitios de noticias o búsquedas convencionales, y usan su Facebook ID para acceder a sitios web y aplicaciones externos.

Como guardián del gráfico social de tantas personas, Facebook se encuentra en una posición muy poderosa, y esa ha sido una de las razones por las que se esperaba que su salida a bolsa fuera una de las más grandes de la historia para una empresa de Internet.

Sin embargo, los inversores potenciales deben tener en cuenta que hay otra cara de la moneda dentro del crecimiento y poder explosivo de Facebook. Tal y como lo describió un analista, se trata de su apuesta por convertirse en una pieza clave de la infraestructura de Internet. La construcción y el funcionamiento de la propia infraestructura tecnológica de Facebook resulta cara, y debe crecer rápidamente.

La infraestructura es el mayor coste de Facebook, y para soportar el tráfico creciente y la complejidad de la red, tendrá que gastar aún más. Lo que está menos claro es si los ingresos de Facebook también aumentarán, sobre todo si el tráfico adicional proviene de visitantes menos lucrativos, como personas que accedan al sitio desde sus teléfonos desde fuera de América del Norte y Europa.

Hasta la fecha, Facebook ha podido ir aumentando la infraestructura. En menos de ocho años ha crecido hasta albergar 526 millones de usuarios y 300 millones de cargas de fotos diarios, y nueve millones de aplicaciones.

En este sentido, hay dos cifras que ponen de relieve el éxito de Facebook.

En primer lugar, Facebook gastó 860 millones de dólares (676 millones de euros), o alrededor de 1 dólar (0,78 euros) por usuario activo mensual, para mantener y distribuir sus productos el año pasado. La mayor parte de ese dinero estuvo relacionado con el equipamiento de centros de datos, el personal y los costes de operación. Esa cifra es mayor a los 80 y 60 centavos por usuario en los dos años anteriores (0,62 y 0,5 céntimos de euro). Por el momento, sin embargo, los ingresos de Facebook, actualmente situados en 4,3 dólares por usuario (3,4 euros), están creciendo a un ritmo aún más rápido. Esta es una buena señal para cualquier inversor potencial.

En segundo lugar, Facebook no solo es el mayor sitio web de medios sociales, también es el más rápido. En 2010, el tiempo promedio de respuesta de Facebook era de un segundo en EE.UU., pero ha mejorado a 0,73 segundos a mediados de 2011, según AlertSite. En comparación, LinkedIn, el siguiente más rápido, tarda casi el doble de tiempo en cargarse. Twitter fue un total de dos segundos más lento.

Facebook ha recorrido un largo camino desde que se alojara en primer lugar en el dormitorio de Mark Zuckerberg, y se ampliara alquilando servidores adicionales por 80 dólares (63 euros) al mes. A finales de 2009, Facebook reveló que estaba usando cerca de 30.000 servidores y, desde entonces, el número se ha más que duplicado.

A medida que ha ido creciendo, los ingenieros de la compañía han tenido que innovar para mantener los costes bajos y procesar un volumen creciente de datos. Por ejemplo, Facebook ha diseñado servidores personalizados minimalistas que resultan más baratos de construir y utilizar que los que se venden en tiendas. También ha construido un programa para optimizar el rendimiento de su código, rebajando la demanda de cómputo de sus servidores web en un 50 por ciento. Ha abierto muchas de sus innovaciones de software y también ha creado el Proyecto Open Compute para compartir ampliamente sus diseños de servidores nuevos, con la esperanza de que otros puedan contribuir con innovaciones útiles.

Hoy en día, Facebook está construyendo sus propios centros de datos en Oregón y Carolina del Norte (Estados Unidos) y en Suecia. El año pasado pagó casi un tercio de sus ingresos, 1.100 millones de dólares (865 millones de euros), en gastos de capital en equipos de red e infraestructura. Tiene previsto gastar hasta 1.800 millones de dólares (1.415 millones de euros) en este tipo de costes este año.

Estas inversiones en infraestructura son una buena señal, afirma KC Mares, experto en energía de centros de datos y fundador de MegaWatt Consulting. Poseer y hacer funcionar el espacio de los centros de datos, en vez de alquilarlo, ayudará a Facebook a ahorrar dinero a largo plazo. Otras empresas de alta tecnología en crecimiento como Google han seguido esta misma estrategia.

Sin embargo, tal y como deja claro la presentación de la oferta pública inicial de Facebook, también existe un riesgo en el hecho de invertir en una infraestructura global para dar servicio a todos los usuarios, independientemente de su rentabilidad a corto plazo. Se trata de un acto de equilibrio.

"Si añades demasiado, generas un gran coste que se come los ingresos. Si no añades cosas lo suficientemente rápido, los clientes a los que no puedes dar servicio suponen un coste de oportunidad", señala John Pflueger, miembro de la junta de Green Grid, un grupo de la industria de la Tecnología de la Información. 

Llegar a conclusiones erróneas acerca de cómo invertir en infraestructura puede tener graves consecuencias. Basta con fijarse en Friendster, una red social fundada antes de Facebook y MySpace. Friendster tenía más de 100 millones de usuarios, pero rápidamente se quedó atrás cuando Facebook empezó a dominar el entorno.

Jim Scheinman, director de desarrollo de negocio de Friendster hasta el año 2005, señala que la compañía tomó decisiones de productos que necesitaban demasiada potencia de cálculo. Por ejemplo, trató de calcular conexiones de hasta seis grados entre todos los usuarios. Como resultado, la velocidad del sitio bajó enormemente. En la actualidad, las grandes empresas web suelen calcular con exactitud la cantidad de ingresos que pierden cuando una página tarda en cargarse, incluso hasta décimas de segundo.

Facebook, por supuesto, ha ido mucho más allá de sus primeros días y posee algo más que una masa crítica en su plataforma: casi la mitad de la población mundial de usuarios de Internet. Sin embargo, para mantener su relevancia mientras lucha contra compañías como Google, tendrá que permanecer a la vanguardia y necesitará potencia de cómputo para lograrlo.

La cuestión, indica Scheinman, no son tanto los costes y el capital como los desafíos de ingeniería: "Cuando tengan mil millones de personas, y a medida que la gente use más el producto, ¿tendrán problemas a una escala que aún desconocen?".

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