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Biotecnología

Dimisiones, despidos y acciones en barrena nublan el futuro de OvaScience

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La empresa que prometía fertilidad a cualquier edad cambia de CEO dos veces en un año y piensa reducir un 30 % la plantilla

  • por Karen Weintraub | traducido por Carmen Rus
  • 04 Enero, 2017

OvaScience, una empresa que prometía revolucionar la fertilidad al permitir a las mujeres obtener buenos resultados en fecundación in vitro a edades más avanzadas, retira su producto estrella y sustituye a sus líderes por segunda vez en 2016.

La empresa, ahora en apuros, ya protagonizó una historia destacada en MIT Technology Review en español en la que se hablaba sobre las dudas que generaba su tecnología para mejorar la fertilidad: la empresa empezó a vender en 2014 sus tratamiento en el extranjero a pesar de la falta de pruebas sobre su efectividad.

En un comunicado realizado hace dos semanas. la compañía anunció que su CEO, Harald Stock, había dimitido, y que sería reemplazado en el cargo por la cofundadora Michelle Dipp como consejera delegada interina. OvaScience también informó en el mismo de que su director general de operaciones abandonaba la empresa y de que pensaban reducir su plantilla en un 30 %. Asimismo, la portavoz de la compañía Jennifer Viera, ante la petición, aseguró que Dipp no estaba disponible para una entrevista

OvaScience se fundó hace seis años en torno a una afirmación que desafiaba todo lo establecido en cuanto a los óvulos y la fertilidad. Hecha por el científico Jonathan Tilly, que ahora trabaja en la Universidad de Boston (EEUU), éste aseguraba haber descubierto células "precursoras del óvulo" en los ovarios humanos capaces de generar óvulos nuevos y jóvenes en mujeres de edad más avanzada. O dicho de otra forma, había encontrado una posible forma de extender la edad reproductiva.  

Gracias a una posibilidad tan revolucionaria, OvaScience llegó a valer 1.800 millones de dólares (unos 1.305 millones de euros) en Wall Street. Pero para finales de diciembre, tras un largo declive en el precio de sus acciones, el valor en bolsa de la empresa había caído hasta tan solo 47 millones de dólares (unos 42 millones de euros).

El producto estrella de OvaScience, llamado Augment (cuyas siglas en inglés se traducirían como transferencia energética autóloga de la línea germinal mitocondrial), se basa en la generación de unas estructuras productoras de energía llamadas mitocondrias a partir de las células precursoras. Después se inyectarían las mismas, junto con esperma, en los óvulos de la paciente que se somete al tratamiento de fecundación in vitro, con idea de mejorar las probabilidades de embarazo.

Pese a que hubiese pocos datos que probaran dicha capacidad de mejorar la tasa de éxito de las fecundaciones in vitro, y aunque Augment nunca se comercializó en EEUU, la técnica ha estado disponible en diez clínicas de Japón, Canadá y Emiratos Árabes Unidos.

No obstante, pocos pacientes han recurrido al tratamiento. OvaScience, que en su día calculaba facilitar 1.000 Augment al año, tan solo ofreció 91 en los primeros nueve meses de 2016, según la empresa, y habría generado tan solo 532.000 dólares de beneficios (unos 506.000 euros). Como parte de lo que se llamó desde la empresa una "actualización del negocio",  la compañía aseguró que moderaría sus esfuerzos para vender Augment, además de detener por el momento los ensayos clínicos en torno a la técnica.

La portavoz de la empresa Jennifer Viera asegura que OvaScience todavía está "estudiando una posible entrada en el mercado estadounidense con la aprobación de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés)", pero no dio más detalles al respecto. 

OvaScience afirma que seguirá invirtiendo en I+D en torno a su idea original, más radical, basada en la gestación de nuevos óvulos para mujeres de edad más avanzada a partir de esas células inmaduras a las que denomina precursores del óvulo. Que estas células madre de los óvulos existan o no sigue siendo objeto de debate científico.

Foto: Michelle Dipp. Crédito: Foro Económico Mundial.

Los inversores parecen asumir que la I+D no va a dar sus frutos y que la empresa no va a conseguir nada pese a todos sus esfuerzos. El valor actual de la empresa es menos de la mitad de los 130 millones de dólares (unos 115 millones de euros) en efectivo que tenía en sus cuentas bancarias en septiembre. 

Aunque también los hay siguen teniendo esperanza en que la situación dé un giro, gracias al perfil único de la empresa. Muy pocas empresas de biotecnología han intentado innovar en tratamientos de fertilidad. Para el inversor de capital riesgo Jake Anderson-Bialis, "sería un error descartarla". Bialis, que fundó junto a otras personas la comunidad de pacientes FertilityIQ, asegura que él "probablemente invertiría el dinero en buscar otras tecnologías potentes que todavía están encerradas en alguna universidad". Anderson-Bialis asegura que posee unos 500 dólares (unos 481 euros) en acciones de OvaScience que en su momento compró por 10.000 dólares (unos 9.000 euros).

En septiembre de 2016, OvaScience ya había gastado 228 millones de dólares (unos 216 millones de euros) en investigación y desarrollo, operaciones y otros gastos durante los seis años que lleva operativa.

Biotecnología

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