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Una start-up planea lanzar una constelación de minisatélites de observación

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Una empresa de San Francisco llamada Planet Labs piensa lanzar 28 minisatélites que proporcionen instantáneas frecuentes de la Tierra.

  • por Maggie Mckee | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 01 Julio, 2013

Foto: Planet Labs tiene previsto lanzar una constelación de satélites de toma de imágenes y cada uno de ellos constará de una o más unidades CubeSat como la que se muestra aquí.

Una empresa con sede en San Francisco llamada Planet Labs acaba de anunciar sus planes para lanzar próximamente 28 minisatélites que formarán un anillo alrededor de la tierra. El lanzamiento puede hacerse tan pronto como en diciembre de este año. El objetivo de la empresa es proporcionar instantáneas frecuentes de la tierra que permitirán a los usuarios hacer un seguimiento de los cambios que se produzcan -desde atascos de tráfico hasta la deforestación- casi en tiempo real.

Algunos de los satélites comerciales existentes se centran en sacar imágenes de alta resolución de regiones concretas para sus clientes usando tecnología capaz de discernir detalles menores de un metro, pero la gran demanda de estos servicios supone que se pueden tardar días o semanas conseguir la imagen deseada. Y los satélites científicos del Gobierno, que sacan imágenes de todo el planeta, lo hacen a una resolución relativamente baja, mostrando detalles de decenas o centenares de metros de ancho.

Los satélites de Planet Labs producirán imágenes con una resolución moderada, distinguiendo objetos de hasta tres a cinco metros de ancho. Pero gracias al elevado número de satélites, la flota debería ser capaz de tomar instantáneas más frecuentes del planeta. La frecuencia exacta aún está por decidir, pero "será algo que la industria no tiene en la actualidad", explica el cofundador de la empresa, Robbie Schingler, antiguo jefe de gabinete de la Oficina del Tecnólogo Jefe de la NASA.

Con una velocidad de producción de imágenes como esta, los mapas en línea se podrían actualizar más frecuentemente y las organizaciones medioambientales tendrían una capacidad de vigilancia sin precedentes. "Podemos seguir la deforestación o cómo se derriten los polos", sostiene Will Marshall, otro fundador de la empresa y antiguo científico de la NASA. "Lo que intentamos hacer es observar el planeta con regularidad para que la gente pueda ayudar a cuidarlo de forma sostenible". 

En la actualidad se puede preparar una flota así de grande porque los satélites son pequeños y relativamente baratos. Su diseño se basa en unas cajas de diez centímetros de lado llamadas CubeSats, unos módulos estandarizados que llevan diez años equipándose con instrumental y lanzándose al espacio, bien individualmente, bien unidas como Legos. Los CubeSats empezaron siendo herramientas para la enseñanza universitaria, pero los avances tecnológicos en electrónica de consumo, como los smartphones, que encajan cada vez más potencia en un paquete más pequeño, han hecho que sean más viables para usarlos en planes de negocios más ambiciosos.

La empresa no ha explicado exactamente por cuántos CubeSats estará formado cada satélite de la flota, pero los dos primeros satélites de prueba que se lanzaron en el mes de abril, llamados Dove 1 y Dove 2, estaban compuestos cada uno por tres de ellos. El lanzamiento de dos más, al menos uno de los cuales también es un satélite "3U" -o de tres unidades- está previsto para noviembre.

La empresa planea lanzar los 28 satélites de su nueva constelación de una en un cohete Antares, un nuevo lanzador construido por la empresa Orbital Sciences Corporation de Virginia (EE.UU.). Después del lanzamiento, que podría tener lugar tan pronto como diciembre de este año, los satélites formarán un anillo inclinado alrededor de la Tierra, "como un collar de perlas", sostiene Marshall. Ahí orbitarán a una altitud de 400 kilómetros, recibiendo la energía de paneles solares.

Los satélites enviarán sus imágenes a al menos tres estaciones terrestres, dos en Estados Unidos y una en el Reino Unido. Los datos se procesarán y cargarán para que los clientes puedan usarlos casi inmediatamente. "Si sucede algo, un incendio, por ejemplo, tenemos imágenes frescas para comprender lo que pasa", explica Schingler.

Los satélites, que no tienen sistema de propulsión, deberían poder mantenerse en órbita de dos a cinco años antes de perder velocidad por la fricción con la atmósfera y acaben cayendo a la tierra incinerándose, según la empresa.

Kerri Cahoy, profesora asistente de aeronáutica y astronáutica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.) se muestra escéptica respecto a algunas de las afirmaciones de la empresa. Será muy difícil descargar y procesar los datos de 28 satélites en tiempo real, afirma, aunque se alegra de que alguien esté abordando el problema. Y afirma que la atmósfera es lo suficientemente espesa a 400 kilómetros como para sacar los satélites de órbita con relativa rapidez si no tienen un sistema de propulsión que los impulse. "Me sorprendería mucho que aguantarán arriba más de un año", afirma.

Pero quizá que mueran prematuramente no importe demasiado, puesto que cada modesto módulo costara mucho menos que un satélite de imágenes de los que se usan en la actualidad, cuyo precio está en los cientos de millones de dólares.

Planet Labs no es la única start-up que intenta meterse en el campo de la observación de la tierra. Una empresa de Silicon Valley llamada Skybox Imaging tiene por objetivo lanzar al menos 24 satélites capaces de sacar vídeo de alta definición en cualquier punto de la Tierra y capturar detalles de apenas un metro de ancho. Cada uno de sus satélites debería costar una décima parte de lo que cuesta uno tradicional (ver "").

Pero los satélites de Planet Labs pueden ser más baratos incluso, una ventaja que ayudó a generar el primer depósito en el fondo de 13,1 millones de dólares (unos 9,9 millones de euros) de capital semilla. Steve Jurvetson, director gerente de la empresa de capital riesgo Draper Fisher Jurvetson, afirma que "he visto al menos un par de empresas diferentes" que esperan mejorar el rendimiento en relación al coste de los satélites por un factor de dos a diez. Sin embargo, explica, "cuando conocimos Plante Labs, vimos algo que era mucho mejor".

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