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Un procesador de textos que nos sigue la pista

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TextFlow se perfila como un nuevo método para la colaboración a través de internet.

  • por Erica Naone | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 15 Abril, 2009

A pesar de la gran cantidad de herramientas que están disponibles para la colaboración en el procesamiento de textos, la mayoría de las personas siguen prefiriendo enviarse correos electrónicos entre ellos con las distintas versiones de un documento. TextFlow, una nueva aplicación web para procesamiento de textos de la compañía sueca Nordic River, espera que esto cambie. Para ello, quiere hacer que el proceso de colaboración sea más sencillo, y permitir que los usuarios se beneficien de sus ventajas incluso si sus colaboradores utilizan otros programas para el proceso de textos.

TextFlow es la última aplicación web para proceso de textos en salir a la luz. Entre sus competidores se encuentran Writely (que más tarde pasó a ser Google Docs), el Buzzword de Adobe, y la suite Zoho de AdventNet. Sin embargo, Tomer Shalit, director general de Nordic River, espera que la gran capacidad de TextFlow para colaborar a través de internet sea lo que separe a este programa del resto.

El punto fuerte más evidente de TextFlow es que permite combinar varias versiones de un documento en una sola versión, colocando las sugerencias en cuanto a cambios en un lateral. Los usuarios pueden combinar los documentos creados con TextFlow con otros creados en Microsoft Word. Cuando se importan múltiples versiones de un documento, TextFlow usa el mismo tipo de algoritmos que se usan para comparar el ADN y así identifica las diferencias entre cada versión del texto. El software hace una clasificación entre los cambios hechos en frases y aquellos realizados en párrafos enteros o secciones de un documento, y también es capaz de detectar los cambios de colocación de los párrafos en nuevas secciones. TextFlow le asigna un color distinto al texto de cada versión del documento, y organiza los cambios en una sola página. El usuario puede seleccionar qué versión quiere mantener mediante el uso del ratón, aceptando o descartando los distintos cambios que se sugieren.

“Es una ventaja poder tener todas las versiones integradas a la vez,” comenta Ray Valdes, analista de Gartner Research, y un seguidor de las aplicaciones web. Afirma que TextFlow “ha solucionado un problema” puesto que ayuda a que haya menos confusión cuando un cierto número de usuarios editan el mismo documento. Sin embargo, señala que esta ventaja puede que dure poco tiempo, puesto que la competencia podría añadir una característica similar a sus programas.

Otra ventaja sutil aunque importante de TextFlow es que está diseñado para funcionar sin problemas con aquellos usuarios que no utilicen el servicio. Cualquier usuario puede exportar un texto de TextFlow a otro formato, o enviar un vínculo de la versión de TextFlow a sus colaboradores, que no tienen que abrirse una cuenta para poder ver y editar el documento.

TextFlow ha sido programado usando el software AIR de Adobe, que permite que las aplicaciones web puedan ejecutarse incluso cuando no se está conectado a la red, y que también proporciona un acceso más fácil a los archivos del ordenador del usuario. Gracias a todo esto, es posible importar textos de Word en TextFlow simplemente arrastrando y soltándolos desde el escritorio en el navegador. También se pueden hacer ediciones sin estar conectados a internet, aunque todavía no es posible combinar documentos si no se está conectado.

El lanzamiento de TextFlow se produjo hace dos semanas, y (como ocurre con otras muchas aplicaciones web) ya se le están añadiendo nuevas características. La más importante, según Shalit, será la capacidad de compartir un documento sin necesidad de obtener permiso del propietario original. La mayoría de los procesadores de textos en internet consideran que los documentos pertenecen a un usuario en particular, y es esa persona la que puede permitir que otras lean, comenten o editen el documento. Con TextFlow, el creador del documento puede seleccionar cómo incorporar los cambios de terceras personas en su versión, pero no tiene control sobre cómo se comparte el documento entre los distintos usuarios.

Nicholas Romano, profesor asociado de gestión de sistemas de información y ciencia de la Universidad del Estado de Oklahoma, además de estudioso de la colaboración online, comenta que combinar textos es una tarea compleja, y no siempre está clara para los usuarios la forma en que los cambios hechos en una sección del documento van a afectar a otras secciones. “Muchas de estas herramientas son usadas por personas que no tienen experiencia a la hora de trabajar en grupo,” afirma Romano. También piensa que sería muy útil que los procesadores de textos por internet incluyeran mejores herramientas de colaboración, y añade que el uso de una agenda o línea temporal que reflejase los cambios podría hacer que el procesamiento de textos en grupo fuera más sencillo de utilizar.

Al diferencia de otros procesadores de texto de escritorio como Word, TextFlow no está pensado para el diseño. La interfaz sólo incluye las herramientas básicas para editar los documentos, y en la actualidad no permite crear vínculos, tablas o imágenes. El software se puede probar de forma gratuita, pero Nordic River cobra 99 dólares al año a cada individuo que lo utilice por motivos profesionales. Shalit señala que la versión profesional tendrá características añadidas en un futuro próximo. La compañía no espera hacer negocio con las ventas del producto, sino que espera poder alcanzar acuerdos con otras compañías, y combinar las características de TextFlow con las de los productos de dichas compañías.

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