.

Computación

Google culpa al conductor distraído de los accidentes con sus coches autónomos

1

Alega que están entrenados para detectar situaciones anormales como la de una mujer que persigue a un pato en mitad de la carretera

  • por Will Knight | traducido por Teresa Woods
  • 24 Julio, 2015

Los coches autónomos de Google han recorrido casi un millón de millas (unos 625.000 kilómetros), pero después de un reciente brote de accidentes por colisión trasera, su seguridad se ha convertido en objeto de escrutinio.

El director del programa de Conducción Autónoma de Google, Chris Urmson, defendió el historial de seguridad del proyecto en un evento celebrado antes de ayer en Michigan (EEUU). "Ha habido mucho revuelo en la prensa últimamente por el hecho de que nuestros coches se hayan visto implicados en colisiones", dijo Urmson. "Nos han impactado 14 veces a lo largo del programa, y se ha especulado mucho sobre eso".

Urmson afirma que todos los accidentes fueron causados por un error del conductor humano, y la mayoría representan ejemplos del problema creciente de la distracción al volante. Mostró vídeos captados por los sensores de los coches de Google durante varios accidentes, incluido uno en el que el conductor chocó con uno de los coches de Google sin aminorar la marcha ni siquiera, probablemente porque su smartphone acaparaba su atención.

"Nosotros lo vemos como la ilustración de la epidemia de la conducción distraída", dijo Urmson al público de su ponencia del Simposio de Vehículos Autónomos. Reafirmó su creencia en que los coches autónomos prevendrían de este tipo de accidente. "[El coche] no está distraído. No se preocupa por perderse el primer café de la mañana. Estará atento todo el tiempo".

En el evento para representantes de la industria y académicos, Urmson mostró parte del hardware del prototipo del coche autónomo de Google (ver Google saca a pasear a 23 de sus pequeños coches sin conductor). Mostró sistemas electrónicos con controles de alimentación y actuadores para el control de la dirección y el frenado del coche redundantes, que seguirán funcionando incluso en caso de que fallen los sistemas de energía y de control.

Los coches autónomos también pueden ser programados para lidiar con situaciones concretas, y los de Google emplean el aprendizaje de máquinas para reconocer obstáculos particulares y escenarios de tráfico. El equipo de Google actualmente entrena los coches para reconocer distintas señales que se hacen con las manos, por ejemplo.

Sin embargo, es inevitable que los vehículos sigan encontrándose con situaciones inesperadas. El equipo de Google ha programado sus coches para que reconozcan una situación anormal y esperen a su conclusión antes de proseguir la marcha.

Mostró más vídeos de tales situaciones, como personas que saltan desde camionetas y niños montados en coches de juguete en la carretera. Un vídeo mostró un coche de Google esperando pacientemente mientras una mujer en silla de ruedas perseguía a un pato con un movimiento circular en mitad de la carretera.

Pero los coches de Google no siempre han resultado ser más inteligentes que los conductores humanos. Otro vídeo de Urmson mostró la primera vez que uno de los coches de Google se encontró con una rotonda, cuando decidió que la opción más segura consistía en seguir dando vueltas. "Había varios ingenieros dentro del coche que se mareaban con tanta vuelta", comentó. "Recordaba mucho a Chevy Chase en la película Las vacaciones europeas".

Computación

Las máquinas cada vez más potentes están acelerando los avances científicos, los negocios y la vida.

  1. ASML, la empresa que revolucionó la fabricación de chips y quiere seguir haciéndolo

    ‘MIT Technology Review’ se reunió con el CTO saliente, Martin van den Brink, para hablar del ascenso de la empresa a la hegemonía y de la vida y muerte de la Ley de Moore  

    Dos trabajadores de ASML pasan por delante de la máquina UVE de alta apertura numérica en Veldhoven
  2. ‘Chiplets’: el arma de China en su batalla tecnológica contra EE UU

    Al conectar varios chips menos avanzados en uno, las empresas chinas podrían eludir las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense.

  3. Esta ciudad china quiere ser el Silicon Valley de los ‘chiplets’

    Wuxi, el centro chino del envasado de chips, está invirtiendo en la investigación de ‘chiplets’ para potenciar su papel en la industria de semiconductores