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Tecnología y Sociedad

Un 'smartphone' a prueba de la NSA por 3.500 dólares

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Unas 100.000 personas, sobre todo políticos y empresarios y ciudadanos, ya usan el CryptoPhone, cuya tecnología impide el espionaje

  • por Tom Simonite | traducido por Francisco Reyes
  • 20 Marzo, 2014

Desde que Edward Snowden sacó a la luz los documentos secretos sobre la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EEUU, los negocios han estado en auge para el director general de EDS America, Les Goldsmith.

La compañía de Goldsmith vende un "criptoteléfono" por 3.500 dólares (2.515 euros) que cifra las llamadas para que no puedan ser escuchadas. Hasta hace poco, este teléfono inteligente de alto precio era algo así como un novedoso artículo al estilo James Bond. Pero tras las noticias del masivo espionaje de EEUU a jefes de Estado y otros ciudadanos, la demanda desde varias empresas y gobiernos cautelosos ha ido en alza. "Estamos produciendo 400 a la semana y nos cuesta seguir el ritmo", afirma Goldsmith.

La compañía, con sede en Las Vegas (EEUU), prepara y empaqueta el dispositivo, llamado GSMK CryptoPhone. En primer lugar limpia el software de un teléfono común Samsung Galaxy S3 de 350 dólares (250 euros). A continuación agrega una versión del sistema operativo Android de Google, con licencia de la empresa alemana GSMK, ajustada para añadir cifrado de llamadas y corregir fallos de seguridad.

Las ventas se han triplicado desde que comenzaron las revelaciones de Snowden en junio pasado, y están en uso cerca de 100.000 teléfonos en todo el mundo, según Goldsmith. Las llamadas cifradas sólo funcionan entre dos CryptoPhones. Para establecer una conexión segura, cada teléfono crea una clave de cifrado basada en una muestra aleatoria de ruido de fondo. Todo tiene lugar en los propios aparatow, por lo que ningún dato no protegido abandona el dispositivo.

Los teléfonos seguros no son algo nuevo. En la década de 1970, la NSA desarrolló una "unidad de teléfono de seguridad" consistente en una línea fija con botones y de aspecto corriente, conectado a un codificador en una caja enorme. La diferencia actualmente es que los teléfonos inteligentes de consumo han creado muchísimas nuevas oportunidades para el espionaje. El malware puede infectar los teléfonos y espiar llamadas, copiar datos y transmitir la ubicación de un dispositivo. Algunos espías usan incluso estaciones base falsas, conocidas como interceptores, que recolectan llamadas y mensajes de texto.

Esta es razón suficiente para preocupar a políticos, disidentes y altos ejecutivos. El año pasado, el primer ministro de Turquía compró CryptoPhones para todos sus ministros después de descubrir problemas en su oficina y coche. En EDS, según Goldsmith, la mayoría de sus clientes son multinacionales estadounidenses preocupadas por el espionaje económico de China, cuyo ejército lleva a cabo iniciativas a gran escala para robar datos. "Nos llega mucha gente a quienes han robado información procedente de conversaciones personales", dice.

No es difícil conseguir ejemplos. En febrero se filtró en YouTube una conversación políticamente comprometida entre un miembro del personal del Departamento de Estado de EEUU y el embajador estadounidense en Ucrania. "Todas las BlackBerrys propiedad del Departamento de Estado de EEUU tienen cifrado de datos. Sin embargo, no tienen cifrado de voz", señaló la portavoz del Departamento de Estado Jen Psaki.

El precio de 3.500 dólares del CryptoPhone (que incluye tres años de servicio, pero no los cargos por llamada) hace que el aparato esté fuera del alcance de la mayoría de individuos y pequeñas empresas. Un dispositivo de la competencia, el smartphone Hoox m2 que el contratista de TI francés Bull empezó a vender en enero, se vende por 2.000 euros (2.740 dólares), y también está dirigido a usuarios corporativos.

En general, los consumidores no se han unido a la fiebre de la seguridad. Según Gartner, una firma que dedicada a hacer un seguimiento de las tendencias de la tecnología, muy pocos han adquirido software antivirus para sus teléfonos. Las ventas de software de seguridad móvil son de alrededor de 1.000 millones de dólares (718 millones de euros) al año, una fracción del gasto hecho para ordenadores de escritorio, a pesar de que los dispositivos móviles hoy día superan en número a los PC.

Sin embargo, los productos de comunicaciones seguras podrían llegar a tener una gran aceptación ya que los consumidores están cansados del seguimiento en línea. Algunas de las aplicaciones más exitosas de los últimos años incorporan mensajes con autodestrucción y tablones de anuncios anónimos.

Las empresas con bajos presupuestos podrían pasarse al teléfono Blackphone 629 dólares (452 euros), que se lanzó en febrero y también ofrece llamadas cifradas. El dispositivo es el producto de una empresa conjunta entre la start-up de smartphones española Geeksphone y Silent Circle, una empresa que comercializa aplicaciones para llamadas y correo electrónico cifrados en dispositivos de Apple y Android.

El Blackphone carece de algunas características de seguridad de alta calidad, como la capacidad de frustrar ataques de estación base falsa, y tampoco se comercializa como "a prueba de la NSA". Pero aún así ofrece una seguridad y privacidad significativamente mejores en comparación con un teléfono convencional, asegura el cofundador y director de tecnología de Geeksphone, Javier Agüera. "El Blackphone es para la gente, no sólo para una pequeña élite", concluye.

Tecnología y Sociedad

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