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Computación

Una forma más rápida de llegar a la nube

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El nuevo protocolo de Amazon debería hacer que el acceso a la nube fuera más rápido y fiable.

  • por Duncan Graham-rowe | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 11 Septiembre, 2009

La computación en la nube ofrece una forma asequible de llevar a cabo procesos informáticos con gran cantidad de datos, permitiendo a las compañías alquilar de forma efectiva potencia de procesamiento a través de suministradores online. Sin embargo, la subida de grandes cantidades de datos a los sistemas informáticos en la nube sigue siendo un proceso costoso y que lleva tiempo.

Amazon acaba de anunciar hoy mismo un nuevo protocolo de transferencia de archivos ultrarrápido y diseñado para que las subidas de datos a la nube sean más sencillas. Esta iniciativa podría ampliar el atractivo de la computación en la nube puesto que permite a las organizaciones de menor tamaño, e incluso a los usuarios individuales, subir los datos sin tener que poseer una infraestructura de alto coste.

“El mayor problema de la computación en la nube es, sin duda, la transmisión de datos—subir y bajar los datos a y desde la nube,” afirma Ian Sommerville desde el Co-laboratorio para Computación en la Nube en la Universidad de St. Andrews, Escocia. Los pequeños negocios a menudo eligen entre soportar cuotas de transferencias lentas o invertir en infraestructura adicional, señala Sommerville.

El núcleo del problema reside en una de las características principales de internet—el modo en que funciona el protocolo de control de transmisión (TCP, en sus siglas en inglés). El TCP regula el flujo de datos mediante la descomposición en pequeños paquetes de información, enviando cada paquete, y después quedando a la espera de la confirmación de que ese paquete se ha recibido antes de enviar el paquete siguiente. Si un paquete no llega, el TCP o bien lo reenvía o asume que la red está siendo sobrecargada e inicia una firme estrategia de control de congestión, frenando la cuota de datos para evitar la caída de la red.

Aunque el TCP funciona bien para enviar cantidades de datos relativamente pequeñas a través de distancias cortas, también puede provocar muchos dolores de cabeza para los clientes de computación en la nube. La distancia que tienen que recorrer los datos—medida geográficamente así como por el número de nódulos de red a través de los que tiene que pasar—afecta al número de errores que interfieren en la señal. Por ejemplo, transferir datos a través de los Estados Unidos sobre un vínculo de internet de 100 megabits por segundo (Mbps) puede resultar en una latencia de 100 milisegundos y una pérdida de alrededor de un 1 por ciento de los paquetes, lo que se traduce en una cuota de transferencia real de sólo 10 Mbps o menos.

Nick Trigg, desde Constellation Technologies, una compañía de computación en la nube surgida desde el Laboratorio Rutherford Appleton en Oxfordshire, Reino Unido, y CERN, en Ginebra, Suiza, afirman que el TCP puede resultar un grave problema cuando se trata de grandes cantidades de datos. Esto significa que a veces es más rápido enviar los datos físicamente en un disco que subirlos, afirma.

Para solucionar este problema, Amazon Web Services utilizará un tipo de tecnología desarrollada por Aspera, con sede en Emeryville, California, llamada Fast And Secure Protocol (FASP). “El núcleo de nuestra tecnología es un protocolo de movimiento alternativo de datos en grandes cantidades,” señala Michelle Munson, director y cofundadora de Aspera. “La falta de eficiencia del TCP salta totalmente a la vista cuando se trata de transferir grandes cantidades de datos,” afirma.

Al contrario que el TCP, el FASP no espera la confirmación de la recepción, sino que simplemente asume que todos los paquetes han llegado, afirma Simon Hudson desde Cloud2, un proveedor de servicios de computación en la nube en East Yorkshire, Reino Unido, y uno de los primeros en adoptar la tecnología FASP. Bajo este protocolo, sólo se reenvían los paquetes cuyo fallo en el envío está confirmado. “Y en vez de enviar montones de paquetes pequeños, envía menos paquetes y más grandes,” afirma Hudson. El resultado es que el ancho de banda disponible se usa de forma más eficiente—pasan más datos, y llegan más rápidamente.

Otro problema es la vigilancia del tráfico, afirma Anna Liu, investigadora de computación en la nube en la Universidad de New South Wales en Sydney, Australia. “Con la computación en la nube, el resto está en lo poco predecible que es la red pública,” afirma. “No puedes controlar el resto de cosas que están pasando en la red, puesto que hay otras personas que están llevando a cabo otras actividades.”

FASP afronta esta falta de previsibilidad mediante el seguimiento de todo el tráfico y la alternancia del tamaño de los paquetes y la cuota y orden en que se envían, según el ancho de banda disponible y otro tipo de problemas relativos al tráfico. De esta forma, el flujo de datos se puede regular, asegurando que los datos enviados con FASP llegan a su destino sin saturar la red. Esto también significa que es posible garantizar los tiempos de envío de archivos, afirma Munson. Al transferir datos por encima de la conexión de 100 Mbps, señala Munson, “FASP conseguirá cuotas de alrededor de 95 Mbps o más.”

Puesto que Amazon tiene un rol tan importante dentro de la computación en la nube, la adopción de FASP podría hacer que esta tecnología resultase más atractiva para el resto, afirma Trigg. “Esta es una cuestión que todo el mundo conoce pero que nadie se atreve a afrontar dentro del mercado,” afirma. “Si mejoras la conexión de la red, reduces la tensión y permites que más gente use el servicio.

Computación

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